Metamorfosis increible
Un día cualquiera, de pleno verano, en que el sol brillaba a plenitud, las calles estaban llenas de una multitud que caminaba aparentemente sin rumbo fijo, los coches pasaban sin cesar y el ruido era ensordecedor ; en el fondo de un bar se encontraba Juan. Hombre joven, soltero, musculoso, de porte atlético y con una larga historia de Don Juan
tenorio incorregible ; que a su relativa corta edad, 25 años, ya había engañado a unas tres docenas de mujeres, dejando una estela de hijos por su paso con las consabidas secuelas sociales que esa irresponsabilidad conlleva.
En ese susodicho día, nuestro Juan Tenorio se hallaba en compañía de tres hermosas chicas de diferentes nacionalidades, formándose una sinfonía lingüística armoniosamente comprensible entre ellos. Al caer la tarde, Juan y su precioso ramillete de flores, ya algo pasados de copas, se montaron a un lujoso Rolle Royce, de propiedad de Juan, con rumbo desconicido ; pero al tratar de pasar por un paso nivel del metro de la localidad éste los arrolló violentamente, muriendo en el acto nuestro personaje ; mientras que, las tres chicas salieron milagrosamente ilesas del violento impacto.
En una blanca y sencilla oficina sin lujos, pero con toda la tecnicidad de la electrónica y de la informática, vemos a Juan hablando con un venerable anciano ; hombre de larga cabellera, ojos azules como el mar y piel blanca como la azucena ; de una gran belleza helénica. Era un ser que irradiaba mucha bondad, sapiencia y amor ;Juan lo llamaba Don San Pedro. En medio de una larga conversación que se había prolongado por horas San Pedro le dijo a Juan : « Veo que has muerto antes de tiempo, como también he notado que has sido cruel y despiadado con las mujeres ; por esto, tienes un lugar seguro en el infierno. El problema es que en este momento ese sitio está repleto, hay un hacinamiento impresionante, por lo que te tocaría esperar un tiempo en el limbo » ; pero con el Señor y con Lucifer hemos acordado volverte a mandar a la tierra para que cumplas con tu ciclo de vida ; eso sí, te daremos un castigo bien ejemplarizante.
A la mañana siguiente, al despertarse Juan con un terrible dolor de cabeza, a consecuencia de los tragos del día anterior, y sin acordarse de nada de lo que le había sucedido se dirigió al toilette, y cuando se disponía orinar al no encontrar lo que buscaba, con rapidez y nerviosismo se miró y entonces gritó :
¡ Oh no, esto no puede ser posible !
¡ Estoy convertido en una mujer !
¡ No lo puedo creer !
¿ Por qué a mí, me ha pasado esto ?.