De Christian Eric Lavin: "EL PICHÓN CAÍDO"

Categoría(s): cuento corto, microrelato, relato breve


Cuando Aldana levantó el cuerpito frìo del suelo, apenas pudo adivinar que trataba de un ave muerta. A la intemperie, con su fràgil cuerpo, el pequeño habìa hecho frente a la naturaleza durante mucho màs tiempo del que se podìa pensar. Sòlo el sol, de tanto en tanto, le habìa dado fuerzas para mantenerse vivo hasta donde le fue posible.

Aquel pichòn parecìa haber dejado su ùltimo àlito segundos antes de que esas suaves manos lo elevaran de su lecho humedo. Cualquiera podrìa decir que aguardaba la llegada de la jòven que ahora lo asistìa en su ùltimo trànsito.

Ella, conmovida y apesadumbrada por no haber llegado antes, lo mirò compasiva y maternalmente, aunque sus brazos temblorosos reflejaban la impotencia que la atravesaba.

Mirò hacia las copas de los àrboles buscando un nido expectante pero no lo hallò. Buscò a su derredor alguna madre con alas desesperada por hallar a su hijo...pero tampoco la encontrar. Al parecer estaba sòlo y sin hogar. Finalmente y en un acto sin motivos, soplò su propio aliento càlido sobre el pichòn sin vida. Lo hizo varias veces, tal vez queriendo compensar el no haber estado a su lado para cuidarlo cuando realmente lo necesitò. Pero màs que nada lo hizo por ella, para sentir que a pesar de todo pudo entregarle un pedazo de sì misma; por màs pequeño que fuera.

De repente, los ojos del ave se abrieron, y sus alas se agitaron ligeramente.
Aldana no creìa lo que veìa. Hasta sintiò miedo y casi deja caer al pequeño ser. Para mayor asombro, las plumas parecìan comenzar a despedir luz de sus extremos hasta que, finalemente, todo el pàjaro se cubriò de una luz resplandeciente y blanquecina. Su cuerpito habìa recuperado el calor y comenzaba a elevarse de las manos tiernas de la muchacha. No volaba aùn, sino que parecìa flotar.

Cuando estuvo a la altura de los ojos de Aldana, el pichòn tornose aùn màs brillante y si alguna vez algùn ave emitiò sonido humano, ella jurarìa que en ese instante le dijo “gracias”, tras lo cual comenzò a volar libre, luminoso y vivo.

La jòven, asombrada de todo lo ocurrido, permanecìa con la mirada en lo alto. Sòlo bajò la vista cuando se diò cuenta de que el pequeño bulto frìo aùn permanecìa entre sus manos.


Escrito por Christian Eric Lavin Prosen
el 16 de Marzo de 2009 y posteado el 1 de Abril/09
Texto tomado de

http://escribeya.com/Historias/el-pichon-caido-87491



En este ""volar libre, luminoso y vivo..."...

LOS ÁNGELES TE ACOMPAÑAN...

Mateo, gracias por tu comentario!!
Qué bien que has interpretado este relato.
Así tal cual lo piensas y escribes, así es.

El pájaro del alma, ya voló lleno de Luz.
Cómo se aprende al lado de chicos como tú!!
Un besote, Mateo.
Te felicito!!

"La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente"
Creo que la muerte no vence jamas el hilo de vida que nos deja el en sus letras, al contrario, Christian jamas habia estado tan vivo como lo esta en este momento, en el corazon de quienes tuvimos la fortuna de conocerle, y en la mirada de quienes lo comienzan a conocer a traves de su obra.
Yo aun recuerdo la emocion, esa que nunca podre dejar de agradecer ni explicar, al ser invitada por este talentoso hermano, amigo y escritor, para hacerle un pequeño prologo para su libro "La muerte viaja en bicicleta"...
Con este ultimo cuento, no solo se despide, si no lo hace de una manera maravillosa, nos contagia de una paz que evidntemente nace de un alma que ya ha vencido de antemano a la muerte, el era idealista, espiritual, un alma que lucho por la utopia de un mundo justo y compasivo... estoy segura que sigue creando magia en donde quiera que este.

Estela, gracias por tu comentario.
Al igual que a mi, te has conmovido con este relato
en el que anticipa este desenlace y su "vuelta a casa".
Gracias por pasarte por aquí y entenderlo de la misma forma.

Un abrazo mi querida amiga.

Poe, gracias por pasarte por aquí.

No es pérdida como dice Criz:

"La muerte no nos roba los seres amados.
Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo.
La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente"

Un abrazo, amiga.

Susy, un gesto de gran sensibilidad el tuyo, y el de cada uno de ustedes en sus lecturas.
Creo que Crizangel lo dijo :"La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo.La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente...el era idealista, espiritual, un alma que lucho por la utopia de un mundo justo y compasivo..." y un amigo/hermano presente. Sus letras trascienden y él en ellas...de verdad que sus letras dejan ver con transparencia su espíritu, quién era.
Un abrazo.
Silvina.

Gracias Susy por dejar este cuento a leer.
No añado más porque creo realmente que él no estaba contando un cuento más, sólo estaba reflexionando. Pensaba...


Elisa.