Xanino Escritor activo
Cantidad de envíos : 1247 Fecha de nacimiento : 29/05/1934 Edad : 90 Localización : Madrid - España Fecha de inscripción : 30/11/2009
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| Tema: EVOCACIÓN DEL ESPOSO AMANTE Vie Dic 11, 2009 2:31 pm | |
| EVOCACIÓN DEL ESPOSO AMANTE
Me gusta oír la risa de los hombres. Despierta en mi un cúmulo de sensaciones difícilmente explicables que, sin lógica aparente, me subordinan a su masculinidad. Al mismo tiempo que me complace, me atemoriza. Su potencia, su fuerza, esa carcajada que impone mando aunque sea en una broma, me deja subyugada. En el hombre hay siempre una agresividad latente que me intimida y nunca he podido conocer el motivo. Cuando, en ocasiones, lo he comentado, las opiniones mayoritarias han coincidido en que, en algún rincón de mi mente, existe un recuerdo de agresión masculina, incluso podría ser de otras vidas pasadas -dicen-, que no consigo rememorar. Yo no lo sé, pero acepto y reconozco que, quizás sea una opinión razonable cuyo resultado, probablemente continuaré ignorando. Sin embargo, de él no recuerdo precisamente su risa, ni sus ojos, ni su cara, ni su porte, ni su voz... Recuerdo sus manos. Unas manos hermosas, blancas, grandes sin ser desproporcionadas, con dedos largos de perfección armoniosa. Unas manos que abrazaban mi cuello abarcándolo en su totalidad, subiendo por mi nuca mientras enredaban en el pelo y con los pulgares acariciaba mi barbilla, mis labios que presionaban dulcemente, mis mejillas... Manos de hombre que descendían lentamente en una caricia por todo mi cuerpo, recorriendo y deteniéndose en cada hueco o prominencia, en cada rincón, en cada hoyuelo. Despacio, con suavidad amorosa, llegaban hasta mis piernas en una caricia sutil finalizando en mis pies que recogía entre sus manos como quien apretuja pequeños capullos de gardenia, en una pausa de mimos y besos que me hacía estremecer para luego, volver en su ascensión por los mismos vericuetos seductores que redoblaban mis sensaciones placenteras y culminar en el abrazo total, completo, perdida entre sus brazos fuertes que me dominaban. Las piernas en un tirabuzón de juegos seductores, que enloquecían de deleite entre risas y suspiros mientras sus manos... siempre sus manos..., se acoplaban a mi cuerpo como si fueran una continuación del mismo para regalarme un placer irresistible. Su boca sobre la mía, su pecho sobre mis senos en caricia tenue, en ocasiones apenas un roce que me encrespaba anhelando más, y en otras, en fuerte presión que cortaba mi aliento. Su pubis sobre el mío en un calor sensual de uniones inimaginables e íntimas que acababan en un éxtasis dichoso... Y entonces, volvía a sentir sus manos, como nenúfares hermosos en una singladura final sobre el agua de mi piel. Me vencía su pasión, me adoraba con su cuerpo y me dejaba mecer entre las últimas caricias desbordadas de vehemente felicidad. Así eran sus manos. Esas manos que cayeron como plumas vencidas por el viento, la enfermedad se las llevó celosa de su hermosura y me dejó vacía para siempre. Sin caricias, sin deseos, sin bellos nenúfares que recorrieran mi cuerpo. Las dejó tronchadas, inútiles, dolidas. No conseguían acariciar y yo sólo podía verter mis lágrimas sobre ellas en un recuerdo apenado por su alejamiento... Ya nadie más acarició mi cuerpo, quedó yermo, indiferente a otras manos que no me decían nada, sus movimientos eran obscenidades que reavivaban el recuerdo de aquellas otras hermosas que abrazaban mi nuca abarcando todo mi cuello mientras sus dedos largos se enredaban entre las ondas de mi pelo y con los pulgares presionaba mis labios con la fuerza de un apasionado beso. No podré volver a amar, ni a sentir, ni a codiciar caricias. El fuego de mis deseos se lo llevó la muerte entre sus garras cuando crucé sus hermosas manos sobre su pecho yerto y puse un último beso en sus dedos largos, armoniosos, ahora fríos como el hielo. Él se fue para siempre y se llevó, sin saberlo, mi vida entera, mi juventud, mi alegría, aquel deseo que despertaba con sus mimos en todo mi cuerpo. No, no volveré a sentir, ya solo me queda recordar las caricias de sus manos que tanto amé mientras lloro su ausencia, en silencio. | |
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antifaz Escritor activo
Cantidad de envíos : 3642 Fecha de nacimiento : 23/07/1958 Edad : 66 Localización : Villa Colón - Montevideo Fecha de inscripción : 24/09/2009
| Tema: Re: EVOCACIÓN DEL ESPOSO AMANTE Miér Dic 16, 2009 12:54 am | |
| ni la sinceridad ni la ausencia rompen tu estilo. | |
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Xanino Escritor activo
Cantidad de envíos : 1247 Fecha de nacimiento : 29/05/1934 Edad : 90 Localización : Madrid - España Fecha de inscripción : 30/11/2009
RECONOCIMIENTOS Mención: - a la excelencia en sus comentarios Mención: Premios:
| Tema: Re: EVOCACIÓN DEL ESPOSO AMANTE Miér Dic 16, 2009 4:59 am | |
| Gracias por leer este retazo de sentimientos, amigo. El estilo de un escritor es como el compás de la música, siempre está ahí, sino, no tendría melodía. Es aquello que descubre su personalidad, el detalle por el cual, adivinamos su nombre, sólo con hojear las páginas de uno de sus libros. Un abrazo. | |
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mariazul11 Escritor activo
Cantidad de envíos : 6465 Fecha de nacimiento : 11/07/1952 Edad : 72 Localización : Argentina Fecha de inscripción : 11/03/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: - a la excelencia en sus comentarios Mención: - por sus Aportes a Letras y Algo Más Premios: 2º Lugar Concurso Honrando la Poesía 2012
| Tema: Re: EVOCACIÓN DEL ESPOSO AMANTE Miér Dic 16, 2009 8:39 am | |
| Me conmoviste con este recuerdo tan tuyo a ese esposo tan amado y recordado, pero lo que viviste quién te lo quita. Mis respetos | |
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| Tema: Re: EVOCACIÓN DEL ESPOSO AMANTE | |
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