Ensayo: De locos y otros temas...

Si un mal es orgánico, existen análisis de laboratorio, placas, en fin una serie de estudios que certifican que la enfermedad es real, se palpa, se comprende y se compadece.
Pero no todas las nanas provienen del cuerpo, algunas provienen de la mente, esa extraña mandataria de conductas y cuando el aparato psíquico falla las consecuencias y la encadenación de hechos ruedan como río de pólvora que ataca a quien la padece y obviamente a su grupo familiar.
Conductas que no nos cierran desde nuestra visión de neuróticos, como vos, yo o el de enfrente. Hay un viejo chiste que se utiliza en psicología para graficar la diferencia: el neurótico sabe que dos más dos son cuatro y no lo puede soportar, para el psicótico dos más dos son cinco. Esa distinta perspectiva de la realidad hace que esos pacientes tengan conductas que no entendemos y nada desestabiliza más a un ser humano que el no poder comprender y nada desestabiliza más que no ser comprendido.
Cruzar el delgado hilo de lo normal, es tremendamente doloroso, estas personas piensan que lo que ven es real y no hay tu tía, es así y los demás entramos en el difícil arte de entender al que no es como nosotros, es diferente.
Lamentablemente en salud mental pocos países poseen la infraestructura necesaria para el tratamiento de estos males. Si el enfermo tiene obra social o prepaga se encuentra a la deriva pues después de usar los treinta días anuales en que son cubiertos, mejor que no tengan ningún ataque imprevisto porque seguramente terminarán en un lugar público, que es “un loquero” con todas las letras, como los de las películas, especies de prisión sin delito donde se los hacina y se los mantiene, valiéndose de los parches de las pastillitas, alguna que otra actividad que mantenga ocupado al loco para que no moleste, pero de cura tiene poco.
Para terminar, diré que se debería resguardar la salud mental de la población, porque con los tiempos de locos que estamos viviendo, uno nunca sabe, se puede cruzar al otro lado en cualquier momento.
La prevención sigue siendo la mejor amiga de la medicina, crear, fundar, proteger, ayuda social eso debería estar al servicio de quien ya tiene demasiado dolor como para sumar la sensación de desvalimiento.

Lili Frezza

Excelente escrito amiga, me deja la sensación de ser un texto propio de Psicología por su profundidad y abordaje del tema...Me acerca a muchas patologías en su mayoría asociadas a trastornos mentales que impiden tener una perspectiva normal de la realidad...Claro, esa normalidad cada vez se transforma en algo más cuestionable. De pronto cada uno de nosotros tiene sus rasgos de locura y ni siquiera lo sabe. Me dejas pensando sobre el trato desconsiderado que reciben estas personas y la necesidad que hay de construir redes de apoyo verdadero en la sociedad de nuestros días para que puedan en lo posible recuperarse o al menos convivir con sus enfermedades de la manera menos tortuosa y complicada. Un abrazo, ha sido muy productivo leerte, me aportas en cantidades a mi formación Lili.

Gracias amigas: en realidad el tema tal vez lo haya padecido en lo personal por alguien de mi familia, les juro que es desesperante que estemos tan desprotegidos en ese aspecto.
Besitos a ambas
Lili

Un tema tratado con mucha calidad, un tema dificil y que en los sistemas politico-sociales de la actualidad no está manejado con la necesidad y urgencia que se merece.
La atencíon muchas veces no es solo en el paciente, sino que la contencion de ese paciente es la familia, la cual necesita también una guia profesional.
Mi madre tiene un desorden psicologico debido a la falta de superación de cosas que le ha tocado vivir.No es fácil llevar su mal, sin perder la paciencia y la propia cordura.
Los lugares que el estado ofrece no son , como dice Mariazul, un centro de rehabilitación, ni muchos menos, son lugares donde colocar a alguién que quieres olvidar y que subsistira mientras tenga aire y nutrientes, son lugares donde el ser humano pasa de esa categoría a la de vegetal.
Los lugares privados, tienen costos elevados que muchas veces las familias, y en mi caso, yo que soy quien me ocupo de ella, no puedo pagar, y que a no ser por un gran parque, o enfermeras muy prolijamente vistidas, no varían mucho en lo que se logra en los centros públicos, perder la humanidad del individuo enfermo, con sedantes, pastillas, etc.
Opción: mantener al paciente, en su domicilio, en mi caso pagar a un particular que me ayude en los horarios que no estoy, vivir el cotidiano conflicto de tu ser querido, como tuyo propio, y desear , si es posible, no terminar igual, por el único bien de ese ser.
Uff, este texto y comentario que me sirvio de catarsis.

Ciudadano: a m{i me toca de cerca este tema, en este caso es mi hija, una esplendorosa mujer de veintinueve años que comenzó con problemas hace poco, a mí me sirvió de ctarsis también escribirlo, porque te das la cabeza contra muros inexpugnables.
Mis cariños Lili

No sabés cómo te comprendo, acá tenés una oreja dispuesta.

He vivido muy de cerca también casos en los cuales las personas viven una especie de cárcel mental. No se sabe en que momento abrieron la puerta para entrar ahí, que difícil es salir luego libre de esa situación.
Y me parece que lo peor es cuando le dan a las personas pastillas para dormir, para calmarse, pero no se va al fondo del problema. Que triste.
Alguien en días pasados me decía que las mujeres al llegar la edad de la menopausia podíamos caer en esos estados, aunados los recuerdos de una vida de críticas situaciones que no se pudieron resolver.
Una de las terapias que puede ayudarnos a todos, es cerrar los círculos que vivimos. Cerrar un círculo, es enfrentar la situación, aceptarla, tratando de que no queden sentimientos agazapados que posteriormente saltan como liebres...

Un tema bastante interesante, gracias amiga por colocarlo, no solamente de poemas vivimos a quienes nos gusta escribir.
Un beso.