CAPÍTULO 143 - IMPONER
-CUANDO LA PAREJA ESTÁ DESCOMPENSADA-
Este es el capítulo 143 de un total de 200 –que se irán publicando- que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER
¿A ti te gusta que te obliguen a ser de otro modo distinto del que eres?
A tu pareja, tampoco.
La presión para que el otro cambie, si el otro no quiere cambiar, produce el efecto contrario del que se está pretendiendo.
¿Te gustaría entonces que te sugiriesen o te propusieran cambiar -con tu consentimiento; sólo si tú lo apruebas y te parece bien- algunas cosas para tu bien y el bien de la relación?
A tu pareja, también.
Este último es el camino, y no el de esperar un milagro que seguramente no se producirá.
Será muy difícil –rayando lo imposible- que un día el otro se despierte con la voluntad de cambiar, de transformarse, de transfigurarse y convertirse, por las buenas y de golpe, en ese o esa que a ti te gustaría que fuera.
Conviene, por tanto, hacerle ver al otro -con paciencia, con la mejor voluntad posible, con mucho amor-, que pequeñas modificaciones, no muy difíciles, conseguirían grandes cambios positivos para ambos.
Y sería bueno tener la habilidad y la capacidad de explicar con serenidad, con palabras e ideas sencillas, que estaría bien –en opinión de uno, pero abierto al diálogo y a escuchar al otro- que hiciera algunas reformas, que no le causaran mucho esfuerzo, porque con ello conseguirían afianzar la relación, o hacer más cómoda y feliz la convivencia, y de eso es de lo que se trata, a fin de cuentas, la relación: de tener y disfrutar todo lo bueno que entre ambos pueden aportar.
Pero todo se debe basar en el consenso con el otro, que ha de ser razonable y dialogante, o mediante la sutileza para que el otro haga lo que uno –que es quien se ha dado cuenta- considera que es mejor. Dicen que el liderazgo es conseguir que el otro haga lo que tú quieres que haga, pero que lo haga sintiendo que es lo que él quiere hacer.
Imponer siempre provoca, automática o inconscientemente, rechazo. Todo el cuerpo se pone tenso, a la defensiva y preparado para la oposición o el rechazo, cuando se siente que le pretenden imponer algo, porque ante eso uno se siente como súbdito o esclavo del otro, y presupone sumisión o renuncia a los derechos y deseos propios, así que es comprensible que uno se oponga instintivamente a las imposiciones.
Y hay tantos modos de conseguir que el otro lo haga sin que se dé cuenta…
SUGERENCIAS PARA ESTE CASO:
- Amor, por supuesto. Y respeto. No se trata de que el otro cambie en todo llegando a perder su personalidad sólo para el beneficio de uno de ellos. Eso le haría sentirse mal.
- La presión para que el otro cambie, si el otro no quiere cambiar, produce el efecto contrario del que se está pretendiendo.
- Se puede y se debe decir todo, con cuidado y respeto. Se pueden y se deben sugerir los cambios que puedan afectar al bienestar y mejoramiento de la relación.
- Cuidado porque imponer es poner una carga o una obligación. Así lo va a recibir y entender el otro.
Francisco de Sales
(Si le interesa ver los capítulos anteriores, están publicados aquí:
http://buscandome.es/index.php/board,89.0.html)