CAPÍTULO 107 - AMAR MAL
-LO QUE PUEDE PASAR POR NO SABER-
Este es el capítulo 107 de un total de 200 –que se irán publicando- que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER
“Yo le amo pero él dice que no le amo, ¿qué más puedo hacer?”.
“Él dice que me ama pero yo no lo siento”.
¿Qué hacer en estos casos?, ¡pues amarse!, pero amarse bien. No es suficiente con amar. Hay que saber amar bien.
No del modo que uno cree que se debe hacer –porque para el otro tal vez no sea el adecuado-, ni tampoco del modo que a uno le gustaría ser amado –porque tal vez el otro no tenga la misma idea de su deseo de ser amado-, sino con la naturalidad y la sabiduría que tiene el amor, que cuando se expresa libremente no necesita de enmendaduras ni enseñanzas ni aditivos. Se trata, sobre todo, de no fingir que se ama, de no amar de un modo artificial para que se parezca a los amores de las películas.
El amor tal como brota, en su naturaleza, sin manipulaciones ni añadiduras, es perfecto. Lleva muchos años de experiencia y conoce bien su oficio.
Sólo deja su eficiencia cuando alguien cree que toqueteándolo un poco y añadiendo sus conceptos personales, o sus transformaciones interesadas y fuleras, va a mejorar. Gran ignorancia.
Se aprende a amar no sólo dejando que el amor brote sin interferencias, sino también poniendo buena voluntad en eso de llevar el amor a lo cotidiano, y también preguntando al otro, o a la otra, y observando qué cosas le hacen feliz y en qué condiciones.
Uno ama mejor cuando se ama a sí mismo.
Amar mal es amar de un modo en el que los intereses corrompan el modo natural, en el que la generosidad y los buenos deseos no están presentes, en el que se entrega a cambio de algo o porque se espera algo. En este caso se llama inversión, y no amor.
O se ama bien, o no se ama. Pero no valen medias tintas. No vale un amor descafeinado, fingido, blando… y no se trata de amar mucho pero alocadamente y sin sentido, sino de amar bien. Que el modo de amar sea único.
Amar a conciencia y desde cero. Desde la pureza donde se concibe el amor.
Y si no es así, se ama mal. O no se ama. Que es casi lo mismo.
Del mismo modo, tampoco hay que conformarse con que el otro ame “a su manera”, o sea, mal, que puede ser un modo de amor sin amor, y eso no es aceptable.
La impecabilidad en el modo de amar, o poniendo en ello la mejor intención y voluntad posible, son los únicos modos aceptables de amar y ser amados. Si no hay más remedio, uno acaba aceptando un sucedáneo de amor bien intencionado, pero no hay que rendirse en exigirle al otro que siga perfeccionando su capacidad de amante.
SUGERENCIAS PARA ESTE CASO:
- Amar bien también es como un oficio que requiere de aprendizaje y de práctica.
- No hay que rendirse en exigirle al otro que siga perfeccionando su capacidad y calidad de amador.
- Amar bien es amar sin regatear amor en el corazón, en la entrega, en esa creación que ambos se han comprometido en acrecentar.
Francisco de Sales
(Si le interesa ver los capítulos anteriores, están publicados aquí:
http://buscandome.es/index.php/board,89.0.html)