DEMONIOS DE LA TORMENTA (CAPITULO 2)

DEMONIOS DE LA TORMENTA (CAPITULO II)

ESCRITO POR: YAHAIRA140582




…“Oh! Amada luna,
testigo de mis tristes infortunas
traedme un barco en medio de la bruma
y un caballero que me lleve de aventura


Ay! Cielo nocturno
Manto azulado de mis rojos desvaríos
Escuchad mis plegarias de esta noche
Llenad de besos esta boca en el vacío
Y de caricias este cuerpo adormecido….



De las manos de Miranda cayo una pluma salpicando la tinta sobre sus manos delicadas, así como también se vertieron sus lagrimas sobre el papel amarillento en donde descargaba sus penas y sentimientos a la luz de un vela casi consumida. Encontrando en sus letras un amigo y un amante….el amante que nunca tendría y que tanto anhelaba.

Sobre su cama estaba una pequeña maleta, testigo de sus desgracias, como un recordatorio irónico y burlesco de lo que se avecinaba al día siguiente. Cada minuto que pasaba le aplastaba terriblemente su corazón.

Era la mitad de la madrugada solo faltaban unas horas para que el sol pintara el horizonte y ella seguía en vela, pensando en lo que le deparaba su destino: Tomar los votos. No había sido su decisión, si por ella fuera se dedicaría a escribir toda su vida, seguiría contando las aventuras del Capitán Cuervo y su tripulación del Eclipse a su manera, ese pirata sanguinario protagonista de sus aventuras imaginarias, y prohibidas rotundamente por su padre que consideraba que una Señorita a punto de entregar su vida a Dios no debería escribir semejantes barbaridades, sobre todo pintar como héroe de batallas a un asesino cruel y despiadado como ese Capitán Cuervo, y le quemo todos sus escritos. Pero Miranda era una chica astuta y por demás inteligente, sus mas preciados tesoros de letras los tenia bajo llave a la vista solo de ella para refugiarse en sus letras cada vez que lo necesitara, que era cada noche, cuando el sol se ocultaba y la luna era cómplice de todas esas fantasías que aguardaba fervientemente en su corazón.

Miranda quería conocer el mundo, vivir sus propias aventuras no inventarlas, conocer a un caballero que la llenara de pasión y le diera inspiración para seguir escribiendo sus historias y poemas que hasta ahora nunca habían sido leídos por nadie mas que por ella misma, que fuera esclavo de los delirios de su cuerpo, placeres hasta ahora desconocidos pero siempre ambicionados, y el tomar la vida del convento la alejaba para siempre de sus sueños pero sabia que su comportamiento había orillado a su padre a escoger entre el convento o el matrimonio, pues Miranda siempre fue una hija de carácter muy fuerte, su voluntad imposible de dominar y mucho menos de doblegar, por lo cual su padre pensó que nunca seria una buena esposa, y la única manera q e vio de rescatarla de sus demonios era la vida religiosa, sobre todo después que encontró sus escritos secretos sobre el capitán Cuervo y la manera en que Miranda defendió su libertad de expresarse de la forma que le plazca, -así se lo dijo- decidió dejar en manos de Dios el trabajo que el no pudo hacer.

Esa noche su mejor amigo y antes pretendiente de su mano Héctor de la Parra , había ido a despedirse de ella y le había dejado una nota en un sobre con la instrucción –léelo antes de irte- seguramente será otra de sus cartas de amor pensó miranda, pero el sobre era demasiado pesado para contener solo papel, así que casi al alba se decidió a abrirlo:


“Miranda:
Se que eres un espíritu libre y no te imagino esclavizada entre cuatro paredes, este es mi regalo para ti, muestra mas grande de mi amor eterno, se feliz Miranda yo siempre te estaré esperando”



Además del papel con la nota el sobre traía varias monedas de oro, muchas, lo suficiente para vivir cómodamente por seis meses o mas. En un principio Miranda se quedo petrificada sin saber que hacer con lo que su enamorado le estaba regalando, en su mente llegaron tantas y tantas conversaciones en su compañía en las que ella solo hablaba y hablaba y el la escuchaba serio, pero siempre atento, solo de vez en cuando hacia una pregunta. Hasta ese momento Miranda se sentía sola, incomprendida, pero con este gesto que Héctor le regalaba se sintió amada, escuchada y le entrego una parte de su corazón a ese joven que le daba el mejor regalo que nunca le pudo haber hecho nadie: la posibilidad de cumplir sus sueños, sabia que tenia el valor de hacerlo, y Héctor también lo sabia. Entonces tomo la decisión.

Saco un pequeño morral y hurto la ropa de uno de los sirvientes de la casa, ropa ligera, nunca volvería a usar la ropa de una señorita que tanto odiaba y le fastidiaba, agarro las monedas de oro, sus escritos, su pluma y una cantidad suficiente de papel para contar escribir sus nuevas aventuras, con solo un objetivo en mente: Llegar al próximo puerto donde según las voces que se corrían por la ciudad desembarcaría próximamente el Eclipse, conocería personalmente al capitán Cuervo. O moriría en el intento.


“Traerán consigo los cantos de la noche
el rumor de la verdad que se avecina
rugirá mi nombre las historias de los pueblos
y mi pluma bramara las letras de mi vida”

Voy enganchado en esta historia, donde libertad, espiritu de aventura , sueños, se van opiniendo a las rigidas normas paternales.
Me gusta como mezclas lirica y narrativa.
Sigo leyendolos.

Mil gracias Mario, por leernos, y mas aun que te haya gustado, espero que en el proximo capitulo tambien te guste y nos dejes tu amable comentario.

Gracias, un fuerte abrazo!

EN EL PRIMER CAPITULO ME AMBIENTARON LA HISTORIA,ME DAN EL PIE DE LOS SUEÑOS DE MIRANDA.
AHORA HA COMENZADO LA HISTORIA, TIENE UN DEJO DE ROMANTICISMO QUE ME GUSTA.
ESPERO VER COMO LE VA CON ESTA DECISION QUE HA TOMADO.
BUEN CAPITULO

Mateo muchas gracias por pasarte por aqui, la verdad el giro romantico se fue dando por nuestra experiencia personal al momento de escribirla jajajaja fue como nuestro modo de cortejarnos jajaja, muchas gracias por pasarte por aqui
Besitos y abrazostes