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 cuarto 12 capitulo 4: pedofilia

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franckpalaciosgrimaldo
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MensajeTema: cuarto 12 capitulo 4: pedofilia   cuarto 12 capitulo 4: pedofilia Icon_minitimeDom Jul 18, 2010 9:33 pm

Las 10 de la noche.

Un auto en la carretera 53 de santa Laura, un hombre habla por tel ono, una niña de unos 6 años esta a su lado jugando con una muñeca.

— si, no te preocupes, te tendré el dinero, te lo juro por dios, debes creerme. — decía el conductor, un hombre que se veía muy nervioso.

— tienes hasta mañana en la noche para pagarme, Claudio, ni un solo día mas, esto no es un juego, ¿entiendes? — le decía un extraño hombre por teléfono.

— si, no te preocupes, te tendré todo tu dinero, te daré mas incluso, correcto, solo espera a mañana te... — miró a la niña que estaba a su lado —…te tendré todo el dinero.

— mas te vale, Claudio, si no, ya sabes lo que te va a pasar, perro. — colgó.

El hombre estaba nervioso, agitado, sudando, miró a la niña unas veces y continuó conduciendo.

Aquel hombre condujo su carro por al menos una hora mas, su expresión revelaba preocupación, se le notaba pensativo, no despegaba la vista del camino, condujo y no se detuvo hasta llegar al hotel santa Laura, en la carretera 53.

El hombre detuvo el auto, eran las 11:16 de la noche.

El hombre salió del auto, abrió la puerta trasera, sacó una mochila que estaba en el asiento trasero, rodeo el auto, y abrió la puerta en donde estaba la niña ya dormida.

— Laurita, mi amor, despierta ya llegamos al hotel, vamos. — dijo a la niña ahí dormida.

— ¿que? ¿Ya llegamos papi? — pregunto despertando.

— si, vamos, preciosa, vamos.

El hombre sacó a la niña del auto, la niña cogió su muñeca y se fue de el con la mano a recepción.

— una habitación por favor. — dijo el hombre al recepcionista.

— ok, son 35 por la noche, amigo.

— está bien. — El hombre sacó su billetera y pagó los 35.

— bien, aquí tiene, habitación 12, es en el segundo piso, la escalera esta ahí siga de frente.

— Gracias, — le dijo, cogió la llave — vamos, hijita, vamos— cogió a la niña de la mano y se dirigieron al cuarto.

— Chao — dijo la niña al recepcionista.

El hombre subió con su hija hasta el cuarto 12, abrió la puerta e ingresaron, el todo momento el hombre miraba a su alrededor, estaba sin duda muy nervioso.

Ya dentro, la niña se fue directamente a la cama, estaba canzada.

— nena, no te vallas a dormir, ¿ok? Tenemos cosas que hacer, preciosa. — le dijo a la pequeña.

— estoy cansada, papi. — contesto la niña.

El hombre se dirigió a un mueble, una mesa que habia en el cuarto, coloco ahí la mochila y la abrió.

— ahora te daré algo para que estés despierta, ¿si?

— si, papi.

El hombre sacó de la mochila un termo, una cámara y un bote de algo que parecía lubricante y un disfraz, un disfraz de caperucita roja, u uno de enfermera. sacó una botella de vino, también sacó una laptop y unos dvds pornográficos.

— ¿Que s eso papi? — preguntó la niña curiosa por las cosas que su papá sacaba de la mochila.

— ¿recuerdas que me dijiste que querías ser… ser actriz, preciosa? — dijo el hombre, mientras encendía la laptop.

— si.

— pues bien, mi amor, esta noche vamos a grabar unas películas, ¿quieres?

— ¡si!, ¡si!, ¡si! , ¡Si! —contesto, la niña.

— pero, no grites, mi amor, ¿correcto? Hagamos esto en silesio, hay gente que esta durmiendo.

— si, papito. — contesto la niña en voz baja.

— ¿aun tienes sueño, mi vida? — dijo el abriendo el termo.

— algo, pero aguanto.

— Toma, — le dio el termo. — es café cargado, te va a gustar, bébelo, mi amor, te mantendrá despierta, será una noche larga.

— ok, papi.

Esa noche el hombre hiso que la niña bebiera café, hizo que se sentara en la cama con el y viera pornografía, la niña simplemente no entendía, no sabia lo que iba a pasar en su cabeza solo pensaba en jugar con papá a grabar unas películas, después de un rato de ver las películas el hombre le mostro a la niña unos videos que tenia en una memoria USB que conecto a la laptop, le mostro pornografía infantil, y le dijo que grabarían una película así, la niña entusiasmada por el café y por los sorbos de vino que papá no puso mucha resistencia a esta película que tendía que grabar con papá. Al contrario, creía que era un juego mas.

El tomó bastante vino, quizás para hacer las cosas mas fáciles, ya que se veía muy tembloroso, preparó la cámara en un lugar adecuado para grabar todo, la niña se vistió como enfermera, el se desnudo completamente y se acostó en la cama.

— bien, hijita, comencemos, ya sabes lo que debes hacer ¿cierto? — preguntó el dándole un sorbo a la botella de vino.

— si papi —contesto la niña.

Esa noche el hombre le hizo cosas horribles a la niña, cosas que ella no entendía y que no disfrutaba, pero que hacia quizás pensando que estaba jugando con papá, o simplemente por que no quería desobedecerlo, o se quería sentir una actriz de la televisión.

Esa noche el hombre grabo las 2 películas, 2 películas pornográficas en las que su pequeña niña era la protagonista.

Ahí en el cuarto 12.

A la mañana siguiente.

El hombre con la niña en brazos, aun dormida, bajó a recepción, entregó la llave y se fue, colocó a la niña en el asiento al lado de el, y condujo en dirección a casa.

— Papi — dijo la niña despertando en pleno camino.

— ¿si, mi amor?

— ¿salió bien la película? — preguntó.

— si, mi vida, salió bien, muy bien… ahora duerme, linda.

— Me duele la cabeza. — dijo ella.

— descuida, pararemos por una pastillita, ¿si? Ahora intenta descansar, y ya sabes he, mantengamos esto en secreto, nadie debes saber de nuestra película.

— si, papi, es nuestro secreto. Te amo papi — le dijo y se recostó nuevamente en el asiento.

— yo también te amo, hija.

El hombre siguió conduciendo su auto.

En un edificio de la ciudad.

Claudio toca la puerta del apartamento 12, trae con el la misma mochila.

— ya va, espere, ¡maldición! — se escucho desde a dentro.

Un hombre de no muy buen aspecto, de aproximadamente unos 30 años, con barba de 3 días, y descalzo le abrió la puerta.

— ¡hola, Claudito! — le dijo —pasa, pasa, ¿Cómo has estado, hombre?

—pues no muy bien. — contesto mientras entraba.

— siéntate, siéntate, saca esas cajas de pizza del sillón y toma asiento. —le dijo.

El cuanto no estaba muy bien ordenado, estaba sucio y por la expresión de Claudio tampoco olía muy bien.

—no, no quiero sentarme, solo vine a entregarte lo que pediste, y a llevarme mi dinero.

— ah ok, ok, entonces vamos a ver que tal lo hiciste, recuerda que yo no recibo cualquier mierda. — contesto desde otra habitación.

El joven salió de la otra habitación con otro polo.

— a ver, trae acá lo que hiciste, espero esto valgan los 12 mil.

Claudio saco de la mochila 2 dvds los cuales le entregó al sujeto.

— A ver — se acercó a la tv que estaba en la sala, la encendió, al igual su reproductor de DVD, y coloco el primer disco. — listo.

La película comenzó a reproducirse, el sujeto cogió el control remoto del dvd.

— ese es el primero que grabé. — dijo Claudio.

— mmm… que sexy hija tienes, cabron. — Dijo — así vestida de enfermera se ve preciosa, sin duda eres un cabron con suerte.

— si tu lo dices.

Corrió un poco el video.

— ¡coño! Mira ese tarcerito, es delicioso — decía el sujeto mirando el video. — carajo, ¿a que saben esas nalgas? Imagino que a gloria, mi amigo.

— solo dime si esta bien o no, ¿si? — dijo Claudio, quien corrió un poco mas el video.

— de verdad que tienes una hija muy sexy, hijo de puta. Mira esa vaginita, ¡coño! ya tengo una erección, ¡carajo!....¿ella dijo algo en el proceso, le gusto? — preguntó

— hey, solo mira el video, ¿si? — dijo Claudio

— este está genial, mas luego lo veré completo, esta mierda es de las mejores que he visto. ¿Crees que me podrías prestar a tu nena unos….? — Claudio lo vio con una cara de enojo —… es broma, es broma, no te enojes, Claudito.

Sacó ese disco y colocó el otro.

— caperucita roja, jejeje… no sabes lo requeridos que son estos donde la protagonista es caperucita, no se que coño hay con ella — dijo mientras veía el video. — particular mente a mi me gustan mas como vinieron al mundo, sin nada, completamente desnuditas. Pero en fin, cada quien con sus gustos.

— Ya veo — contesto Claudio.

— dios, que buen sexo oral hace tu niña, esta pequeña podría ser una gran estrella del porno infantil cabrón, yo que tu me encargaba de hacerla famosa en esto.

Continuaron viendo el video un instante más.

— Excelente — sacó el dvd — lo hiciste fabuloso, hombre. Te haz ganado tus 12 mil, — sacó los 12 mil de su bolsillo y se los dio a Claudio — debes estar contento.

— yo no diría eso exactamente. — contestó Claudio, recibiendo y guardando el dinero.

— bueno, como sea, ahora si no te molesta me gustaría quedarme a solas un ratito con estos dvds, ¿ok? — dijo el sujeto acercándose a la puerta.

— bien, — dijo Claudio acompañándolo.

— y ya sabes, Claudio, si necesitas otros 12 mil pues ya sabes que hacer he, solo le traes otros videítos a tu buen amigo Jerry, jejejeje…. Ah si deseas unas copias solo te costaran 25 dólares, tu dirás.

— no, no lo creo.

— claro que no, suertudote, tienes a la pequeña todo el dia en casa, hijo de puta como te envidio. Bueno, adiós, Claudio.

— adiós Jerry. — le dijo y salió.

Esa noche en un club de la ciudad.

— busco al señor Urrutia, dígale que soy Claudio céspedes, vengo por su encargo. — l dijo Claudio al portero del club.

— si, me dijo que te dejara pasar, te esta esperando arriba en su oficina, sube. — le contestó.

Claudio entró el club, se dirigió por las escaleras al segundo piso, de frente a una oficina.

— vengo por… — dijo Claudio a los enormes hombres que estaban fuera de la oficina.

— pasa, el señor Urrutia te espera, mas vale que le traigas buenas noticias, no está de buen humor. — le dijo uno de los hombres afuera parados.

— si, le traigo buenas noticias. — contestó Claudio.

Claudio entró a la oficina.

Dentro estaba en un escritorio un hombre mayor, de aproximadamente unos 68 años, gordo, con una barba de candado y se encontraba hablando por teléfono, cerca a el, habían 2 hombres grandes, fuertes, uno de ellos se quedó mirando a Claudio, el otro estaba sentado limpiando su arma.

El señor Urrutia, el hombre al teléfono le hizo una señal de espera, a Claudio.

— ¡así que no tienes mi dinero, hijo de tu grandísima puta madre! — gritaba por el teléfono— perfecto, mira por tu jodida ventana, maricon de mierda, fuera de tu casa esta una camioneta azul, en un minuto esos hombres que están ahí, van a entrar a tu casa y te van a romper las piernas, maldito hijo de puta…. ¡No me interés!.... ¡no me importa!... ¡¡también le romperán las piernas a ellas, maldito hijo de perra!!! — colgó el teléfono fuertemente.

El señor Urrutia se arreglo el poco cabello que tenía, respiró y exhalo fuertemente, miró a Claudio.

— negocios, Claudio, negocios, bueno, espero tu me traigas buenas noticias.

— si, ya le tengo su dinero, ya tengo sus 10 mil.

— correcto, dámelos ahora mismo. — le dijo.

— Si, tome — Claudio sacó el sobre condinero del bolsillo y se lo dio al señor Urrutia. — hay 12 mil ahí, señor.

— ¿12 mil? — dijo revisando el sobre.

— si, es por hacerlo esperar, señor, es mi manera de disculparme.

— ok, me caes bien, hubiera odiado verte con las piernas destrozadas, me alegra que pagaras. Pero dime, ¿como conseguiste tan pronto el dinero? Ayer no tenias nada.

— de una menara que no olvidaré jamás, señor.

— jajaja… creo que este cabrón se dejo dar por el culo, señor jajajaja…— dijo el hombre que estaba limpiando su arma.

Todos rieron incluso el señor Urrutia, menos Claudio.

— jejeje… ¿eso hiciste, Claudio? Pensé que eras bien hombrecito. Jejejeje…. — dijo el señor Urrutia.

— no, no fue de esa manera, señor. Pero eso hubiera sido mejor que hacer lo que hice.

— ¿pues que coño hiciste, Claudio? — preguntó el señor Urrutia.

— no se lo puedo decir, señor, disculpe, ahora me tengo que ir.

— como quieras, y ya sabes, he, si necesitas otro préstamo, pues aquí estoy, jajajaja…

Claudio salió del club, se subió a su auto, se fue.

En un bar de la ciudad.

Claudio estaba sentado en la barra, tenia en la mano un baso vacio.

— ¿le sirvo otra, amigo? — pregunta el barman.

— si, sírveme otra. — se notaba que ya estaba algo mareado.

— ¿se le ve algo, preocupado amigo, que le sucede? — preguntó el barman.

—pues, se podría decir que acabo de salvar mis piernas, pero a un costo muy alto, ni te imagina lo que tuve que hacer. — contestó tomando el baso de licor. — dame otra, hombre.

— bueno, lo que haya hecho pues ya pasó no hay marcha atrás, además mírese, esta usted aquí, con sus piernas, valió la pena ¿no? Hay hecho lo que haya hecho, además, no creo que haya matado a nadie. — le dijo, mientras le serbia un trago mas. ¿O si?

— pues no, hice algo pero, amigo, algo que no te puedo decir, pero que… que jamás voy a olvidar, y que jamás me voy a perdonar.

En eso su celular suena.

— ¿Juan? — dijo, mirando su celular. — hola, Juan, hermano, ¿como estas? —contestó

— Claudio, ¿donde carajos estas? Te estoy buscando desde ayer. — dijo su hermano por el teléfono.

—Estoy aquí en el bar “las ruedas” ¿Por qué no te vienes a acompañarme, he?

— nada de eso, te estoy buscando por que falleció el tío, Jimmy, ¿lo recuerdas?

— ah si ese viejo de mierda, ¿de que murió¿ — preguntó.

— le dio un paro cardiaco mientras estaba haciendo ejercicios.

— ok, pero para que me buscas, sabes que no pienso ir a su funeral, odio los funerales.

— lo se, el también por eso no se le hizo nada, la cosa es que antes de ayer se leyó testamento, nos ha dejado a cada uno de sus sobrinos 800 mil dólares.

— coño…. no puede ser. ¿Estas bromeando verdad, hijo de puta? — contesto, no podía creerlo.

— ¡no es broma, borracho de mierda! Nos ha dejado esa cantidad, te he estado todo el día de ayer pero no me contestabas, ¿por que coño tenías el celular apagado?

— es que se me apagó me había olvidado cargarlo.

—fui a tu casa y tu mujer me dijo que habías ido con mi sobrina a visitar a un primo enfermo, ¿Qué primo enfermo? Por cierto.

— es un primo de cariño…. Si, un primo de cariño.

— bueno, yo estoy ahora en el aeropuerto, me voy de vacaciones a Miami, hermano. Te he dejado el sobre con tus 800 mil en casa hace unas horas, tampoco estabas ahí, pídeselos a tu mujer, ¿correcto?

— si… se los pediré. Gracias.

— ¡ya deja de tomar, tarado! Ve a casa y lleva de vacaciones a tu familia, ah por cierto, me estoy llevando a mamá. ¡¡¡¡Chao!!!!!

— chao, hermano. — colgó.

Claudio se quedó ahí parado, ensimismado, pensativo.

— ¿esta bien amigo? — le preguntó el barman. — ¿recibió malas noticias?

— he tenido 800 mil dólares en mi disposición desde ayer. — dijo.

— wow, eso es fabuloso.

— Pude haberlos usado para salir de mi deuda, sin tener que hacer lo que hice…— arrojo su celular al suelo —… ¡¡¡maldita sea!!!!! — salió corriendo del bar.

— ¡¡¡oiga, amigo, me debe un vaso!!! — gritó el mozo.

Claudio corrió hacia su auto, y se subió a el y se fue rápidamente.

— ¡Debo recuperar los Dvds!, ¡debo recuperar los DVDs! — repetía mientras conducía a toda velocidad en dirección a casa.

Al llegar a casa abrió rápidamente la puerta y corrió en busca de su esposa la cual estaba en la cocina.

— el dinero, ¿Dónde esta el dinero? ¡El dinero!— Repetía, — ¡lo necesito, dámelo!

— ¡¿que te pasa, coludió?! ¡Me lastimas! — dijo ella mientras el la tomaba de los brazos.

— ¡necesito el dinero que te dejo mi hermano, dámelo!

— está en la sala, esta en la mesita de la sala — le contesto.

El la soltó y fue corriendo a la sala por el sobre.

— Aquí está — dijo, cogió el sobre y miró el dinero.

— ¡oye! — Dijo ella que lo había seguido a la sala — ¿Has estado bebiendo, verdad? Cuantas veces….

— después hablamos, mi amor, ahora debo ir a hacer algo muy importante. — dijo el, salió rápidamente a la calle.

Claudio se subió a su auto y rápidamente se fue.

— ¿que demonios le pasa a este? — dio ella en la puerta de la casa.

— ¿mamá a donde fue papá? — pregunta la pequeña niña.

—no lo sé hija, vino y se fue rápidamente. Estaba algo raro.

— a lo mejor esta enojado conmigo. — dijo la niña que acababa de despertarse.

— ¿por que estaría amargo Laurita? — preguntó la mujer.

— quizás nuestra película no salió tan bonita como el quería.

— ¿película? — dijo.

— si, me dijo que no te dijera, pero ayer fuimos a grabar una película.

— ¿que? Explícame eso, hija.

Claudio llega al apartamento de Jerry.

Claudio sube rápidamente las escaleras, se dirige al apartamento 12 del edificio.

Toca la puerta rápidamente.

— ¡ya va!, ¡ya va! ¡Maldita sea, son casi las 10! — gritó Jerry desde adentro. —¿Quién carajos es?

— ¡soy yo Jerry, soy Claudio! — contestó.

—Claudito, amigo — abrió la puerta — si pensabas visitarme me hubieras llamado antes, hombre.

Claudio entro rápidamente y le tiró en la cara a Jerry sus 12 mil.

— ¡devuélveme los dvds, ahí tienes tus 12 mil!

— espera, espera, Claudito, ¿de que se trata esto? ¿estas jugando con migo?

— no es ningún maldito juego, ¡quiero los dvds en donde sale mi hija, y los quiero ahora!

— ¡espérate! ¡Espérate! ¿¡Que coño te pasa!? ¡No puedes venir aquí asi como si nada a mi departamento a exigirme que te devuelva nada!

— ¡devuélvemelos, Jerry, no estoy jugando, es en serio!

— ¡para empezar esos video ahora ya no son tuyos…

Claudio arremete contra Jerry le da un puñetazo y lo arrincona contra la pared, la cabeza de Jerry choca duramente contra esta.

— ¡devuélveme esos dvds ahora! — grita Claudio.

— ¡espera, relájate, yo te los compré esos dvds son míos, hombre!

— ¡ya te devolví tu asqueroso dinero! ¡Devuélveme los dvds, o pondré de cabeza tu asqueroso departamento hasta encontrarlos!

— oye, no jodas, hombre, yo…

Claudio comenzó a golpear a Jerry este casi no podía defenderse.

— ¡espera, hombre!… ¡tranquilo!…. ¡Demonios, no seas…!…. ¡Claudio, espera…! — decía mientras era golpeado.

— ¡¿me darás esos dvds o no?! — preguntó Claudio.

— ok, ok, tranquilízate, hombre… — decía Jerry el cual tenia la nariz y el labio superior roto, estaba sangrando.

— ¡dámelos!

— ¡escucha, escucha! — decía el ahí arrinconado. — ya no tengo tus discos, los vendí…

— ¿que?

— Si, los vendí, solo tengo las copias que me hice para mi consumo personal, esta en mi computadora — dijo señalando su computadora, la cual estaba en el otro cuarto. — yo solo consigo videos amateur como el de tu nena, después se los vendo a un sujeto que los revende por internet, ahí esta el negocio, hombre, en internet, yo… yo solo soy un pequeño distribuidor.

— ¡hijo de puta! — le metió un nuevo puñetazo a Jerry. — ¡dime donde encuentro a ese cabrón! —preguntó.

— yo… yo… — escupe sangre a un lado yo… no se donde estará. — contestó.

— ¿ah si?

Claudio comenzó a golpear nuevamente a Jerry

— ¡de acuerdo! ¡De acuerdo! ¡Te diré donde encontrarlo!... — dijo Jerry, Claudio cesó de golpearlo — ¡…pero no me sigas golpeando, por favor! ¡Ya no me golpees!

— ¡habla, jodida rata de mierda!

— todos los viernes cuando viene a comprarme los videos que yo le consigo se va a un hotel, un hotel que está por la carretera 53.

— ¿santa Laura? No me jodas, ¡¿el hotel santa Laura?! — dijo sorprendido.

— si, si, ese mismo, hombre. Ese hotel en la carretera 53, ahí el sube los videos a internet, y lo vende, hace mucho el dinero el hijo de puta, el video de tu hija le encantó incluso se lo vendí mas caro que lo norm…

— ¡cállate! — Claudio le calló la boca de un puñetazo — ¡¿como se llama el sujeto ese?!

— Osorio, Manuel Osorio, ese es su nombre, Manuel Osorio — contestó Jerry.

Claudio soltó a Jerry y se dirigió a su habitación, cogió el cpu de su computadora y la estrelló contra el suelo.

— ¡¡¡¡no!!!! — gritó Jerry. — ¡mi pornografía!, ¡¡¡no!!! ¡¡Maldito!

Claudio cogió el monitor y también loe estrelló en el piso, sobre el cpu, comenzó a pisotear todo, cogió una silla y con la pata de esta comenzó a destruir el disco duro.

— ¡sabia que fue un enorme error aceptar tu sugerencia!, ¡nunca debí hacer negocios contigo, maldito!, ¡fui un estúpido! — gritaba Claudio mientras destruía la computadora.

— ¡¡¡¡no, mi computadora, maldición!!! ¡¡¡¡Todo mi porno, se fue!!!! — gritaba Jerry.

Claudio se acercó a el.

— ¡agradece que no te mato, maldita rata!

Claudio salió del cuarto, Jerry se fue arrastrándose hasta su computadora y se quedó ahí lamentándose y llorando.

Claudio subió a su auto, y se fue rápidamente en dirección de la carretera 53 de santa Laura.

12 de la noche.

Carretera 53 de santa laura.

Claudio llega al hotel, estaciona el vehículo rápidamente, sale del auto ingresa al hotel, se acerca a recepción.

— ¡Manuel Osorio! ¡busco a Manuel Osorio! ¡Se que está en este hotel, dígame, en que cuarto está! — dijo.

— lo siento, no le puedo dar esa información.

— ah, no me puede dar esa información, correcto.

Claudio sacó un arma de su bolsillo, una calibre 9.

— ¡¿me lo dirá ahora?! — dijo.

— ok, ok, tranquilo, señor… no haga una locura…

—¡¡dime donde esta el maldito!!! — gritó Claudio apuntando al recepcionista.

— ¡cuarto 12! ¡Cuarto 12! ¡Está en el cuarto 12! ¡Por favor no me mate! — conetsto muy asustado el recepcionista.

— ¿cuarto 12 dices? ¡Coño! ¡¿Esto debe ser una broma!? — dijo.

Claudio se dirigió rápidamente al cuarto 12 por las escaleras. Recepcionista coge el telefono, seguramente llamara a la policía.

Al llegar al segundo piso Claudio abre la puerta del cuarto 12 de un patadon.

Dentro del cuarto un sujeto esta sobre la cama en shorts, con una laptop, unos audífonos, y bastantes dvds sobre la cama.

— ¿que carajos pasa aquí? — Notó el arma en la mano de Claudio — wow, tranquilo amigo… — dijo.

— vengo pro los videos, en los que sale mi hija, maldito hijo de puta, ¡devuélvemelos ahora!

— ¿que? No e de lo que hablas, amigo.

— ¡no te hagas el que no sabes maldito bastardo! Se que hoy le compraste a Jerry unos dvds en donde sale una niña disfrazada de caperucita y de enfermera, ¡devuélvemelos ahora mismo!

— ok, ok, relajare.

— ¡no e digas que me relajes, maldito perro! — gritó Claudio.

—Ok, ok te devolveré los dvds, ¿ok? — buscó entre los discos que tenia a un lado —ok, estos son, amigo, llévatelos, llévatelos ya.

Claudio se acercó y los tomó.

— ya los subiste a internet, ¿verdad, desgraciado?

— pagué por esos discos, amigo, pude haber hecho con ellos lo que me venga en gana, ¿entiendes?

— ¡en esos videos sale mi hija, pedófilo de mierda! ¡Quiero que los elimines de la red y me des esa laptop, ahora!

— jajaja… no lo creo amigo, ¿sabes cuanto me dan por estos videos en la red? Ya te devolví tus jodidos discos, ya no me jodas, ¡lárgate de mi cuarto! — contestó

— ¡¡¡no te hagas el valiente, maldita porquería, elimina esos videos de donde lo hayas subido, ahora!!! — gritó Claudio.

— nada de eso, amigo. Yo pague 20 mil por esos 2 dvds, y tengo que recuperar lo invertido, ¿entiendes? Yo… ahh…ya te reconocí, tus eres el que sale con la niña, jajaja…

— ¡ya cállate y haz lo que te digo, hijo de puta!

— jajaja… ¿con que cara me llamaste pedófilo de mierda? ¿Sabes? Para tu información yo no soy pedófilo, no me gustan las niñas, solo hago negocio con estos videos, ¡a mi me gustan las mujeres!

— ¡cállate! — gritó.

— ¿y dices que es tu hija?, ¡coño! tu si que eres caradura, ¡eres un depravado! Y vienes aquí a llamarme pedófilo jajaja…

— ¡que te calles!

— yo hago negocios con esta mierda, ok, pero nunca toaría a un niño, menos a mi hija, yo….

Antes que terminara la frase Claudio calló Manuel de un balazo en la cabeza.

— ¡maldito, yo no soy ningún pedófilo! — Gritó, acercándose al cuerpo — ¡entiendes! ¡Yo no soy un pedófilo!

Claudio cogió la laptop, había una sesión de chat abierta, y una pagina web en donde se estaban vendiendo muchos de forma online videos de pedofilia y fotos. Entre ellos estaban los 2 de su hija, los videos había sido descargados y pagados mas de 1000 veces, y el contador seguía subiendo poco a poco. Cada video se vendía a 50 dólares. Claudio trató de borrarlos, pero no podía, ya que había descargas en proceso, trataba de cancelarla y nada, no podía hasta que las descargas ya pagadas concluyan, era desesperante para el.

La desesperación, el miedo, el asco de ver esas imágenes, el odio por si mismo, el asco que sentía, lo había hecho perder la razón, no podía hacer nada, simplemente era inútil, ya mas de 1500 pedófilos habían descargado el video, ya muchos se habían masturbado viendo a su hija desnuda haciendo cosas horribles, eso terminó enloqueciéndolo.

Afuera la policía ha llegado, entran rápidamente al hotel, el recepcionista les informa lo que pasó, les dice que se escucho un disparo en el cuarto 12, les dice del hombre desesperado que entró, les guía hasta el cuarto.

— ¡Es la policía, salga con las manos en lato!— grita uno oficiales.

De pronto un nuevo sonido de disparo alarma a las personas afuera del cuarto, entre ellas los vecinos mirones.

— ¡carajo! — grita uno de los oficiales el cual patea la puerta y la abre.

Los oficiales entran apuntando, esperando encontrar a un loco y armado apuntándoles, pero lo que encuentran es a un hombre sentado ahí en una esquina, llorando, con el cañon de su calibre nueve dentro de su voca, una laptop destrozada de un balazo, un cadáver en la cama, unos dvds a su lado.

— ¡levantase, tire el arma y levante las manos! — grita un oficial.

— no merezco vivir, solo díganle a mi hija que lo siento.

Fueron las últimas palabras de Claudio, antes de dispararse.



Fin.

Lunes 25 de enero de 2010

Franck palacios grimaldo.

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cuarto 12 capitulo 4: pedofilia
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