Vieja histérica

Hoy me levanté con deseos de hacer otra cosa, menos la de entrar a la cocina. Ayer viví una terrible experiencia que no quiero ni recordar:
Al entrar a preparar el desayuno, noté que la boquilla de la estufa se prendió sola. Pensé que todavía estaba dormida y que de manera inconsciente la había prendido. Coloqué la sartén y preparé mi café del cual se desprendió un delicioso aroma.
Horas más tarde, volví para preparar el almuerzo, nuevamente la boquilla se prendió, pensé: ¡estas modernidades!… Sentí calor, estaba sudando y alcancé a percibir que la campanilla del extracta olores se robaba mi sudor, veía cómo las goteras ¡ascendían una por una! Al abrir la nevera para sacar las verduras, la carne y un poco de agua para tomar, sentí como su puerta me abrazó tiernamente tomando mi cintura, y hasta sentí una sensación extraña: era como si me acariciaran mis nalgas, no podía retirarme de allí, de pronto vi que un tomate me guiñó el ojo. Abrí mis ojos y de inmediato la puerta de la nevera se abrió dejándome ¡libre!.
Bueno, sentí que me refresqué por unos instantes…
Minutos más tarde al intentar recoger la basura de los sobrantes del lavaplatos, sentí que el orificio por donde se despacha el agua, me aprisionó un dedo. Alcancé a decir ¡Hay, qué pasa! De inmediato mi dedo estaba suelto.
Al abrir la puerta del horno para colocar la carne, vi que un pequeño ratón salió de él, ¡que susto me provocó!, pero era tan pequeñito que hasta ternura me dio, observé sus ojitos apenados ¡parpadeaban!, ¡me estaba coqueteando!, ¡no podía ser! Se contorneaba, ¡ay que preciosura!, nunca me habían coqueteado de esa manera…
Cuando ya empezaba a sentirme medio histérica porque era hora de terminar mi almuerzo y no lo había logrado (ya mi esposo llegaba) y sabía que me iba a cantaletear, con la misma frase de siempre:
— ¡Sabes que llego con hambre y tú sin terminar ese bodrio de comida que haces!
Estaba sudando nuevamente, los calores de la menopausia me tenían azarada, pero sentí que de la llave del lavaplatos salió un chorro de agua fría que refrescó mi cara.
¡Esto era lo mejor que me había podido suceder!, ese maldito calor que me invadía hasta la espalda. Me sentí tan feliz con toda el agua que me refrescaba que me importó un bledo que llegara mi marido y yo sin tener el almuerzo preparado. ¡Que se fuera al infierno! Haber si ahí sentía los mismos calores ¡que yo! Todo el día tomando agua fría de la nevera y con el abanico dándome aire sobre la cara y renegando:
— ¡No se por qué a los malditos hombres no les da esto!..
De pronto escuché una vocecita que me preguntó:
—¿A qué marido te refieres? Nunca he visto uno por aquí. Creo que los calores de la menopausia, te están volviendo loca, nunca entras a la cocina porque no te gusta cocinar y tampoco ¡sabes! Sentí que me gritó… ¿Porqué crees que me la paso metido en el horno en medio de telas de arañas?
Salí de la cocina sin rechistar, el ratoncito me estaba diciendo las verdades en mi propia cara. Luego lo odié, pero con fuerza, mucha fuerza; de manera histérica grité: la próxima vez que te vea en la cocina, te atrapo y te arrojo a la calle.
Cuando miré por debajo de la puerta de la calle, vi una sombra y al abrirla, el ratoncito caminaba de manera elegante, movía la cintura el descarado ése, y con una mano en lo alto, me dijo:
—Adiós vieja histérica, antes de que me saques de tu maldito horno, ¡me salgo yo!

Etelsaga, abril 1o. 2010

jajaja, uff entre que me rio y me imagino la situacion ,oye mujer si que estas mal jajajaja.
Un cuento diferente, donde la animación y la personificacion estan muy bien trabajadas, una historia en segundo plano de soledad de esa mujer, disfrazada de forma magnifica por situaciones disparatadas y amenas para el lector.
Un buen cuento compañera, excelentement e trabajado.
(ire a poner un poco de queso en el horno sería terrible que se fuera el ratón que alli vive ja)

Que las hadas te acompañen.
Te felicito , de verdad es un excelente cuento

Gracias Poe, personalmente me sentí tranquila y contenta cuando lo finalicé. Se entrevee en él tanto el humor, como la soledad de una mujer que necesita amor, que se imagina a un marido que llega para quizás tomarla de la cintura, de fantasear con el ratón que la enamora, pero que finalmente se convierte en un dedo apuntador a su histerismo.

Feliz domingo

Me lleno de ternura tu cuento Etel¿que haria esa mujer sin el ratoncito amigo? Es bueno tener alguein en casa con quien poder confesarse, enojarse, reirse,y tantas cosas más.No importa que no haya marido,tampoc importa que no haya humanos¿quien los necesita? jaja mientras te tengas a ti misma y tu corazon esté vivo....(y la heladera este llena jaja)
Sos divina Etel...una hermosura de mujer y nada de histerica eh eso si que no un poquito excéntrica nada más jaja
Que pena q tengo gatos sino adoptaba ese coqueto ratoncito
Ximena

JA BUEN CUENTO IA, A VECES LOS HUMANOS SOMOS ASI, NOS AFERRAMOS A IMAGINARIOS SOLO POR LA FALTA DE CARIÑO.
TE QUEDO MUY BUENA LA HISTORIA RESULTA COMICA LA SITUACION, Y BUUENO,HISTERICAS SON, CON MARIDO O SIN MARIDO,JOVENES O VIEJAS JAJAJA SINO NO SERIAN MUJERES JAJAJAJA
CON CARIÑO VA ESO TIA
BESOS

Si Mateo dice que somos histéricas, mmmmm, tendrá razón? jajaja...

Soy poco dado, o nada, a comentar escritos aquí aparecidos salvo excepciones, y esta es una de ellas. Me encantó tu escrito no sólo por lo que encierra en sí sino más bien por lo que dejas entrever en tus palabras y que es toda una "historia" intima y personal.

Deberíamos practicar más la búsqueda de ratones a los que culpar o señalar de nuestros males o a los que contar nuestras historias o con los que contar para en casos concretos, por ejemplo en los momentos de soledad bien llevada liberar nuestra mente y desnudar el alma...

Practicar la escritura no es sólo un acto intimo donde nuestra voz suena exterior y abiertamente, no. También es un acto de bondad y humildad del cual sale todo lo que llevamos dentro y que de otras maneras no sabemos expresar unas por incapacidad y otras por miedo e incluso por vergüenza u otros complejos.

En definitiva, Etel, me ha gustado y creo percibir mucho más de lo que ahí quedó.
Un abrazo.

Teknarit, Africa.

Ethel, me has impresionado!!
Que belleza!... lo imaginé totalmente... hasta sentí que me abrazó el frío de
la heladera al abrir la puerta!!
Genial, me pareció increiblemente bello!!

Mis felicitaciones, Ethel!
Un abrazote amiga.

*

Ante todo querida Ethel, aplausos...maestría en el fino humor y la manera de describir sentimientos íntimos, situaciones aromas y demás al relatar una anécdota en nada más y nada menos que primera persona (con lo que ello implica al autor de esfuerzo). Me transmitió un montón de cosas. Lo léi dos veces porque sentí que había muchas cosas en el texto. "Gracias Poe, personalmente me sentí tranquila y contenta cuando lo finalicé. Se entrevee en él tanto el humor, como la soledad de una mujer que necesita amor, que se imagina a un marido que llega para quizás tomarla de la cintura, de fantasear con el ratón que la enamora, pero que finalmente se convierte en un dedo apuntador a su histerismo."con este comentario que respondés, te admiro aún más pues lograste vencer algo nada fácil para vos y aunar ese humor (del "bueno") con la profundidad del concepto de la soledad. Un fuerte abrazo y mis más sinceras felicitaciones.
Sil.
Postdata: lo de Mateo...hummmm...y bueno, además hay que reconocer que hasta hay algunos que en su momento se han valido de la medicina y la Histerectomía para asociar con ligereza el concepto psicológico y el orgánico. Hagas lo que hagas, digas lo que digas, lo que digan lo dirán jajaja. Todo bien

Mil gracias por sus comentarios, de verdad que también a mi me gustó. La historia de este texto se produjo, cuando buscaba material y quien escribiera sobre arte en la cocina para la revista Mandala, abrí un blog donde ví a una mujer que la absorbía la nevera y ese fue el disparador, entresaqué los famosos calores míos de la menopausia, claro que de histérica no tengo nada... y el ratoncito y toda la fantasía salió de la nada...

Felicidades

¡Jajajaja! ¡Qué dvertido,Etel! Es para pensar...serán resultados de la menopausia... o las visiones estaban causadas por alguna otra causa...
Un bonito cuento, sí señor...

Mil gracias Xanino, me empujas a seguir escribiendo.
Un abrazop