ANTES DE COMENZAR EL CAMINO DEL AUTOCONOCIMIENTO
- SEGUNDA PARTE
(Son 5 en total)
ACEPTAR
El Camino es un Proceso en el que deben primar, imprescindiblemente, el amor y la sinceridad.
El Camino es un proceso de introspección en el que uno se propone conocer todo lo que uno es y tal como realmente es.
Sin duda, van a aparecer cosas que manteníamos muy escondidas, también cosas de las que no nos sentimos muy orgullosos y sí arrepentidos, otras que van a intentar convencernos de que no hemos sido buenas personas…
Generalmente, cuando uno hace un balance sincero y profundo de uno mismo, y no se queda en ese autoengaño que es tan común en todos, el resultado es peor de lo esperado.
Lo que no quiere decir que sea cierto. Eso sólo quiere decir que uno es demasiado exigente y poco comprensivo. O que es un tasador ineficaz e injusto que da más valor a los hechos equivocados que a los acertados.
Lo que uno encuentre dentro de sí, lo ha de amar, sea lo que sea, porque forma parte de uno y uno está siendo eso que ha encontrando. Hay que recordar que “lo que está siendo” es cómo se está comportando en este momento, pero eso no es la realidad, porque la realidad es “lo que uno es aunque no lo haya desarrollado”.
Uno no es la idea de lo que le gustaría ser, no es la utopía ficticia, ni siquiera quien los otros creen que uno es. Ni siquiera es el personaje que lleva representando casi toda su vida.
A la vista de lo que se va descubriendo, si algo no satisface, se puede –y se debe- poner en marcha un proceso para resolverlo.
Este Camino, o se hace con mucho amor –pero que mucho, mucho, mucho amor-, o es mejor no iniciarlo.
Si va a convertir en una pelea incesante, un continuo reproche, un echarse en cara el pasado continuamente, un menosprecio continuado, un pesimismo represivo, mejor no empezar.
Se ha de hacer con placer y no a regañadientes, sin ningún tipo de reproches y –repito porque esto es imprescindible- con mucho amor.
VIVIR MUY CONSCIENTEMENTE ESTE MOMENTO
La toma de consciencia continua es fundamental en este momento, porque sin consciencia uno no se da cuenta de lo que está viviendo, de lo que está pasando, y no sacará todo el jugo.
Es un momento a vivir con mucha alegría y felicidad, por la oportunidad tan especial que vamos a tener de tomar, por fin, el gobierno de nuestra vida, y porque tenemos, por primera vez, la oportunidad de empezar a diseñar –a nuestro gusto- lo que llamaremos futuro.
La consciencia va a ser muy útil, muy necesaria. Sobre todo porque a partir de iniciar el Camino la responsabilidad es una parte que ha de estar perfectamente integrada con cada instante, y así como uno puede escudarse en el desconocimiento o la desatención para justificar las cosas que hizo en el pasado, desde el momento que decide lo que quiere hacer ya es responsable, tanto de hacerlo como de no hacerlo.
Ahora ya lo sabe.
Ahora se ha dado cuenta.
No puede alegar desconocimiento, ni tampoco puede responsabilizar a cualquiera de los yoes del pasado.
Lo bueno es que el Camino se inicia con un buen propósito, y con interés, y casi debieran ser argumentos más que suficientes para que el éxito esté presente.
Por supuesto que hacen falta más cosas para llegar a la meta, pero lo iremos viendo más adelante.
DESCUBRIR
La intención que debiera gobernar todo el Proceso es la de sacar a la luz todo lo que existe dentro de uno. Tanto lo que es de nuestro agrado como aquello que no nos gusta. A eso se llama DESCUBRIR.
Descubrir es dejar de negar y dejar de esconder.
Es poner la realidad a la vista, sin tapujos, sin fingimientos…. y sin reproches.
Ponerse frente a lo que uno es –aunque en este momento no sea muy agradable-, tenerlo a la vista y mirarlo de frente, es un acto de valentía que requiere el propio y sincero reconocimiento.
Es bueno que la Autoestima acompañe en este Proceso, ya que su colaboración va a ser importante para sacarnos del estado complicado en el que vamos a estar en algunas ocasiones a partir de comenzar, y mejor que sea sólo durante un poco de tiempo, por supuesto, porque no es cuestión de alargarlo innecesariamente.
“Felicitaciones -se dice uno mismo-, me he atrevido. Lo he hecho”.
“Este soy yo, el que ahora veo”.
“Por fin me empiezo a conocer de verdad”.
(Y es que es tan chocante pasar toda una vida consigo mismo y seguir siendo un extraño desconocido…)
“Si acaso, este que ahora veo es un Ser valiente y comprometido que va a hacer cuanto crea necesario para ser él mismo, dejando de estar gobernado por el personaje que ha estado suplantándole durante los últimos años”.
Francisco de Sales