|
| LA CASA DEL OLVIDO | |
| | Autor | Mensaje |
---|
RosanaVera Escritor activo
Cantidad de envíos : 927 Fecha de nacimiento : 20/11/1964 Edad : 60 Localización : Santiago de Chile Fecha de inscripción : 22/11/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: - a la excelencia en sus comentarios Mención: Premios:
| Tema: LA CASA DEL OLVIDO Vie Feb 05, 2010 8:53 pm | |
| ”En homenaje a quienes han partido antes que nosotros,
Y a las personas anónimas que en sus trabajos mínimos,
Dan más amor del que nadie podría imaginarse”
Cansada ya de tanto andar, me llamó la atención el nombre de la calle: “Viviendo
De Recuerdos”. Seguí hasta el final. Había una casa que ocupaba toda una
Manzana, con enormes paredes y alambres con púas. En la entrada había una
Inscripción: "BIENVENIDOS A LA CASA DEL OLVIDO".
No sé por qué, cómo ni cuándo llegué hasta ese lugar; en un momento apareció
una persona vestida de blanco, preguntó si venía por el trabajo. Toda confundida
asentí con mi cabeza. Me hizo entrar, caminamos por un pasillo hasta una oficina
donde se encontraba la Administradora, quien preguntó algunas cosas y me dió
el empleo, ¡gracias a Dios ya estaba trabajando! ¡Comenzaría el viernes! ¡Estaba
feliz!
Llegó el gran día, en aquella casa había un olor muy especial, era como sentir el
aroma que tiene el abandono, la soledad, el desamparo, la frialdad y tantas cosas
más que no puedo describir. Caminé por un pasillo largo donde había sillones a
ambos lados y en ellos sentados unos niños extraños, con ojos alargados; se
veían cansados, tristes, y vestían ropas viejas.
Me entregaron un uniforme y una coraza que debía ponérmela en el pecho;
todas las personas que trabajaban la traían puesta, lo encontraba absurdo, ¿quién
podría atacarme en aquel lugar donde sólo habían niños? La verdad, aquí, entre
nosotros, nunca me la puse.
Al paso de los días los fui conociendo a todos por sus nombres. Mi trabajo
consistía en lavar sus ropas; los menos eran auto Valente, otros postrados, con
distintas discapacidades. Me di cuenta lo importante que es ser agradecidos con
cuanto tenemos. Este trabajo es diferente a todo lo hecho en mis años de
servicio, y vaya que llevo camino recorrido conociendo distintos oficios. La gente
no cambia, siempre encuentro actitudes, cualidades, defectos, virtudes que se
repiten.
Por ahora les contaré de mis amigos, los niños: Comenzaré por Marta, una niña
muy caprichosa, por todo alegaba. Después que nos conocimos, andaba detrás de
mí; sus palabras aún las conservo en mi mente: —Mira como ando, no tengo
pañal, no tengo pañuelo, la Fresia tiene pañuelo, a ella le dan de todo, ¿tení un
pañal? ¡Oye! Pásame un pañal, tení colonia y crema, échame crema—. Le puse
una vez y ya cada día era igual, dame esto, dame aquello, nunca más me dejó
respirar, hasta ocupaba mi baño; un día... ¡Ni les cuento! Pasa que ella no
masticaba la comida, todo lo tragaba, como si el mundo se fuese a acabar; y por
más que tiraba la cadena no se iba, ¡huu! Estuve casi todo el día en función del
baño; después quiso ir y le dije: — ¡No por favor no! — y me decía —Si
hago sólo pipí—, ja, ja, ja. Nunca se cansaba de repetir las mismas
palabras, y cuando me pedía algo me hinchaba hasta que se lo daba. A mí
Marta, se la llevaron a otro lugar, la consideraron un peligro para las otras
niñas; la extrañé, y por un buen tiempo estuve con un dolor en el pecho.
Otro día fui a la pieza de Olga, estaba llorando, pues quería estar en su casa. Le
gustaban mucho los animales y la libertad, —me quiero matar— fueron sus
palabras en medio de sollozos — ¿Por qué? — le pregunté. —Porque aquí no
puedo hacer mi gusto, la Madre, (así llamaban a la señora de blanco que me
recibió cuando llegué) no me quiere porque no voy a su reunión donde repiten las
mismas palabras todos los días, me aburro de eso, ella no me soporta, yo
quiero ir a ver mi casa, cuidar pollitos, comer fruta; tengo muchos árboles, tiene
que ir a mi casa y comer frutita, le va a gustar.
Hizo que se me escaparan unas lágrimas. Le acaricié su cabello y se calmó un
poco.
“Vamos a dejar la puerta abierta para que, cuando pasemos, nos vea Jesús”, dijo
la Madre, cuando avanzábamos por el pasillo hacia la oficina de la
Administradora”, “pues, detrás de esa puerta, está la capilla”. Sonreí, ella es
italiana, me señaló un retrato que estaba en la pared. Muy orgullosa dice:
—Esta es mi fundadora.
La Madre, es una buena persona, se desvive por los niños, solo
que ya está un poco cansada, como ellos; tal vez le haría bien descansar, ha
trabajado tanto, ya tiene 72 años, es adulto mayor y no entiende, o no quiere
entender a "estos niños". A veces pienso que no quiere ser como ellos y, aunque
está cansada, no se detiene porque teme volver a ser niño.
El trabajo aquí ha sido duro es una carga muy pesada y no sólo física sino
emocional, pero se siente una satisfacción tan grande al ver sus rostros sonreír
cuando te entregas. El darse es entregar sin esperar nada a cambio, y qué mejor
dar a quien nunca te devolverá; porque ellos ya lo han dado todo, tienen sus
manos gastadas abiertas para recibir; porqué, entonces, por una vez en la vida,
no probamos el dar, sólo dar. Cuando paso por los pasillos y me encuentro con
algunos de ellos, los agarro a besos, los abrazo, los aprieto. En un principio me
miraban, ahora esperan mis caricias; parece que el cariño y el afecto es una
necesidad como el pan para un hambriento.
Hay veces que tengo un poco de tiempo y voy al comedor para ayudar en las
comidas. El desayuno consiste para algunos, los que no mastican, en leche con
pan picado. Lo llaman sopeado. Sé más de eso porque me gusta darles de comer,
además que son muy graciosos todos, menos José; él es un poco serio.
Estas chiquillas son tan lindas si las vieran como ríen, me contagian; una vez
llegué a llorar de tanto reír. Claro, también lloran, especialmente una, que me ha
robado el corazón. Se llama Adriana. Ella ríe y llora. Antes de irme, en las tardes,
voy a su cuarto para despedirme y le pongo cremita en su cara; me observa con
tanta ternura. Un día me dijo: —Gracias señorita que es linda usted—, y tomaba
mi rostro acariciándolo, como lo hacía yo con ella. Eso me mató, hizo que mis
ojos se pusieran vidriosos. Los llantos en las tardes de Adriana me hacían querer
saber más de ella, pero durante algunos meses no veía que alguien fuese a verla,
por eso pensaba que tal vez la habrían abandonado. Mientras mi amor por ella
seguía creciendo, jugábamos con gestos, abertura de ojos y muchas carcajadas;
cuando llegaba en las mañanas le abría mis brazos desde lejos, y, cuando me
veía, se iluminaban sus ojitos y me sonreía... ¡Éramos tan felices! Claro, a veces
olvidaba que habían muchos más ojos mirando, así que también tenía que
abrazar y besar a medio mundo, y eso me llevaba un buen tiempo, pero valía la
pena. Era algo que llenaba mi corazón, y mis niños se acostumbraron a que
hubiera una regalona.
Es un trabajo tan hermoso, triste a la vez; y aunque trato de hacerlo con todo mi
corazón, mi cuerpo no me acompaña mucho. Una hernia lumbar no me permite
hacer fuerza, y hay muchos de estos pequeños que me piden cosas, que los
lleve al baño o que los acueste; y, aunque no es mi trabajo, en más de alguna
ocasión lo he hecho, porque de veras que voluntad no me falta, sólo que después
no puedo ni moverme.
Todo esto es un mundo nuevo para mí, algo que no conocía, convivir con el dolor,
la angustia, con días que para algunos se hacen tan largos. Con el tiempo he
aprendido que se puede reír con ellos, que sólo les falta motivación, si, ya que a
muchos de ellos los han abandonado, por diferentes circunstancias; no podemos
juzgar cuando no sabemos.
Han pasado ya varios meses y he ido creciendo, llenando de experiencias mí
alma. Cada personaje tiene su historia que me provoca alguna emoción y a la vez
una enseñanza de vida.
Rebeca es hipocondríaca, siempre está enferma de algo. Una vez la llevaban al
médico y le decía a su auxiliar: —Déjame bien bonita por si sale algo—, y ella le
respondió: —Ja, si no tienes de adonde, eres puro pellejo—. Rebeca agregó: —
Eso crees tú, y en todo caso, si yo no tengo él tendrá de donde pueda agarrarme.
Una vez que estaba acariciando a mi Adriana, y Rebeca, estaba en frente y
conversaba con otra niña que estaba a su lado y le decía: —Esa es la Yoya, está
trabajando aquí porque se le murió su mamá, y estar aquí le sirve de terapia,
imagínate tiene depresión. Yo la conozco desde que estaba en la guatita,
¡pobrecita!
Pero esto le va hacer bien—. Lo decía por mí, no sé de donde sacaba tanta cosa.
Cuando llegué a este lugar acompañé a la auxiliar que la fue acostar y vi que sus
piernas estaban resecas y escamosas, tomé un poco de crema y le puse; desde
ese día no me olvidó. Claro, para ella soy “la Yoya”, da igual si se siente bien,
para mí eso importa.
¿Y quieren que les cuente? Hay una que no para un rato, se llama Telva, es
campesina, y habla como tal, todo el día pasa caminando. Ella busca una puerta
por donde salir, dice que la casa está sola y tiene que hacer el aseo, etc. Cuando
estoy colgando la ropa pasa cada cinco minutos para hacerme las mismas
preguntas. Es una prueba a la paciencia; cuando ya quiero gritar le doy un abrazo
y un beso bien apretado y le digo que se quede. Con cara de picarona me dice:
— ¿Y usted me daría alojamiento?— Yo le sonrío y le grito porque es sorda, para
más remate, — ¡Claro, por supuesto! — Ahí me responde: — ¡Ha ya!
Entonces la espero—. No me espera, se va y vuelve, una y otra vez.
Hay dos días de visita, donde pueden venir los familiares, amigos y todos los que
quieran estar con ellos un ratito. Les traen golosinas, regalos, los cuales disfrutan
a concho. Si los vieran… Ríen, gozan; claro, no todos. En realidad son pocos los
que reciben visitas, es la parte triste del cuento, ya que hay algunos que, desde
que los trajeron a este lugar, nunca más los han vuelto a ver.
Y esos ojitos cargados de nostalgia hacen sombra y parecen ojos largos,
letargosos, llenos de dolor y de una profunda angustia que contagia.
También había hombres como Manuel; en la actualidad ya no está. Un día se
quiso marchar y tal vez esté en su chalet, del cual tanto me hablaba; es mejor
pensar eso. Es que su recuerdo hace que me de una clavada en el pecho.
Raúl es un poco especial; cuando recién llegué me tomo de la mano y
besándome la cara me dijo al oído: — ¡Estay rica!—
Otro día me tomó de sorpresa por la cintura, y eso que tiene una sola mano
buena y está en silla de ruedas. Por eso lo saludo de lejitos, ya le tengo miedo, ja,
ja, ja. No, en realidad, cuando voy al comedor trato de tocarlos a todos y les
acaricio los hombros, les pregunto como están; eso les hace sentir importantes, y
me gusta que se sientan así, en el fondo es hacer cuanto me gustaría que
hicieran conmigo si estuviese en su lugar.
Son tantos, si pudiera contarles cada historia no terminaría mi cuento, pero no
puedo dejar fuera a mi poeta, José. A él le enseñaron a recitar, aprendió en algún
lugar y declama unos poemas bellísimos; es un enamorado del amor y de una
pequeña que también se llama Adriana, un poquito frescolina; cuando llega un
niño nuevo lo cambia y se olvida de José, que la quiere tanto. Ellos no pueden
pololear, la Madre no lo permite, así que se ven a escondidas, cuando
ella no está.
Cierto día fui a dejar una ropa al cuarto de Olga, y estaba Guillermina, duermen
En La misma pieza, ya casi no la levantan. Su frase típica es:
—A lo que hemos llegado—, y canta una canción: —adolorido, adolorido, por una
ingrata…—. Es muy linda, — ¿cómo estás Guillita? — responde: —Bien señorita,
a lo que hemos llegado.
—Te vine a ver, estoy muerta, ha sido un día muy pesado, ¡no sabes cuanto!
—Señorita, ¿porqué está triste? ¿Esa es una lágrima?—, le digo: — ¿ésta? No,
no es una lágrima, es una llave—, pregunta — ¿una llave? —Le tomo las manos:
—Sí, ¿vamos? Ven, te voy a enseñar.
—Señorita, no sabía que existía esta puerta, ¡Que hermoso lugar! Y estoy
caminando; dígame, ¿dónde me ha traído?
—Es hermoso, sabes que yo vengo a este lugar cada vez que cae una llave de
mis ojos. Aquí encuentro paz y veo a las personas que quiero. Dime ¿a quién
quieres ver?
—Usted está jugando, señorita.
—No, como crees, ya vez que no necesitas la silla de ruedas, ni alguien que te
cargue; has venido sobre tus piernas y si lo deseas ¡puedes correr! Ándale, te
echo una carrera, ¿te animas?
—Ja, ja, ja. Si, ¿cómo no? Seguro que a mi edad voy a estar corriendo.
—Mira, ¿ves ese valle de pasto verde y al fondo esas flores?
— ¡Oh, nunca vi flores más bellas!
—Ya ¿quién gana?¡A la una, a las dos y a las tres!
—Usted hizo trampa, se dejó ganar— respondí —No Guillita, siempre he sido muy
mala para correr, ¡de veras me ganaste!
—Señorita, qué bien se siente aquí, hasta tengo ganas de vivir, ¿siempre hay sol?
Es tan lindo, ¿como es que puedo mirarlo sin que me duelan los ojos?
—En este mundo todo es misterio, no existe el dolor ni la maldad, nunca se
envejece, y puedes encontrarte con tus seres queridos, ¿hay alguien que quieras
ver? — me respondió —Sí a mi madre, ¡allá está! ¿Puedo? — sus ojos brillaban
—Por supuesto, ¡ve! —. La vi correr feliz. —Señorita Rosana, señorita— escuché
a la Guille. — ¡Ah!, ¿qué pasó? — Ella agregó: —la están llamando, parece que
estaba muy cansada porque se durmió—. Estirándome dije: —¡Huu! Lo siento, ya
me voy, un beso y hasta mañana—. Y cuando me marchaba: —Señorita, se le
cayó esto cuando se durmió, es una llave, y es muy bonita, tiene forma de
lágrima.
Al tiempo, mi Guille, se marchó para no volver; se sentía muy sola y decidió partir.
Poco a poco comencé a entender el porqué de la coraza en el pecho. Todas mis
compañeras la llevaban; yo no podía con ella.
Un día, a fines de Junio, mi Adriana ya no caminaba; era muy grande, las
auxiliares no podían con ella. Poco a poco empezó a decaer, tenía una manchita
en uno de sus glúteos; luego se rompió y se hizo profunda. Sentí miedo y mucho
dolor; vino a buscarla un familiar y se la llevó al Hogar de Cristo, un hospital. Ella
estaba sana y no tomaba ni un remedio, eso me angustiaba más; sólo parecía
tener una profunda pena, nunca supe cuál era.
Los días pasaban y fui a verla al hospital. La abracé y besé, muchas veces. Mi
Llanto no era sólo externo, mi alma también lloraba y no quería dejar que se
fuera. Le escribí un poema, es mi forma de mantenerla en mi corazón.
El 20 de Agosto decidió partir, fue cuando mi corazón parecía de cristal y sentía
que caía a pedazos. Sé que era lo mejor, pues estaba sufriendo mucho. En ese
momento entendí el porqué de la coraza y tal vez si me la hubiese puesto no
tendría tanto dolor. Cuando pasaron los días fui a buscarla, me la puse y estuve
un tiempo caminando por los pasillos, triste, buscándola. En mis recuerdos sólo
existía ella; tomaba su ropa que quedó en la lavandería, la abrazaba, y me hacía
miles de preguntas.
Entendí a mis compañeras. Claro, cada una de ellas tiene sus propios dramas. No
es bueno encariñarse con niños que están preparándose para partir. A casi un
mes de la partida de mi regalona, decidí volver a quitarme la coraza; no puedo ser
tan egoísta y pensar en mí, cuando mis niños están muy solos y necesitan el roce
de unas manos, un abrazo, un beso, algo que parece tan básico, pero que no
todos están en condiciones de dar. Así que, mientras esté en este lugar mi misión
será servir, mi cariño y amor no les va a faltar. Ahora debo preparar mi mente
para saber que ellos se marcharán pronto y tendré la esperanza que algún día los
encontraré, al final de mi camino.
FIN Agradezco a Loreto Silva y Norberto, por su ayuda en la corrección del texto. Estas son algunas de mis experiencias en el hogar de ancianos Betania, lugar donde trabajo actualmente. | |
| | | TEKNARIT Escritor activo
Cantidad de envíos : 574 Fecha de nacimiento : 05/09/1966 Edad : 58 Localización : En algún lugar al oeste de África Fecha de inscripción : 12/10/2009
| Tema: Re: LA CASA DEL OLVIDO Sáb Mar 27, 2010 10:48 pm | |
| Eres afortunada por ser como eres, por sentir como sientes, por querer como quieres...Estás viva.
"¿Por qué se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio".
Teknarit, África. | |
| | | RosanaVera Escritor activo
Cantidad de envíos : 927 Fecha de nacimiento : 20/11/1964 Edad : 60 Localización : Santiago de Chile Fecha de inscripción : 22/11/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: - a la excelencia en sus comentarios Mención: Premios:
| Tema: Re: LA CASA DEL OLVIDO Sáb Mar 27, 2010 11:12 pm | |
| Gracias Teknarit, (que nombre más difícil, je,je,) Eres muy amoroso y tu comentario me da fuerzas para seguir, Dios te bendiga, pronto pasaré por tus escritos... | |
| | | Jaime Olate Escritor activo
Cantidad de envíos : 2341 Fecha de nacimiento : 17/01/1941 Edad : 83 Localización : Santiago de Chile Fecha de inscripción : 01/08/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: -Escritor con textos DESTACADOS Mención: Lobo ,El Detective. Texto EXCEPCIONAL Premios: 1ºLugar Concurso "Ecología" parte Textos, Octubre de 2010
| Tema: Re: LA CASA DEL OLVIDO Jue Jun 27, 2019 10:37 pm | |
| Esta vez, al leer de nuevo esta historia, tomé valor para comentarla, querida amiga.
Hay mucha gente ( ¿humanos ? ) que prefieren creer que es una historia inventada. Pues en mi carrera policial SÉ QUE EXISTEN LAS CASAS DEL OLVIDO y con mi esposa derramamos lágrimas de dolor ante el abandono en que quedan niños. Hay que aplaudir a los médicos y personal paramédico que los atienden; es cierto que ellos se ponen una coraza en sus pechos y se ven indiferentes, pero ... AHÍ ESTÁN LABORANDO, cumpliendo su misión.
Cuando fui Comisario Jefe de la Policía de Investigaciones en la ciudad agrícola de Parral, chocamos con la terrible realidad al comenzar a hacer labores sociales. Nany dirigía un Club de Ancianos que se reunía mensualmente en nuestro Cuartel y la adoraban los viejitos; fuera de darles una suculenta cena, los proveíamos de ropas. Con las señoras de los funcionarios y mi secretaria, Nany salía al Mercado municipal, ferias libres y comerciantes amigos míos que nos daban alimentos para nuestros viejitos que llevaban, además, ropas que juntábamos pacientemente. En lo personal LES PEDÍ, no les ordené, a mis funcionarios que me ayudaran con el Club de Alcohólicos anónimos, a los cuales felicité por su espíritu de superación. Este lugar no tenía diferencias sociales y en mi sentido discurso les rogué que me dieran un espacio en su programa radial en la emisora local, donde hicimos una labor inolvidable que incluyó actividad policial de gran alcance Hasta que ... fuimos a visitar mi esposa y yo la Sala de Niños del Hospital, donde nos informaron los funcionarios que los menores estaban abandonados y que la mayoría esperaba la muerte por sus enfermedades sin las visitas de sus familiares. Salimos llorando y prácticamente todos los domingos ( a menos que tuviera que cumplir mi labor de Jefe con las autoridades locales ) llegábamos a visitarlos con regalos de mi personal policial en medio de la algarabía de gritos y risas de los pequeños que nos abrazaban y besaban. Perdón ... me cuesta seguir escribiendo con los ojos nublados. Sólo agregaré que estuvimos cumpliendo con nuestros semejantes necesitados ... con amor; los Bomberos, clubes sociales, deportivos, etc. supieron que nosotros los "ratis" teníamos corazón. Nany y yo estuvimos tres agradables años ( 1980 a 1982 ) inolvidables para los parralinos y para nosotros. Felicitaciones querida amiga ... es difícil escribir sobre este emotivo tema. Ya había leído tus actividades aquí en Chile. | |
| | | RosanaVera Escritor activo
Cantidad de envíos : 927 Fecha de nacimiento : 20/11/1964 Edad : 60 Localización : Santiago de Chile Fecha de inscripción : 22/11/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: - a la excelencia en sus comentarios Mención: Premios:
| Tema: Re: LA CASA DEL OLVIDO Lun Jul 08, 2019 11:40 am | |
| Jaime que alegría me has dado aunque se que el tema es muy triste, hace tanto que escribí este cuento, es mi experiencia en Betania el hogar de ancianos donde trabajé 5 años y el cual extraño mucho. Se que muchos de los abuelos ya han partido y más de alguno me envía saludos con mi hermano. La vida es así pasa y muy rápido mañana seremos nosotros los que estemos viejitos. Gracias por comentarme y saludarme hace mucho que no vengo por estos lados y es porque no he escrito. Aunque tengo un poema con el cual participé en un concurso el cual gané una categoría y me gané 100 euros ja, ja es la primera vez que gano algo con un poema, de verdad estaba muy contenta. Un gran abrazo y voy a colgar mi poema besitos a tu mujer si es que se acuerda de mi... | |
| | | Contenido patrocinado
| Tema: Re: LA CASA DEL OLVIDO | |
| |
| | | | LA CASA DEL OLVIDO | |
|
Temas similares | |
|
| Permisos de este foro: | No puedes responder a temas en este foro.
| |
| |
| |