APRENDER A VER
Por lo visto, hace falta esforzarse mucho para ser capaz de abrir los ojos y ver. Mirar es fácil. Ver es un poco más complicado.
Tenemos que aprender a ver las cosas y las personas sin asociarlas a un nombre, a una idea o a un concepto.
Las cosas y las personas nacen libres de adjetivos, y estos no son obligatorios. Son orientativos, pero a veces se convierten en “desorientativos”, porque limitan y condicionan, encarcelan, impiden evolucionar y, en muchas veces están mal seleccionados o mal adjudicados.
Ver es el efecto de mirar con toda la atención y consciencia, pero sin los pensamientos ni los enjuiciamientos que adjudica nuestra mente por la costumbre y por los prejuicios acerca de lo que estamos viendo.
Ver debiera ser un recreo, una observación sin sentencia, sólo darse cuenta. Sólo ver.
Aprendamos a ver, simplemente ver, nada más que ver, sin condicionamientos, ya que sólo de ese modo nos daremos cuenta real de lo que estamos viendo.
Ver, siempre, como si fuera la primera vez.
Francisco de Sales