CAPÍTULO 45 - NO VALORAR LAS DIFERENCIAS CULTURALES O SOCIALES
- LO QUE NO ES APROPIADO -
Este es el capítulo 45 de un total de 200 –que se irán publicando- que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER.
Este no es un tema insignificante.
Lo cierto es que, a pesar de que se dice que el amor supera todas las barreras y todos los obstáculos, hay algunos que tienen una solución complicada a pesar de la buena voluntad que se ponga.
Cuando ambos provienen de diferentes estratos sociales cada uno puede intentar acoplarse al del otro, pero se van a encontrar con inconvenientes importantes, y pueden no ser significativos cuando están ellos dos a solas, pero pueden hacerse muy evidentes esas diferencias cuando uno se encuentra en el ambiente social o cultural del otro y es muy distinto del suyo habitual o propio.
No es imposible –porque en los cuentos algunos príncipes se casan con plebeyas- pero conviene valorar, individualmente y como pareja, el esfuerzo que va a tener que hacer cada uno de ellos.
Puede que el que tenga el nivel cultural más alto, una vez que la fiebre del enamoramiento remita, se dé cuenta de que no puede tener conversaciones intelectuales con el otro, porque no prosperan; puede que le incomode no poder comentar uno película al final de la sesión, no poder opinar sobre un libro porque no lo ha leído, o que su tema de conversación sea obsesiva y exclusivamente el fútbol, porque todo eso crea una distancia innegable y una merma de intereses comunes.
Puede que su diferente nivel también implique diferencias en los gustos o aspiraciones y que la sensación de estar con alguien con quien se tiene poco que compartir se convierta en una pesada losa que no se puede cargar durante mucho tiempo.
Puede que la persona que tenga el nivel de partida más bajo no se sienta cómodo en un ambiente distinto del suyo, porque sienta que no está a la altura de lo que se espera de ella, o que la parte social de la relación obligue a comportarse de un modo inhabitual y ese esfuerzo de fingir o aparentar le pase factura psicológicamente haciéndole notar que no está siendo ella misma sino que es un personaje falso, inventado, y no le guste interpretar siempre ese papel.
Y todavía quedaría por ver lo que les puede separar a medio o largo plazo, como el tener diferente raza o país de origen, diferente religión o gustos culinarios, y el ser aceptado plenamente o no por el resto de miembros familiares cuando son muy diferentes en cuanto a tradiciones o costumbres.
Es sólo una observación para quien no valora en su justa medida esto que puede llegar a convertirse en un inconveniente.
Francisco de Sales
(Si le interesa ver los capítulos anteriores, están publicados aquí:
http://buscandome.es/index.php/board,89.0.html)