DEMONIOS DE LA TORMENTA
CAPITULO 4
ESCRITO POR: YAHAIRA140582
Miranda observaba atentamente como el Cuervo devoraba sus escritos, quería pedirle su opinión al respecto, pero estaba segura que si era un capitán de un barco pirata no era precisamente por sus dotes de escriba.
Cuando el cuervo termino de leer el ultimo de los escritos, observo fijamente a los ojos a Miranda, sin la mínima intención de disimular sus otros pensamientos al observar el cuerpo de Miranda envuelto en lo que quedaba de su ropa.
-Sabias que mucho de lo que haz escrito aquí podría ser cierto?- le pregunto el Cuervo de forma desafiante terminando de desvestirla en su mente.
Miranda se irguió en la cama para asentir una sola vez respondiendo a la pregunta que el sanguinario capitán le acaba de hacer, y este se encontraba sorprendido de que la jovencita le devolviera la mirada de una forma ultrajante como si quisiera robar de sus ojos la misma veracidad de sus historias, sin pedir permiso, sin preguntar, y sobre todo sin temor.
-No tienes miedo? Según tus historias arrebato los ojos de todo aquel que se cruza en mi camino- soltó el cuervo acercándose a la jovencita en un afán de intimidarla. Mas Miranda con agraciada coquetería le respondió:
-Mis ojos son demasiado bellos como para que quieras dejar de verlos- y sonrió despreocupada, segura de si misma, adulta, mas no como la adultez de las rameras que crecían codeándose de golpe con la adversidad victimas del resentimiento , sino con la madurez de un sabio, que conocía retos de la vida, y sabia exactamente que era lo que deseaba conseguir de la vida y sus misterios. Era parecida a el. Muy parecida.
-Tengo hambre- demando Miranda en tono autoritario, mas el cuervo no se sorprendió, le gustaba esta jovencita valiente, rebelde, decidida, no era común encontrar a una mujer hermosa, que no solo se media su belleza por sus curvas o sus gracias, sino por su espíritu fuerte, por su tenacidad, virtudes que hacían palidecer la belleza de la misma Venus o Afrodita.
El cuervo le acerco una bandeja llena de fruta la cual Miranda devoro ávidamente, sin recato ni pudor alguno, incluso lamiéndose los dedos de vez en cuando para segurarse de no dejar nada fuera de su bocaza, lo cual el cuervo vio de lo mas gracioso.
-Tienes costumbres muy extrañas para ser una señorita- le dijo
-Que haya nacido en cuna de seda no quiere decir que pertenezca a ella- discrepo miranda con comida en la boca
-Y a donde perteneces?- siguió el cuervo probando su respuesta
Miranda dejo de masticar, cerro sus ojos buscando dentro de su alma mientras el cuervo la observaba impaciente esperando la respuesta de esa mujer que tanto le intrigaba. Entonces los abrió y se mostró tal cual era, desnudando su belleza ante los ojos de un Capitan Cuervo maravillado.
Y recito:
Es mi espíritu la hoja que se pierde en el otoño
En busca de una ardiente primavera
El delirio de mi alma es mi bandera
Los designios de mi mente son mi puerto
Si me anclas en la tierra me habré muerto
Solo déjame seguir con mi camino
Cual gaviota emprende el vuelo a su destino
SIGUIENTE