Ponte el cinturón

El espeso vapor del capuchino me embriagó momentáneamente, subiendo vertiginoso, acariciando mi cara. Un momento después, tomé un gran sorbo de café y bajé la mirada, angustiado. Pasar tu primer fin de año tan lejos de casa, y tan solo, es una experiencia desesperante para un joven de dieciséis años, pensé. No han transcurrido más de dos horas desde que el último barco de la isla antes de año nuevo zarpase, rumbo a mi querida Gran Canaria. Ahora estoy atrapado en La Graciosa, una isleta de veintisiete kilómetros cuadrados de superficie, en cuyas “vastas” tierras habitan quinientos setentas y tres personas. Para colmo, de todas esas personas, solo conozco a una; el recepcionista del hotel en el que me hospedo. Por supuesto, todo esto solo ha ocurrido por culpa de los cubatas de más que me tomé ayer, por culpa del amigo que me dijo, “¿quieres otro?”, y por culpa de no haber podido decir, “no, he tomado demasiados”. Luego me extraño por despertarme desnudo, en frente del mar, con dos niñas riéndose a un metro de mí, la ropa esparcida por la arena y un cupón de lotería en la boca. Al menos, no me habían robado, todavía conservaba unos cuantos billetes con los que pude hospedarme en una habitación en el único hotel de la zona, y un viaje de vuelta… el uno de enero de dos mil nueve. Eso significa que también me perderé la fiesta de fin de año…
Respiré profundamente, me levanté y miré la hora. Todavía era el mediodía, y no sabía exactamente qué hacer a continuación, cómo pasar el año nuevo y, lo más importante, cómo reaccionarán mis padres mañana. Supongo que lo primero es llamarles… Salí del local y me dirije al ascensor, pero la recepcionista me detuvo repentinamente.

–Señor, ¿es usted el huésped de la habitación catorce? –preguntó con una voz casi monótona.
–Sí, ¿ocurre algo?
–Tengo una carta para usted.

Metió su mano enguantada en el bolsillo de su chaqueta y sacó un sobre, con un sello rojo granate estampado.

–¿Quién me puede haber enviado esto? –pregunté extrañado.
–No lo sé, yo no recibí el sobre en persona, solo instrucciones.

Cogí el sobre y subí a mi habitación mientras acariciaba el flamante sello. Al entrar, cerré la puerta con llave, me acosté en la cama y abrí el sobre. Contenía una carta que poseía una caligrafía propia de una persona criada por monjas; perfecta, implacable y sin faltas de ortografía. Comencé a leer:

“Señor Jiménez, en el momento que reciba esta carta debe saber que es un gran afortunado, ya que ha sido invitado a la fiesta de fin de año del señor Burke. Pocas personas son recompensadas con dicha invitación, así que conserve la entrada que viene junto a esta carta, y venga al recinto del señor Burke a las 11:30. Su chalé se encuentra enfrente de la playa de El Sardinero, nº 21.
Feliz año nuevo,
Don Manolo Suárez”

Como decía la carta, encontré el billete de entrada dentro del sobre, en el se podía leer:

“Entrada nº 28: Carlos Jiménez Bordón
Recinto Burke - 11:30”

No sabía con claridad qué hacer, ya que esta invitación me pilló desprevenido. ¿Quién sería el señor Burke y de qué lo conocería? No sabía absolutamente nada de él… De todas formas, no tenía ninguna forma mejor de pasar el fin de año, así que decidí que era una buena idea ir.

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Aunque no estaba satisfecho con el traje que llevaba puesto (alquilado, lo único que podía permitirme), estaba seguro de que nadie se fijaría en mí. Me ajusté la corbata, me até bien los mocasines y observé la fachada exterior del chalé.
Creo que la mejor palabra para describirla sería extravagante. Tenía una forma parecida a un trapecio, pero con curvas. Sus paredes estaban pintadas de malva y decoradas con ilustraciones típicas de la navidad. El tejado se extendía varios metros de la casa, aportándole un aspecto majestuoso. Las puertas que daban la bienvenida al hogar del señor Burke eran de fino cristal y muy, muy grandes. Creo que empecé a arrepentirme, pero es mejor no juzgar por las apariencias, así que le entregué la entrada al imponente portero y entré en el recinto.
El interior, para mi satisfacción, era más acogedor; ante mí se abría un vestíbulo color granate, con lámparas colgando del techo, cuadros y plantas adornando las paredes y una extensa alfombra que bajaba de las escaleras, se extendía por el suelo y terminaba a mis pies. Lo único raro era la poca gente que había para ser una fiesta; debíamos ser alrededor de treinta personas, y eso que llego un poco tarde, y todas menores de edad, o era lo que aparentaban. Decidí recorrer toda la casa, y a cada habitación que entraba más me sorprendía; salones majestuosos, cocinas amplias y elegantes, habitaciones de lujo… Al parecer, el señor Burke debía ser alguien importante. Al regresar al vestíbulo, vi a dos chicos hablando en una esquina; parecían buena gente, así que decidí entablar conversación con ellos.

—Buenas noches caballeros —dije en un tono demasiado petulante. Estoy seguro de que ellos lo notaron, pero debieron de disimularlo. Le tendí la mano al más cercano, un chico moreno con pelo castaño y ojos azules, vestido con un soberbio smoking.
—Buenas noches —dijo mientras me estrechaba la mano—. Me llamo Juan, y este es mi amigo Ricardo.

Le estreché la mano a Ricardo, que tenía el pelo más oscuro que su amigo y un traje más común.

—Me gustaría saber por qué están en esta fiesta. —dije interesado
—Pues, aunque suene un poco extraño, no teníamos pensado venir a esta fiesta hasta este mediodía. Es más, ni siquiera somos de aquí. Nosotros venimos de Ecuador para visitar a unos familiares y pasar la Nochebuena con ellos. Teníamos previsto volver el día treinta, pero el vuelo se canceló y el siguiente avión hacia Ecuador despega mañana a las doce… así que nos quedamos aquí y recibimos esta invitación…
—¿Pero conocéis al organizador?
—Pues la verdad es que no —dijo Ricardo—. No sabemos porque nos invito, pero como queríamos pasar el año nuevo en algún sitio, creíamos que era una buena idea. Supongo que dentro de poco se presentará.
—Ya veremos.

En los últimos minutos que precedían a las campanadas, todas las luces de la fiesta se apagaron, dejando el vestíbulo a oscuras. Un foco situado en el techo iluminó las escaleras antes de que apareciese un hombre alto, engalanado con joyas de gran tamaño (algunas rubíes, otras zafiros), vestido con un traje blanco y unos zapatos de Armani. Llevaba unas gafas de sol puestas, aunque fuese de noche.

—Buenas noches damas y caballeros, espero que estén disfrutando de la agradable velada —dijo cortésmente—.Seguramente os supondréis que soy el señor Burke, y suponéis bien. Os he invitado a esta fiesta para brindar por un año nuevo que deparará un gran paso para la humanidad, gracias al sacrificio que haréis en los próximos minutos.

Los murmullos empezaron a extenderse como la pólvora por la multitud, y la gente se empezó a poner nerviosa, incluido yo. Unos hombres se colocaron en la salida y los accesos a las otras habitaciones, armados con rifles, y apuntando a la gente más cercana.

—Antes de que fallezcáis, me gustaría deciros que, gracias a vosotros, este 2009 tendrá más cadáveres para apoyar las muertes por tráfico de este país. Es una causa justa, haréis que más gente se ponga el cinturón de ahora en adelante, sobretodo siendo tan jóvenes los que han muerto en nuestras carreteras.

Los guardaespaldas dispararon a la mayoría de las personas en un momento, durmiéndolos con dardos tranquilizantes, momento en que aproveché para salir corriendo en dirección a Burke, decidido a utilizarle como rehén para salir de esta casa. Mis músculos se tensaron y mi corazón se puso a cien cuando comencé a dar zancadas por los escalones que conducían a mi objetivo. De pronto, noté un dolor punzante y profundo en mi abdomen. Atónito, observé como Burke sostenía una mágnum .357 en su mano izquierda, aún humeante.

—Muy cerca chico, pero no lo suficiente.

La oscuridad me rodeó mientras los hombres armados ejecutaban al último de los huéspedes. Antes de desfallecer, escuché el macabro grito de Burke.

—¡Feliz Año 2009!

Jeje, muchas gracias rina, me alegro de que te haya gustado . La verdad es que el cuento no se torna tenebroso... hasta el final muajaja . Un abrazo

Está excelentemente bien escrito, Nero!
Realmente me ha gustado muchísimo tu forma de escribir, sin olvidar detalles de los marcos de circunstancias y lo has hecho con maestría, chico.

Esto no quita, que el final no me gustara para nada... al menos a mí.
Me hubiera gustado otro enfoque... que fuera un sueño o que se yo...
Pero, por lo demás... excelente!

Un abrazo, mi niño.

en lo personal debo decir....tenia razon, tienes una cara de loco psicopata...nmo no chavo muy mal, eso me da terror, mira esos ojos de aceituna que te cargas...jeje es broma hermano, estuvo bien llevado,a unqeu odio la asngre, pudiste ser algo ams poetico y tan sadico, pero en fin, felicidades brody, y ahora debo darle los ultimos toque a mis ultimas dos historias...y por favor si estas leyendo stan lee, no puedo quitarlo del foro, ya no me digas que me vas a demandar..tambien es broma, que se la pasen chido

Eyy ja te habia dejado terrible comentario y cuando le di enviar se me cerro la ventana,ja otra vez no lo escribo.
A grande rasgos te comentaba que es un texto muy bien llevado,de fácil lectura, sin las complicaciones que presentabas en otros relatos como las crónicas de salitrea que lo hace más accesible.
La accion bien delimitada, con detalles justos que permiten al lector asimilar la historia y esperar un desenlace fuerte.No lo encuentro tan macabro,más bien un poco sangriento hacia el final,pero nada que no pueda digerirse.
Muy buen texto,hacia tiempo que no te leia en narrativa,sigues fiel a tu estilo y eso me gusta en un escritor,pues al conocer su forma de escribir el lector puede acercarse más a la obra.
Un abrazo que las hadas te acompañen.

P.D:Ja y esto es corto con todo lo que habia escrito antes jaja

Está muy bien escrito Nero, es una idea original bien llevada, pero me quedé con la sensación de algo más, creo que da parra una segunda parte, por qué no te atrevés, yo te espero, es impactante el final, pero queda como abierto, según mi humilde opinión, seguílo a ver qué sale.
Mis cariños
Lili

Ya, te pasa lo mismo que a mí, que el final no me cuadra... pero creo que tampoco está muy mal. Gracias por pasar y comentar susy, es un placer, un abrazo

m... ahora que lo dices tendre que mirar . Pues yo soy asi, en el ultimo momento ¡pum! aparece un final inesperado muajaja :p. Gracias por pasar y comentar compañero, un abrazo

Sí, es que no he tenido mucho tiempo para escribir algo que no sea lírico jeje . Parece que muchos coinciden en que mi estilo ha evolucionado, qué bien . Gracias por pasar poe, es un verdadero placer verte por aquí, un abrazo

m... quizás lo siga, depende del tiempo que tenga, aunque estaba pensando en escribir otro cuento que tengo en mente, pero ya se verá . Gracias por pasar por mi cuento amiga invisible;), un abrazo

Espero el otro cuento, amigo qué bueno fue aquello del amigo, me encantó.
Besitos
Lili

Me gustó que me tocase a ti ser mi amiga secreta mari, fue interesante, espero que ojeases algunos de mis regalos jeje .

Me ha gustado mucho tu estilo, lograste contar una historia con lujo de detalles, no se te pasó nada para lograr que uno se inmiscuya en la escena, de verdad que el final no lo esperaba.... Me agradó aunque al final me quedé con un sabor de seguimiento....
Un abrazo

Cachisss...¡casi consigues escaparte! ¡Original método para concienciar del uso del cinturón...original y drástico!

¡Qué imaginación Nero, felicidades!

Gracias amiga, una vez más has caído en mi trampa jeje . Me alegro de que te gustase, un abrazo .

Un placer verte por aquí compañera, me alegro de que te haya gustado . Un abrazo .