TERCERA GUERRA MUNDIAL: INDUCCION MUTANTE
INTRODUCCION
(MI MINI SERIE NO OFICIAL DEL HOMBRE-ARAÑA)
Los helicópteros rodaban la ciudad en bien organizadas líneas de apoyo, cada se protegía en caso de que alguno de le Relegados decidiese aparecerse, así que se necesitaba el don de mando de alguien que no tuviera miedo a destruirlos en cuanto se apareciesen sin importar las leyes pro-mutantes, aquel que no pudiese ser llevado a la corte, que el gobierno pudiese negar y poder continuar con sus planes, aquel conocido como la sombra.
-señor permítame informarle que todos los planes de extracción están listos. (dijo el copiloto por el radio).
-¿esta seguro de que no hay ningún hueco en el plan?(le contesto una vos tranquila pero algo distorsionada por la ondas de radio encontradas).
-no señor, entramos y salimos sin que nos notasen, y aunque lo hubiesen hecho tenemos una excelente cuartada, pensaran que fueron esos rebeldes.
-muy bien, lleven el proyecto al sector 45, ahí lo mantendremos…
Una fuerte explosión provenientes de uno de los helicópteros de carga aturdió las señales, estas se cortaron y todos se quedaron indefensos ante un posible ataque, lo único que se pudo apreciar por el copiloto fue como el helicóptero caía al mar, de entre las llamas bailaban sombras que no debían por que estar ahí, cobraban vida ante sus ojos, vio como del fuego saltaron para integrarse a la oscuridad del agua que retozaba tranquila en la noche del 25 de noviembre.
5 dias después en algún complejo secreto del gobierno….
Los rebeldes saqueaban tiendas tratando de mantenerse vivos, uno de ellos asesto un fuerte golpe contra el tendero, después de que el tendero tratara de defenderse con su escopa, las esquirlas que deberían haberse impactado contra la pequeña encapuchada habían ido a dar a las piernas del tendero, el no se explicaba había sucedido, solo se retorcía de la agonía sobre alguna lechugas que quedaron esparcidas por el piso durante la conmoción.
-¡yo puedo ayudarlo, déjenme…!(la jalo el hombre de barba alta y bigote desgreñado)
-¡no hay tiempo debemos largarnos de aquí, toma la bolsa y vámonos¡
El hombre tomo a la niña del brazo y a arrastras trato de sacarla de la tienda, la niña quería ayudar al hombre que por su culpa ahora estaba herido, pensaba en que el quizás tenia una familia que mantener, no quería que el futuro de sus hijos fuesen como el que ella tuvo, solo pensaba en el hombre en el hospital tratando de salir de una recuperación dolorosa, en un grito desesperado la niña se libero de su compañero enorme y corrió hacia el tendero, pero una fuerza invisible la detuvo del golpe, se impacto contra una barrera que no tenia por que estar ahí, la niña gritaba que lo dejasen ayudar, gritaba tan fuerte como le era posible, pero ni aun así se rompía la barrera.
Detrás de uno vidrios de doble capa se encontraban dos hombres vestidos con batas blancas, observaban como la niña se desmoronaba emocionalmente frente a sus ojos, ello solamente hacían anotaciones en una libretillas apoyadas sobre un pedazo de madera con argollas, no había detalle que ellos no anotase, la niña se hundía en sus lagrimas hasta que un gas se filtro en la habitación, uno invisible, la niña no lo pudo detectarlo, simplemente cayo bajo su efecto, durmió casi a los diez segundos de exposición.
Un de los hombres termino de anotar, dejo la libreta sobre una mesilla gris, presiono un botón cerca de un auricular.
-ya puede pasar.
Dijo el hombre frente al aparato, una puertas mecánicas se abrieron haciendo chillidos, un hombre vestido de traje entro en la habitación decorada no con mas de una mesa y la presencia de los hombres, de los dos hombres vestidos de blanco.
El hombre vestido de traje se acerco hasta el cristal de doble imagen, observo como la niña dormía cerca de el tendero.
-por dios ya quiten esa imagen.
A la vos del hombre la imagen del tendero se comenzó a volver borrosa, tranparente, se podía observar a través de el, después como un suspiro el tendero desapareció junto con toda la tienda dejando solo a la niña sola, tanto el hombre enorme como todo lo demás exceptuando a la niña, era un holograma.
-¿esta bien si hacen todo esto?, recuerde que queremos a los rebeldes recapacitados y funcionando, no nos servirán si están perturbados mentalmente.(dijo el hombre de traje).
-claro, como debe ser señor, ya casi hemos terminado de recapacitar a la mayoría de los que nos mando, no queremos que los fondos de este proyecto sean tirados a la basura.
-al igual que sus carreras, si estos mutantes no están listos para dentro de una semana, pueden decirle adiós a todo, quiero un poco mas de cuidado con esa niña, recuerden que es la mas importante del proyecto.
-noto cierta preocupación personal, señor sombra.
El hombre de traje se acerco al hombre de bata blanca, inclino un poco su cabeza hacia un lado y le menciono algo al oído.
El hombre de bata se estremeció y cabizbajo le respondió que no se preocupara, que todo estaría listo, el hombre de traje le sonrió a ambos, se alejo de frente y derecho de nueva cuenta hacia la puerta mecánica, mientras se abrió miro de nueva hacia la pequeña, después se alejo de la habitación mientras los hombres de bata ordenaban que se iniciara el holograma 235.
-¿Qué fue lo que te dijo hermano?.
-nada, solo sigue trabajando.
El hombre de bata no podía olvidar las palabras que aquel hombre le había dicho.
“cuidado con las sombras, que te puede devorar en un tris, y jamás nadie sabrá lo que te paso”.
El hombre en bata continuo anotando.
Al mismo tiempo en nueva york…
-ya no puedo seguir así Peter, ya no puedo, cada ves tener que salir de la ciudad a hurtadillas, escondiéndome en mi propio auto como una criminal…yo no creo aguantar mucho.
M.J. le hablaba a un Peter oscurecido por los rasguños en su cara, el tiempo había pasado sobre el como lo hace con cualquier persona, se podía notar un Peter Parker cansado y agobiado, solamente quería verla a ella una ves mas, pero como siempre había grandes dificultades para ello.
-estoy harta, esta será la ultima ves Peter.
-no puedo vivir sin ti M.J.
M.J. suelta una risa al viento, alzando la vista para ver las estrellas hace muecas de incredulidad ante un hombre que ya reconoce, volvió la mirada hacia los ojos del hombre que sigue amando, pero que dadas las circunstancias ella misma a hecho enormes esfuerzos por evitar sentirse ligada, ella sabe perfectamente que no puede permitírselo, no si quiere proteger a su hijo.
-al menos déjame verlo.
-no lo traje conmigo, ni una ves lo he traído conmigo, ¿Por qué siempre preguntas si puedes verlo?, eso debería responder a tu pregunta.
Peter sentía todo el peso sobre los hombros de su decisión, a ver revelado su identidad al mundo pareció liberarlo, pero después del ataque aparentemente dado por los mutantes sin registrar, Parker tuvo que tomar la decisión de unirse en la cruzada contra el gobierno, ahí cuando entendío su error, ya no podía permanecer cerca de M.J. ni tampoco de su hijo.
-ni siquiera te pediré que me lleves contigo, de ninguna manera permitiría que te acercaras al bebe, ni que nos pusieras en más peligro, vete Peter, y hasta que no tomes la decisión correcta, no vuelvas.
Un helicóptero paso justo encima de ellos, la luz de su faro casi los alcanzo, M.J. subió a su auto, un sunny 1985, sin quitar la vista en l frente se despidió de Peter, simplemente con un ademan con la mano derecha.
Peter corrió a lo mas profundo del área desolada, a 10 kilómetros del limite de la ciudad, ahí se perdió entre las sombras, para acceder al vehículo conducido por otro mutante rebelde, juntos se perdieron en la oscuridad.
En el noticiero se daban noticias sobre la nueva ley de registro de mutantes, sobre como había sido un excito para mantener a la población en general segura, ahora sabían como combatir a los mutantes agresivos, ahora podían los niños andar tranquilos en la calle sin que algún mutante los dañase.
-se preocupan mas por el hecho de que sea un mutante, que por el hecho de mantenernos seguros, son unos hipócritas.
Un hombre en un bar miraba las noticias mientras bebía una cerveza tranquilamente.
-oye amigo, no creo que estés en lo cierto, si no fuera por esa ley quien sabe que hubiese pasado.
el hombre bebió de su cerveza sin prestar atención del comentario, siguió mirando las noticias esperando que el anunciador tuviera algún hijo mutante y se tragara las palabras, que entendiera el dolor que el ahora sentía.
El hombre que atendía el bar ante la actitud del otro le pidió que abandonara el local, temía que hubiese alguna revuelta debido a sus comentarios.
-tranquilo, no soy mutante, a demás dudo que alguno de estos imbéciles les preocupe.
Unos hombres del otro lado del bar alcanzaron a escuchar el comentario de nuestro hombre, a este no le importo que estos se acercaran hasta el.
-¿a quien llamas imbécil?.
-depende…¿apoyaste la ley de registro?.
-eso me hace un imbécil, ¿verdad?.
-no, el hecho de que estés tan cerca y molestándome.
El hombre que se había sentido ofendido se alejo del el sin hacer mas escándalos, el dueño del bar ya había llamado a la policía, nuestro hombre se levanto de su lugar y se dirigió a la salida, no si antes pagar la cuenta, dejo un billete de a cien dólares sobre la barra.
Subió a su camioneta negra y se dispuso a llegar al destino que se le habia sido encargado ahcia dos días.
“lleva el paquete, no te detengas si nos para dormir, no queremos retrasos, se que es difícil para ti estar aquí, pero eres el único que puede pasar sin que lo detecten, después de todo no eres un mutante”.
-entrega el paquete y ya, aunque no limpies tu nombre te sentirás mejor, ya veras.
Decía mientras bebía una botella de whisky que había venido guardando una semana, siempre tenia que estar algo ebrio para sentir que podía hacer un cambio, no entendí como el había llegado a esa situación, miro al otro asiento, pudo observar su camisa negra con una enorme calavera dibujada en ella.
Miro de nuevo al frente tratando de olvidarlo de momento, no podía traerla puesta, a pesar de que una fuerte sensación de agobio lo invadía si no la tenia en sima cuando hacia un trabajo, se había vuelto su amiga, casi como una parte e su cuerpo, por lo menos podía usar sus armas favoritas, eso siempre lo tranquilizaba cuando tenia que hacer un trabajo para
“ellos”.
Entre las calles de nueva york la ira entre los que apoyaban la ley de registro y los que no siempre era evidentes, a pesar de que ya no eran mas que unos carteles de desaprobación, siempre causaba irritación entre los ciudadanos que según el gobierno habían tomado la decisión correcta, muchos rumores se habían alzado sobre la autentica razón de la ley de registro, una de ellas que fue inmediatamente catalogada como una locura, un invento de algún rival político, fue la de que el gobierno quisiese usar a los mutantes para la guerra contra los otros países que siempre hacían ataques terroristas contra la nación, sin embargo a pesar de que la nación estaría de acuerdo en usarlos para el trabajo, algunos estarían también en desacuerdo, esto entraría en conflicto con el derecho mutante, es por eso que la teoría decía que debían hacer que los mutantes se sintieran ofendidos por la ley, intentaran revelarse listo, un montón de mutantes que la sociedad repudiaría y ellos pudiesen usar y reprogramar a antojo, pero como todo, siempre era un rumor, un rumor que llegaba a todos los oídos, y debía ser confirmado.
Ese era el trabajo del castigador, debía tener alguna prueba de esto, y para eso debía llegar a la central del registro mutante en nueva york, donde semanalmente todo mutante registrado debía acudir para un análisis, ahí estaba el, frente al enorme edifico, con el paquete en mano, listo para averiguar que era lo que se tramaba, entro al edifico, se dirigió a la recepcionista, puso el paquete sobre la mesa.
-quiero saber que sobre el registro…tengo a alguien que me gustaría denunciar.
CONTINUARA.
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Sáb Ene 10, 2009 7:33 pm
