PARTE I
“Tu nombre escrito en una pared con el viento hablará, ¿qué hay amigo al otro lado del silencio?”-Angeles del Infierno
Los motores rugen, en los costados el murmullo de los asistentes al verlos arrancar, 14 segundos los separa de la meta antes de arrancar, Hugo son la vista al final del camino como siempre, los sonidos de los estéreos le fastidia pero se opaca con el sonido de su motor, la joven frente a ellos arroja el pañuelo el sonido de las llantas quemándose en su derrape previo al recorrido, 14 segundos pasan sin apuro Hugo no voltea a ver a su adversario su mirada está fija en la meta hasta que un estruendo lo quita del camino la llanta de enfrente de su lado explotó y lo desvía saliéndose del camino y desbarrancándose en el arrollo.
Semanas después Eleazar visita a su hermano menor o mejor dicho lo que queda de él, nunca en su vida lo había extrañado tanto como en el instante en el que su joven esposa le dijo entre lagrimas: -Tu hermano… falleció.
Asiste solo a verlo, para sentirse cómodo de maldecir a Dios o al destino o a su hermano mismo por la barbarie que pasó. Pero nada de eso sucede solo el tranquilo silencio del panteón, el peso del aire de la muerte nada mas, en sus recuerdos aparece Hugo en la secundaria organizando peleas de perros entre sus amigos, en la prepa o lo que hizo de ella organizando peleas clandestinas en las que ganaba, su hiperactividad y su sed de ver el dolor en los demás lo ayudaban a ganar siempre, por eso Eleazar siente un confort al saberlo que ahora al fin después de 25 años se estará quieto al menos su cuerpo, su alma allá ella.
Eleazar no gozaba de esa energía pero si de suerte ayudada de su empeño pero solo le favorecía esa suerte con las actividades buenas por que a diferencia de su hermano en las clandestinas siempre salía perdiendo (lo arrestaban).
Se da media vuelta y se retira sin mas dolor que el de nunca haber comprendido a su hermano el de haber convivido con él mas que en los planes para ganar dinero fácil, en su vida fácil.
De cierta forma lo envidia Hugo siempre quiso morir joven y se le cumplió como todo en su vida, su trofeo de kung-fu, sus viajes, sus planes, todo lo que decía y amenazaba lo cumplía.
Eleazar busca una tienda para comprar cigarros, y “morir de poquito en poquito” antes de regresar a su trabajo, prende el primero y recuerda la primera vez que fumaron a escondidas atrás de su casa Hugo aprendió rápido y él un poco después.
Desde la ventana de su casa mira la ciudad su esposa está en casa de su mamá cuidándola, Eleazar va a encender el ultimo cigarro de la cajetilla de la nada llega una voz, un pensamiento, la sensación de morir, es decir como su hermano que conociéndolo murió viendo la meta, el final de la carrera aferrado.
Nunca quiso ser como Hugo pero si sentirse como él vivo, siempre vivo; unos pasos apresurados tras de él lo alertan alguien lo sujeta de los pies y lo levanta todo sucede rápido el impulso lo lanza por la ventana pero quien lo levantó lo sostiene y le grita: -¿Te quieres morir…te quieres morir ahorita?-Esa voz inconfundible es la imposible voz de Hugo-Dime ya te quieres ir conmigo…
Del espanto desfallece y despierta tirado en el piso de su habitación la madrugada fría avanzaba los perros afuera alardeaban a lo poco que queda de la noche. Convenciéndose que solo fue un sueño en medio de un desmayo se acomoda en la cama para descansar de tan perversa pesadilla.
Morir desaparecer hasta de la memoria de los mortales morir junto con el luto, a todo eso aspiramos todos al final en el olvido y en la pobre memoria de los mas jóvenes, pero Eleazar aun no desea morir, no ahora que al fin se han consumado sus propios planes, ahora que comienza su vida después de duras lecciones, se levanta de la cama y se dirige al patio para hacer su acostumbrada rutina de ejercicio en la barra horizontal en la que se levanta y… se mira así mismo colgando de ella ayudado con una cuerda de nylon, el rostro morado, los brazos y piernas colgando tiesos, la lengua por fuera. ¿Qué ha pasado?
PARTE II
“Los buenos jugadores nunca mueren, solo cambian de meza”
Arriba en el cielo hay una nube enorme gigante parece una mancha gris en medio de la noche que de por si era ya opaca, de ella caen alunas gotas de grosor que anuncian el ímpetu de la primer lluvia del año, de este año. A Eleazar no le importa que sea la última del siglo, caminando con la velocidad que siempre en vida lo caracterizó con su rostro retador, serio curtido en un color moreno. Camina en dirección al sur cuesta arriba en la búsqueda de alguna respuesta ¿Qué ha pasado?, se pregunta sin recordar siquiera lo que aconteció después de verse asi mismo ahorcado, ni siquiera que hizo durante el dia pues ahora es de noche otra vez.
Llega a la casa de su suegra en busca de su esposa Verónica, y la encuentra junto con su cuñado Diego que como acostumbra llegó borracho para pedir dinero y seguirle, en esta ocasión luce diferente se ve mas agresivo, de hecho se ve que ya hizo destrozos de consideración y comienza a golpear a su hermana, Eleazar se enardece al ver aquella escena desde la ventana de la puerta, interviene lo separa de su esposa, una botella de resistol amarillo cae de entre las ropas de Diego mientras forcejean, por su estado toxico no siente dolor ante los golpes de Eleazar, pero esto no lo detiene logra colocarlo abajo y le deja caer una lluvia de golpes, los puños de Eleazar se llenan de sangre mientras se estrellan una y otra y otra vez en el rostro de su cuñado, tras ellos Verónica grita tratando de separarlos de detenerlos pero es inútil ambos posesos por trances distintos en los que adormecieron su conciencia solo queda nada que no este salpicado de sangre. Eleazar se detiene mientras en sus nudillos siente como fluye el calor y su propio pulso se siente desahogado no pensó en nada solo sintió un alivio enorme al hacerlo, dejando medio muerto a su cuñado. Se pone de pie e ignorando los gritos de su esposa entra al baño a lavarse las manos, la cara; se mira asi mismo a los ojos con una sonrisa que trae una carga diabólica, de placer por como se siente ha olvidado la muerte de su hermano, olvidado el amor devoto hacia Veronica, su tolerancia para su cuñado “enfermo” de vicios, ahora en este momento solo existe él que también ha olvidado su encuentro con la muerte, solo un alivio traducido en un dolor al final de sus brazos:-No estoy muerto, nunca en mi vida me había sentido tan vivo- se dice mentalmente mientras se limpia la sangre, el agua, el olor a alcohol y a resistol de su cuñado de las manos. Al salir su esposa llora, el se acerca tratando de consolarla en el suelo abatida pues al parecer su hermano aun no despierta, la mujer ignora las palabras, las caricias de aliento, la justificación de su esposo. En un extraño arrebato de ira que no es propia de él, la toma por el cabello y la arrastra hacia la habitación de su cuñado, la sube a la cama y entre gritos ahogados y forcejeo la desnuda, hasta que de la joven salió un grito desgarrador que lo hizo despertar…
PARTE III
“La vida es un sueño camino a la muerte”
Tras ese grito ahora se mira asi mismo solo, sin su esposa que ahora que recuerda lo que le estaba haciendo se asusta no logra explicarse por qué lo hizo, sobre todo por que encontraba placentero hacerlo, pero ahora una vez mas en su casa donde continua la noche mira sus manos sin sangre ni heridas que producen las peleas en las manos, la alarma del despertador suena una vez mas, y recuerda el cadáver que continua en el tubo donde hace ejercicios, sale corriendo y su sorpresa al ver un cuerpo diferente suspendido en la muerte misma de su amada Verónica, -¿Por qué, por qué, no Dios mio por qué?, se repetía entre gimoteos hasta que arrastrándose se le acerca, la toma de las manos tiesas, frías, carentes de esa alegría que acompañaron a su hermosa Verónica durante sus 24 años de vida. Es sorprendente los cambios de la muerte en la vida de cada quien, en el despertó a un carnicero sádico, en ella una figura inanimada, que conserva cierta belleza que marchita ante las moscas y la peste.
Corta el tirante de nylon que la sostiene por el cuello y la lleva a su habitación no sabe a que solo sabe que junto con el peso de su difunta esposa carga el tonelaje de su culpa. Que ha pasado con el tiempo se pregunta, tanta incoherencia en estas horas lo están enloqueciendo, al llegar a su alcoba ese recinto de amor se da cuenta que lo que carga no es su esposa si no un costal extraño, lo coloca en el piso a lado de la puerta y apenas lo va abrir cuando…-Amor,¿eres tú?, ven mi vida tengo que darte una noticia…
Un frio recorre la espalda de Eleazar y todo a su alrededor corre en cámara lenta al abrir la puerta de su cuarto su esposa lo espera viva llena de toda esa luz que la caracteriza, corre a abrazarla, sobre la cama siente que el alma lo abandona al sentir su piel tibia entre sus brazos. El calor que lo rodea desaparece una vez mas pues ahora está en un sitio diferente el cementerio a sus espaldas están su cuñado que aseado y sobrio luce diferente cualquiera diría que es actor, su hermano Hugo con un semblante de suma tristeza, y Verónica llorando, Eleazar mira la lapida y ella está escrito su nombre… en un hueco que abre aquella impresión llega a su memoria lo sucedido, en las carreras mientras su hermano se desbarrancaba él corrió desde la multitud de asistentes a auxiliarlo al llegar hasta donde él a casi quince metros de profundidad se encuentra con el milagro de que Hugo se encuentra bien pues por su propia cuenta a salido del auto, a lo lejos se escuchan las sirenas, todos casi en un grito unísono mencionan “la policía”, desde abajo solo se escuchan el rechinar de las llantas, la multitud corriendo y un choque y otro y otro en lo que parece una carambola y por la misma orilla en la que bajo Hugo en su vehículo cae una patrulla aplastando a Eleazar estaba delante de Hugo, esa fue su verdadera forma de morir de forma instantánea. Toda esta remembranza se traduce en una risa larga casi desgarradora por parte de Eleazar frente a su propia tumba, ¿los muertos pueden enloquecer?, ¿pueden matar a los vivos? Ahora solo le queda vagar por la eternidad mientras comprende cada una de las muertes y los asesinatos de los demás, ¿los muertos pueden tener pesadillas? Todo lo que ha visto y “vivido” es como caer por una espiral, como azotarse entre las paredes blancas y acojinadas de un manicomio o del ¿infierno?
FIN.
ESCRITO POR JOSÉ CEDILLO
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Mar Oct 05, 2010 7:55 pm
