Cuentos Como al Pasar

Los cuatro amigos, estaban atravesando los últimos años de la adolescencia, Luís y Enrique dos hermanos que se llevaban un año, Modesto y Jorge, todos nacidos en un barrio obrero de los muchos que circundaban la capital.

Ese sábado habían decidido ir al cine, tres películas de acción por el valor de una entrada y además un número vivo, especial para divertirse a costillas del mago, guitarrista, cantor de boleros o quien tuviese la desgracia de subir al escenario de “La Piojera” Nombre que se había ganado el cine a pesar de las enormes letras que figuraban en la fachada donde se podía leer “Cine Gran Opera”.

Ya ubicados en la sala y en la oscuridad propicia para la proyección, Luís digo:



¡Che… miren quien llegó! ¡Es Horacio!



Horacio, era un personaje del barrio veinte años mayor que ellos que salió de su casa una vez para hacer el servicio militar y cuando regresó, nunca pasó más allá de la esquina por las dudas encontrará algún trabajo y tuviera que devolverlo.

Se dedicaba a tararear tangos para los muchachos y conocer la vida privada de los vecinos para luego tener tema de conversación y ventilar intimidades con todo aquel que se le arrimara.



Horacio llegó acompañado por el acomodador y apoyado en la puntual luz de la linterna, enfiló para tomar asiento justo delante de los cuatro amigos.

Recorrió la fila tanteando las butacas porque estaba todavía con sus pupilas empequeñecidas por la luz del día

Y cuando apenas apoyó el culo en el asiento… se ligó un tremendo cachetazo de Enrique que de inmediato se agachó para no ser visto. Los demás del grupo hicieron lo mismo mientras que Horacio no salía de su sorpresa, estaba absolutamente ciego e indefenso ante alguien que, sin más le sacudió la cabeza. El golpe sonó como un estampido y Horacio después de mirar infructuosamente buscando al agresor, se retiro.



Como no paraban de reírse los expulsaron de la sala y regresaron las diez cuadras hasta el barrio tomándose de las paredes por la gracia que les causó lo acontecido.



Cuando llegaron al barrio estaba Horacio en la esquina.





-¿Que haces Horacio?

- Nada que voy hacer ¿y ustedes donde fueron?

-Por ahí a dar una vuelta, vos, ¿no saliste?

-Si fui a ver tres películas de acción, pero me volví.

-Hiciste bien últimamente son tan reales que te pegan fuerte, ¿viste?

ameno.

Tiene de todo, humor y habla un poco de los errores que se cometen de jovenes, pues al estar entre varios se vuelven valientes y capaces de hacer cualquier tontera, para seguir en el grupo.
Pero además las personas afectadas, algunas, se vuelven muy introvertidas, suele suceder que estas experiencias los estigmatizan, y se vuelven antisociales.
Algunos, aclaro...

Aparte de todo este análisis, estuvo muy entretenido y bien narrado, me sentí un personaje más de este cuento.

Un abrazo, amigo...

JAJA QUE H.P...POBRE HORACIO, SE ME HIZO UN PERSONAJE DE MI BARRIO TAMBIEN MAYOR, DE ESOS QUE NO JODEN A NADIE, QUE SE ARRIMA A CUANTA REUNION DE ESQUINA HAY PA MANGUEAR UN CIGARRO O UN TRAGO DE VINO, O COSAS ASI, Y QUE SE SABE LA VIDA DE TODOS, Y TAMBIENES EL PUNTO DE LAS BROMAS DE CASI TODOS LOS MAS JOVENES JA
POR ESO ME DIO GRACIA Y POR OTRO LADO ME DIO UN POCO DE VERGUENZA, POR QUE ME VI REFLEJADO EN ESE CUENTO, CON ESOS MUCHACHOS..Y JA JA NO ESTA BIEN CHE.
AHORA NO SE AL HORACIO AL DE MI BARRIO (JULIOT Y TIENE COMO CINCUENTA Y PICO), YO LA VERDAD NO SE, ME PARECE QUE SE HACE EL BOLUDO PA PASARLAA BIEN, POR QUE NO PUEDE SER TAN NABO.
ME ENCANTO TU CUENTO.

Muy bueno y divertido. Saludos

jejeje Tropelías de los macarras de toda la vida! Muy bueno! Un saludo Ricardo!

Un cuento muy bueno que recordo esas tardes de cine con amigos, que aunque no andabamos a los chatezaso, si haciamos guerrillas de semillas de tanjarinas, obvio que nos descubrian,sobre todo por el olor a tanjarina.
Muy bueno, ameno y evocativo