PARA REIR O SIMPLEMENTE DIBUJAR UNA SONRISA

jaja, buenos buenos Ximena. Espero no encontrarme con el geniecito sordo si, ja.

Buenas sonrisas amiga,

Un beso,

Ignacio

Muchas gracias Nachito me alegra mucho que te hayas reido, a mi me paso lo mismo con el segundo cuento y con el primero tambien sobre todo porque hay una verdad jaja hay "amigas " asi jaja, y hombres asi tambien.
Besos
Ximena

Hacìa mucho que no andaba por aquì, Ximena, me hiciste reir!!!

Te cuento uno:

Iba un hombre por la calle con una botella de whiskie en la mano y se encuentra a un amigo, èste le pregunta:
_¿Que haces con esa botella?- a lo que el otro le responde
_Me la regalò mi jefe.
_¿Que te parece si vamos a tu casa y nos la chupamos? - el amigo queda pensando y responde.
_Està bien. Pero primero nos tomamos el whiskie.

AJAJJAJAJAJAJJAJAJA, mUY buenos Ximena, buenísimos! y


ajajjajajajajaja
salu2

Chistes muy buenos

jajaja esta buenisimo el tuyo tambien Gra...tambien hacia tiempito que no entraba pero las tardes de sabado y las de domingo son pesaditas jaja me gustan los agotadores dias de semana jaja
Besitos
Ximena

jajajajja me han hecho reir mucho

Este es el caso de un matrimonio español, de Madrid, que pasen su luna de miel en la costa oeste de México. A los días de estar allí élla comienza a sentirse mal del estómago y lo achacan a las comidas y al cambio de temperaturas..Acuden a un médico y éste tras tratar a la señora y hacerle el diagnóstico le hace pasar a la sala de espera para en breve darle la receta para los medicamentos...

Unos minutos después se abre la puerta del médico y aparece éste con un papelón terrible de grande en las manos con medidas de casi dos por dos del alto y ancho; el médico al ver la cara de asombro de los pacientes madrileños por el tamaño de la receta piden explicaciones a las cuales el médico le dice lo siguiente: " ¡¡ ahh no, mire pues, es que acá en México así somos nosotros los mexicanos no mas de brutotes, todo lo hacemos a lo machoo, a lo grandeeeee !!".

Nada, el caso es que el matrimonio madrileño, asombrados por el tamaño de la receta y lo extraño del caso la toman y como pueden la doblan al máximo para poder llevarla a la famarcia. Cuando llegan a ésta se asombran por lo descomunal que ésta es en cuanto a dimenciones, pasado este primer paso que fue la entrada a la farmacia le entregan al farmaceutico el papelón-receta que sin mostrar en absoluto sintomas de extrañeza por el tamaño de ésta comienza a desdoblarla con parsimonia y tranquilidad; tras leer lo que el médico les prescriben a los señores turistas de Madrid les dice: espere un momentito que ya les vengo con el medicamento; es sólo una pastillita que ha de tomarse la señora después de la siguiente comida.

El farmaceutico se aleja y tras unos minutos de ausencia aparece de nuevo portando sobre su hombre una pastilla tipo aspirina del tamaño de la rueda de un camión de 50 toneladas; ante el asombro de los madrileños por el tamaño de semejante aspirinón piden explicaciones del porqué ese tamaño y cómo iban a esperar que se tomara esa pastillota; el farmaceutico le exolica que así son ellos en México, así de machotessss y que allí todo es a lo grandoteeeeeeeeeeee.

El matrimonio madrileño se lleva la aspirinota necesitando para ello los servicios de un taxi y por unos días nada más se saben de ellos.

Al cabo de unos días es su marido el que siente síntomas raros en su cuerpo y acude de nuevo al mismo médico, el cual procede al mismo caso de antes: una recetota descomunal de dos por dos metros la cual vuelven a doblar y llevarla consigo a la farmacia.

Cuando llegan a ésta, es el mismo farmaceutico de la vez anterior el que les atienden; otra vez el mismo proceso de desdoblar la recetota de dos por dos y tras leerla el farmaceutico hace gesto de extrañeza a lo cual el cliente le pregunta a qué se debe tal gesto; el farmaceutico le contesta que no entiende bien- por causa de la caligrafía- qué es lo que le ha recetado el médico a lo cual le dice al cliente de Madrid que espera que va a preguntar a un compañero que es mas experto en caligrafía.

Se ausenta por unos minutos el farmaceutico y a los pocos minutos vuelve de nuevo con la nota en las manos pero sin el medicamento a lo cual el cliente le pregunta: " ¡¡ qué...qué es lo que decía en la nota que usted no entendía, qué me ha recetado el médico !! a lo cual el farmaceutico le contestó: " ya está señor, ya lo hemos podido leer, ya le vengo con el medicamento que usted necesita ", entonces el señor cliente madrileño le insistió: " ¿ qué me recetó, señor ? y el farmaceutico le contestó: ¡¡ una caja de supositorios, señor !!! a lo que el madrileño con cara de alarmado le contestó: " ¡¡¡ aaaahhhhhhhhhh nooooooooo, señor, yo voy a esperar a llegar a Madrid para que me receten allí !!!

Teknarit, África