CAPÍTULO 184 – LA SUMISIÓN
–NO PERMITIR NINGÚN TIPO DE VIOLENCIA-
Este es el capítulo 184 de un total de 200 –que se irán publicando- que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER
De todas las cosas que una persona puede hacer mal en su relación sentimental, ésta es una de ellas y es una de las menos recomendables.
Hay personas –y cada uno sabrá cuál es su razón o motivo- que siguen en una relación que no les es satisfactoria.
Ese sometimiento vejatorio que muchas personas consienten, tal vez porque piensan que no son dignas de tener otra relación mejor, o porque sienten que tienen que pagar de ese modo su error al elegir pareja, o porque se sacrifican por tener un hogar donde estar con sus hijos, o porque ya ha consumido todas sus fuerzas y sólo les queda rendirse, o por la razón que cada uno tenga, es una capitulación indigna, una señal de una subordinación cruel, y una humillación desalmada.
A mí me parece inhumano –y muy doloroso- el caso de las personas que tienen que aguantar un trato denigrante, que tienen que tolerar cosas intolerables, que tienen que renunciar continuamente a su dignidad, que ven pisados cada día sus derechos y su humanidad, y que a pesar de ello siguen, un día tras otro, en una sumisión indecorosa, acatando órdenes vergonzosas, tolerando actitudes de despotismo o desprecio que nadie merece, permitiendo calladamente infidelidades, recibiendo un trato indignante… y que no son capaces de plantarse firmemente y decir “hasta aquí he llegado, pero ni un paso más”.
A quienes estén en una situación similar a cualquiera de las descritas, o incluso aunque sean un poco más leves, o aunque sólo hayan visto asomar la posibilidad de que pueda llegar a ser así, les recomiendo que hagan una revisión objetiva de su situación y que, desde su dignidad, que debiera permanecer siempre inmaculada, valore si debe seguir en esa sumisión o si debe poner fin a su relación.
Hay cantidad de Asociaciones de mujeres maltratadas, o departamentos específicos del Gobierno, o bien ONG’s que cuidan los derechos fundamentales, casas de acogida, otros corazones y otras puertas abiertas, familiares y amigos deseosos de ayudar…
Vivir en esa situación no es una condena a cadena perpetua –más bien es una muerte en vida, en la única vida que de la que se dispone- y uno siempre tiene el poder de decidir, y la posibilidad de reunir fuerzas y rodearse de aliados que ayuden en el paso hacia la liberación de una relación donde la sumisión sea un funesto imperativo.
SUGERENCIAS PARA ESTE CASO:
- Ya sabemos de sobra que la relación en la unión libre, voluntaria, de dos personas que se juntan para cuidarse y darse amor, para procurar el bienestar del otro sin renunciar al propio, así que si la relación no está cumpliendo estos requisitos básicos... ya no tiene sentido la relación.
- La sumisión en la relación indica que uno de los miembros está haciendo un acatamiento de situaciones que no son de su agrado, que está siendo denigrado de algún modo, o que se ha convertido en un sirviente y no en un compañero con igualdad de condiciones.
- Aún siendo consciente de que habrá casos en lo que se encuentre una razón para soportar esto, por principios y por dignidad este tipo de relaciones conviene disolverlos.
Francisco de Sales