¿POR QUÉ NO CONSIGO LO QUE ME PROPONGO?
En mi opinión, sólo una minoría de las veces que no conseguimos lo que nos proponemos se debe a factores externos, y se debe a asuntos personales en más del 95% de los casos.
Hay cosas que son imposibles y hay que aceptarlas como tales y no empeñarse en conseguirlas, porque es imposible, y porque no conseguirlas sólo nos va a aportar la correspondiente frustración que eso conlleva. De ese modo lo que era una ilusión pasa a ser una desilusión, y lo que iba a aportar satisfacción aporta fracaso.
“Si no sabes dónde, cómo y cuándo quieres llegar a un lugar, entonces llegarás a cualquier sitio, de cualquier manera y en un momento indeterminado.”
LO QUE ES NECESARIO PARA LOGRAR LO QUE UNO SE PROPONE
- Un buen plan o proyecto, en el que se contemplen y prevean los inconvenientes que puedan surgir, para saber cómo evitarlos o cómo resolverlos. Está bien que sea desafiante, un buen resto, pero al mismo tiempo tiene que ser realista. La hoja de ruta es imprescindible.
- Tener claramente definido el objetivo. El éxito o el fracaso empiezan a fraguarse en el momento en que se fija el objetivo, de ahí la importancia de repasarlo y tener claro que es posible. No confiar exclusivamente en la improvisación y no dejar el logro solamente en manos de la buena voluntad y las ganas. Tener claros los pros y los contras nos será útil para potenciar y apoyarnos en lo positivo y para estar preparados para resolver los inconvenientes. Revísalo a menudo para comprobar los logros.
- Escribirlo, porque así se cosifica y tiene más consistencia, y porque hacerlo sirve para poner en orden los propios pensamientos. Escribir qué es lo que deseas conseguir –y explícalo con claridad- y cómo crees que puedes llegar a ese objetivo. Define claramente cuál es la línea roja que no vas a atravesar, o aquello a lo que vas o no vas a renunciar por lograrlo.
- Poner al servicio del logro toda la voluntad, determinación, esfuerzo, perseverancia, atención, interés y dedicación que ello requiere.
- Saber soportar la presión que va a ejercer en nosotros el logro del objetivo.
- Trabajar en un objetivo a la vez. Si son varios, afrontar uno y después otro. Si es uno pero grande hay que dividirlo para que sea más manejable, y que cada parte resultante vuelva a ser un solo objetivo. De ese modo no abruma tanto la tarea y se puede comenzar con los asuntos más leves. A medida que uno va consiguiendo algunas cosas irá ganando en confianza. Alcanzar un logro anima ya que se cuenta como un triunfo, sin valorar el tamaño o la importancia del logro. En el interior y en la Autoestima se siente como un paso adelante que ya se ha conseguido.
- Descartar lo que es claramente imposible o requiere de tantas colaboraciones ajenas a uno mismo o de tantas casualidades que lo condenen irremediablemente a la imposibilidad.
- Ser objetivo. No es conveniente ser excesivamente optimista ni terriblemente pesimista. Está bien tener ánimo y confianza, pero no está bien el autoengaño.
- Conviene tener un espíritu combativo, una buena Autoestima, Amor Propio, sentirse capaz de resolver lo que sea que se acomete, seguridad y fe en uno mismo.
- Analizar con objetividad los impedimentos, y si uno no es capaz de hacerlo solo y puede contar con la ayuda de alguien ajeno y con experiencia, aprovecharlo.
- Tener preparadas motivaciones que puedan ayudar a seguir adelante en los momentos de flaqueza. Desde amuletos a frases motivadoras y positivas, desde la fe hasta apoyos directos de familiares o amigos, cualquier cosa que para sea útil hay que usarla. Siempre emociones positivas, pero que no sean un autoengaño.
- Enfocarse en el resultado pero procurando disfrutar durante el proceso. Procurar disfrutar del camino. Paciencia. Depende de qué se esté pretendiendo puede ser más rápido o más lento. No decaer.
- Si se han tenido fracasos anteriores, conviene quedarse sólo con lo aprendido, pero no dejarse influenciar por ellos. Si uno arrastra la creencia de que no va a salir bien, no saldrá bien. Se llaman “profecías autocumplidas”.
- Si avanzas, concédete un premio.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales