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 CAPÍTULO 37 – LA ESPIRITUALIDAD

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Francisco de Sales
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Cantidad de envíos : 1372
Fecha de inscripción : 12/12/2012

CAPÍTULO 37 – LA ESPIRITUALIDAD Empty
MensajeTema: CAPÍTULO 37 – LA ESPIRITUALIDAD   CAPÍTULO 37 – LA ESPIRITUALIDAD Icon_minitimeVie Jun 19, 2020 1:40 am

CAPÍTULO 37 – LA ESPIRITUALIDAD

Este es el capítulo 37 de un total de 82 -que se irán publicando- en los cuales se explicarán los conocimientos necesarios acerca de TODO LO QUE HAY QUE CONOCER PARA HACER BIEN UN PROCESO DE DESARROLLO PERSONAL.


“La espiritualidad no ha de residir únicamente en lo místico y lo religioso.
La auténtica espiritualidad ha de manifestarse en la vida cotidiana”.

“A Dios no le importa tu religión:
le importa que prestes atención a tu espiritualidad”.

“La espiritualidad no consiste en saber lo que quieres,
sino en comprender lo que no necesitas.”
(Tony de Mello)

“La espiritualidad consiste en considerar los problemas de la vida desde un punto de vista elevado, comprensivo y sintético; en probarlo todo en base a los verdaderos valores; en intentar llegar a la esencia de los hechos, sin dejarse arrastrar por las apariencias externas, sin dejarse convencer por las opiniones tradicionales, sin dejarse influenciar por las masas, ni por las tendencias, las emociones o los prejuicios personales.”
(Roberto Assagioli)

“El alma es un don demasiado precioso para que Dios la dé al hombre
por nada. Éste ha de ganarla, siendo o haciendo algo.”
(George Bernard Shaw)

“¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?”

“En ninguna parte puede hallar el hombre un retiro tan apacible
y tranquilo como en la intimidad de su alma.”
(Marco Aurelio)


ALMA: (Del diccionario: principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida. En algunas religiones y culturas, sustancia espiritual e inmortal de los seres humanos. Sustancia o parte principal de cualquier cosa).
ALMA: (Del diccionario: del latín ánima: aliento, viento, emanación, olor, principio vital, vida, existencia, ser viviente. Curiosamente, hay otra palabra que se confunde o equipara con esta: espíritu. Co-principio, junto con el cuerpo, del ser humano, fuente de sus operaciones vitales y sustrato permanente en medio de los cambios del ser vivo. Sustancia espiritual e inmortal, capaz de entender, querer y sentir, que informa al cuerpo humano y con él constituye la esencia del hombre. Conjunto de funciones psíquicas e intelectuales y estado de conciencia).
ALMA: (Del diccionario: espíritu, del latín spíritus, quiere decir casi lo mismo: soplo, viento, emanación, soplo vital, vida, sentimientos, corazón).
ESPÍRITU: (Del diccionario: don sobrenatural y gracia particular que Dios suele dar a algunas criaturas. Ser inmaterial y dotado de razón. Alma racional).
OTRAS DEFINICIONES DE ALMA: Fuente de operaciones vitales y sustrato permanente en medio de los cambios del ser vivo. Sustancia espiritual e inmortal, capaz de querer y sentir, que informa al cuerpo humano y con él constituye la esencia del hombre.


Los asuntos relativos a nuestra propia vida no deben encomendarse a otros para que los resuelvan, pero menos aún debemos delegar la espiritualidad.
La espiritualidad es afanosa e insondable. Una vez puesta en marcha, quiere más y pide más de nuestra atención. A cambio, nos va dando tanta información y tantas satisfacciones, que despierta el interés por seguir profundizando. Cada poquito que nos abre los ojos del corazón nos impulsa a buscar el siguiente paso, la siguiente luz.
Nadie puede vivirla por nosotros, ni los místicos ni los gurús, ni tampoco sirve conformarse con la teoría ni las prácticas de los demás.
Si no la experimentamos en nosotros mismos, no sabremos lo que es y lo que aporta.

No hay dos vidas, una material y otra espiritual, sino solamente una.
El objetivo de la espiritualidad es alcanzar la paz y la felicidad interior, que se manifestará en alegría exterior.
Situamos lo espiritual en la meditación, en la no acción, como algo personal y no compartible.
Espíritu y alma, si las referimos a espiritualidad, y para entendernos mejor, vienen a entenderse habitualmente como la misma cosa. Son, sin duda, la razón más elevada de estar en la vida.
Son ese algo que trascienden al cuerpo, que no se alteran con los cambios de humor o de edad, que resisten las faltas de coherencia personales y son capaces de permanecer en calma ante nuestro caos.
Ambas son intangibles, invisibles, indescriptibles, indemostrables, pero casi todos las sentimos de un modo u otro.
Mantienen siempre la serenidad que da el saber que todo es efímero, que nada es tan grave como aparenta; que el Ser que realmente eres, que es alma y espíritu en esencia, está muy por encima de los arrebatos que de vez en cuando te alteran, y ambas siguen presentes a lo largo de tus diferentes etapas o personalidades, inalterables, sabiendo cuál es el Camino y el propósito, y además saben esperarte cuando te metes por atajos equivocados, cuando te duermes o te equivocas, cuando olvidas el sentido de tu vida, cuando estás desconsolado... son algo con sentido de eternidad, con capacidad de apreciar la ridiculez de algunos tus actos y a pesar de ello respetarte. Son algo que se escribe con mayúsculas, que es sabiduría, que saben acogerte como hijo pródigo, como oveja descarriada, y como a un ser querido que se hubiera extraviado.
Eso es el espíritu y el alma.


¿LO ESPIRTUAL Y LO MATERIAL?

Aunque todos sabemos que no hay dos vidas, la espiritual y la material, sino sólo una, tendemos a diferenciar entre una vida y unas actividades orientadas a las cosas del cuerpo y de la sociedad, que llamamos vida material, y otra dedicada a lo interior y lo invisible a la que llamamos vida espiritual.
Hasta poder integrar ambas, y aunque sólo sea por ver alguna de las características y problemáticas de la espiritual, las trataremos por separado.
El objetivo del trabajo espiritual es alcanzar la paz y la felicidad interior y, por extensión, la alegría exterior.
Para ello, es necesario llegar al conocimiento más profundo de eso que realmente somos: lo que no es el cuerpo.
Es necesario, en principio, hablar de la diferencia que hay entre el Ser, que es lo que auténticamente uno Es, y el que existe, que es sólo una expresión temporal y finita, limitada a este momento y con estas características, con este cuerpo y este nombre.
El Ser, generalmente, es un gran desconocido, a veces incomprendido, olvidado, relegado, incluso renegado, misterioso y oculto, y a veces simplemente intuido.
El trabajo para poder descubrir el que se Es, el Ser, y eliminar las trabas que lo impiden, es un poco dificultoso. Uno habla de querer ser “uno mismo” sin saber en realidad quién es, y cualquiera tiene también dificultades para distinguir entre “quién quiere ser” y “quién tiene que ser” o “quien está llamado a ser”.
La solución es sencilla: generalmente uno quiere ser otra persona distinta de la que ciertamente es, y la solución, lógicamente, es descubrir quién es realmente, porque uno sólo tiene que ser el que auténticamente es y no otro: un ejemplar único e irrepetible, proyecto de Sí Mismo y de Dios, que ha de llegar a manifestarse plenamente en su unicidad.


VISTO DE OTRO MODO

Lo espiritual es una experiencia personal, y es una experiencia necesaria para la realización completa del ser humano.
Es un territorio desconocido, del que sólo sabemos por teorías o por intuiciones. Nada tangible, razonable, o demostrable tal como estamos habituados, sino un reino de sentimientos, sensaciones, percepciones, clarividencias… todo etéreo.
Mientras caminamos por ese paraje desconocido, van a aparecer momentos de extravío y también momentos de una claridad sorprendente, alegrías, dificultades, sorpresas agradables y gran comprensión. Todo mezclado.
Van a aparecer potencialidades que estaban aletargadas, una nueva conciencia, y la sensación de que la vida adquiere una nueva dimensión y comprendemos las cosas de otro modo.
Puede aparecer o desarrollarse la religiosidad. Uno se va a dar cuenta de que sus valores humanos se acrecientan, y se siente mejor y más a gusto consigo mismo.
Es el contacto con la divinidad que habita en cada uno, con el Supra-consciente, con el Yo Superior.
Es el contacto imprescindible del asustado y pequeño que somos con el sentimiento de ser más grande y estar más allá de las limitaciones de nuestro alrededor.


OTRA FORMA DE VERLO

Es evidente que uno no es sólo el cuerpo que se ve, y que se manifiesta como presencia en la vida. Ya sabemos que nuestras células cambian sin parar, ya sabemos que no queda en nosotros de nuestra infancia más que la identidad… y el alma.
El alma es el componente espiritual de los seres humanos.
En casi todas las lenguas del mundo espíritu proviene de “soplo”. En el colegio los curas nos decían que Dios insufló un soplo de aire a Adán para darle la vida.
Es posible que el alma sea yo de verdad, y que utiliza el cuerpo físico para aprender en la Tierra cosas que no puede aprender en el mundo espiritual.
En el alma situamos las cualidades y los sentimientos más sublimes, la máxima sensibilidad, la fragilidad, lo más emotivo, lo más tierno, y lo más amoroso y amado.
Entendemos que el alma es lo más puro, lo más receptivo, lo que tiene más verdad en su esencia…
Pero esto no se puede demostrar, porque no se puede demostrar la existencia palpable del alma. Sí es cierto que todas las religiones y filosofías están de acuerdo en que existe, aunque le cambian el nombre.

El alma es la auténtica realidad; el cuerpo es la apariencia que la acoge temporalmente y la oculta.
Curiosamente, ÁNIMO: (RAE, del lat. anĭmus, y este del griego ἄνεμος, soplo) y ÁNIMA: (RAE, del lat. anĭma, y este del griego ἄνεμος, soplo), tienen el mismo origen que alma y espíritu: soplo.


TRABAJA TÚ

La espiritualidad practicada en estado de actividad es superior a cuando se practica en estado de retiro, porque esta última puede ser solamente teórica o utópica, y no tener vida.
“Sólo la voluntad profunda te conducirá a lo profundo, y únicamente una dedicación total logrará una transformación total”, dijo Blay. Aquí no valen medias tintas, ni acordarse de vez en cuando, ni conformarse con cualquier poca cosa, ni acallar o distraer los deseos del alma.


ME DOY CUENTA QUE

Alma es sinónimo de ánima.
Animar quiere decir “infundir el alma o la vida a un ser”. Por lo tanto, averiguo que lo que anima a seguir adelante, en todos los aspectos, es el alma. El cuerpo es algo temporal, cambiante y finito. Deduzco que no he de identificarme con el cuerpo, sino con el alma. Sé que tengo cuerpo y mente, aunque yo no soy ni el cuerpo ni la mente: ambos son mi parte externa visible, y con ellos me puedo manifestar. Existe otra parte interna e invisible, y esa parte sí soy yo.


ATENCIÓN

Este es un Camino exclusivo para gente que siente la llamada de un modo innegable e irrechazable; sólo para quien sabe que no podrá seguir viviendo en paz mientras no busque la espiritualidad y se relacione con ella; quien está dispuesto a encontrarla pase lo que pase, y aunque tenga que renunciar a todos las reglas y todas las razones que hasta ahora le parecían importantes; es sólo para quienes comprender que la realización de Uno Mismo es la tarea más importante de su vida.


DESDE UN PUNTO DE VISTA MÁS ESPIRITUAL

Por eso, por el alma, por el espíritu, estás aquí.
Porque llevas dentro algo que te sobrepasa y trasciende el cuerpo.
Porque llevas dentro, en alguna parte, algo que sobrevive impasible a todos los cambios de edad, y de forma de pensar y actuar, que van sucediendo a tu cuerpo.
Porque hay algo en ti que mantiene coherencia con el desarrollo de la persona, que sonríe en silencio ante cualquiera de tus magnificadas dificultades con la serenidad que da el saber que todo lo que pasa es breve e ínfimo en comparación con el Ser.
Porque el alma y el espíritu saben cuál es el Camino, cuál el propósito, y tienen un atinado sentido de eternidad.


Es hora de modificar el concepto que se viene manteniendo en los últimos siglos, por el que se disocia el Ser y se divide, básicamente, en bloques de opuestos: humano y divino, cuerpo y alma, corazón y mente, pureza y pecado, lo Interior y lo externo, Lo Superior y lo mundano, la materialidad y la espiritualidad…
No existe diferencia ni separación entre ninguno de estos aspectos. Todo está dentro de nuestra piel y en ninguna otra parte, porque el contacto que tenemos con todo ello es dentro de nosotros.
La espiritualidad debería integrar al Ser Humano, sin disociarlo de Sí Mismo, aceptando lo divino, Lo Superior, en cada uno de nosotros y como parte indisoluble de nosotros (y no algo que está en el “Cielo”, inaccesible e intratable, como una meta o estado al que nunca llegaremos).
La espiritualidad reside en lo cotidiano, no sólo en las misas ni en los retiros espirituales, no sólo en el yoga ni en las meditaciones, no está hecha exclusivamente para los religiosos profesionales, no es monopolio de la Iglesia.
Está al alcance de quien la quiera alcanzar.
No se esconde, ni se eleva hasta lo inalcanzable; no es intrincado ni críptico; no es un asunto de inteligencia ni de conocimientos. Es mucho más sencillo y habitual de lo que nos han dicho.
Dice Jung en su libro El hombre moderno en busca de un alma que “durante los últimos treinta años han acudido a mi consulta personas de todas las regiones del mundo. De entre todos los que se encontraban en la segunda mitad de su vida, es decir, los mayores de treinta y cinco años, no había ni siquiera uno cuyo problema no fuese, en última instancia, hallar una visión religiosa de la vida”


POR SI NO LO SABES

La tradición oral enumeró los 10 pasos del Camino Espiritual:

1 – LA INQUIETUD:
La persona siente que debe cambiar de vida, sea por tedio o por sufrimiento.
2 – LA BÚSQUEDA:
Llega la decisión del cambio. La búsqueda se da a través de libros, cursos, encuentros.
3 – LA DECEPCIÓN:
Comienzan las vacilaciones entre los diferentes caminos. El que busca llega a tener conciencia de los problemas y los defectos de los que enseñan. Por mucho que cambie de corriente filosófica, religión o sociedad secreta, se encuentra con los problemas clásicos: vanidad y ansia de poder.
4 – LA NEGACIÓN:
Es habitual abandonar el camino tras constatar que los que están el él aún no resolvieron sus problemas.
5 LA ANGUSTIA:
El camino fue abandonado, pero la semilla ya está plantada: la fe. Y crece día y noche. La persona siente desasosiego, tiene la sensación de que descubrió algo y lo perdió.
6 – EL REGRESO:
Debido a otra crisis seria (una tragedia, un éxtasis, etc.), la persona descubre que su Fe está viva. Y la fe, si se cultiva con cuidado, resiste cualquier decepción.
7 – EL MAESTRO: Se trata del momento más peligroso. Sólo los maestros son los individuos más experimentados. El camino es individual pero en este momento puede desvirtuarse y volverse colectivo.
8 – LAS SEÑALES:
El maestro termina siendo abandonado cuando el camino se muestra por sí mismo. A través de las señales, Dios le enseña lo que necesita saber.
9 – LA NOCHE OSCURA:
Se toman las grandes decisiones. La persona cambia de vida y se pone a caminar, a pesar del miedo.
10 – LACOMUNIÓN:
Es el momento en el que, como decía San Pablo, la propia Divinidad pasa a residir en la persona. El misterio de los milagros se manifiesta con toda su maravilla y su grandeza.
(De Leyenda personal, de Paulo Coelho)


SOLUCIONES O SUGERENCIAS

Dice Antonio Blay: “Lo que hay que hacer es formularse de un modo directo estas preguntas: ¿qué soy yo?, ¿qué es ese yo que siento?, ¿qué es ese yo que está detrás de todas mis acciones, detrás de todos mis estados, que es el eje, el centro de toda mi existencia?, ¿qué soy yo?, y tratar de poner la mente allí donde siente esa resonancia interior, tratar de centrar la atención donde encuentre esa resonancia; buscando, a través de esa investigación directa, sin razonamientos y sin especulación de ninguna clase, sólo mediante la simple atención dirigida y sostenida allí donde surge la vivencia, la resonancia del “yo”.
Esto la persona ha de hacerlo dedicándole ratos exclusivos, y ha de hacerlo también durante todo el día, porque todo el día es él quien está haciendo y es él quien se está expresando, y, por lo tanto, en cada instante tiene la oportunidad para llegar a ese descubrimiento central de sí mismo.
No olvidemos que esta técnica, este trabajo, como todo trabajo, sólo podrá producir fruto cuando se convierta en algo hecho a conciencia, cuando se haya tomado realmente en serio. En la medida en que uno lo hace por pura curiosidad, por un afán de algo nuevo, curioso, por una simple inquietud, emotiva, esto no tiene la menor oportunidad de convertirse en una transformación profunda. Solamente el anhelo profundo nos conducirá a lo profundo, y únicamente una dedicación total nos dará una transformación total.”


RESUMIENDO

A veces es sólo una inquietud que acallas fácilmente; otras veces, la niegas; otras, irrumpe con fuerza y no respeta ni siquiera tus miedos ni tus excusas. La espiritualidad tiene muchas intensidades. Es la razón que se encuentra detrás de casi todas las acciones. Te recuerda su existencia con mayor o menor insistencia, y se manifiesta en algunos momentos cumbres y en casi todos los actos cotidianos. Sólo hace falta que le prestes un poco de atención, y que dejes de aplazar esa gran conversación que tenéis pendiente.
(Para más información recomiendo leer el capítulo titulado LO TRANSPERSONAL)


Francisco de Sales


Si le interesa ver los capítulos anteriores están publicados aquí:
http://buscandome.es/index.php/board,88.0.html








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