EL DESORDEN EXTERNO SE CONVIERTE EN DESORDEN INTERNO
En mi opinión, es mucho más importante de lo que creemos el hecho de que haya orden y limpieza en los entornos donde nos movemos.
A todos nos gusta sentirnos confortables, ver armonía a nuestro alrededor, y también estar en esos sitios donde se nota que hay una estética que se ha cuidado.
A muchos les gusta menos eso de tener que esforzarse en mantener ese orden y limpieza a su alrededor. Lo harían con más asiduidad y agrado si supiesen que cuando ordenan su exterior recíprocamente están ordenando su interior, y si fuesen muy conscientes de que armonizar su exterior equivale a armonizar también su interior.
Y no me refiero solamente a que tengas el armario bien ordenado, la cama hecha, la cocina recogida y todo limpio, que es algo REALMENTE IMPORTANTE. Me refiero, también y sobre todo, a tener y poner ORDEN EN TODA TU VIDA.
En tu forma de pensar.
En tus acciones.
En tus comidas.
En la relación contigo.
En tu mente.
En tus horas de sueño.
En tus excesos.
En tus proyectos.
En tus ideas.
En tus relaciones.
En tu presente.
En tus emociones y sentimientos.
En tus desatenciones.
En tus descontroles.
Etc.
Para algunas personas lo habitual es ir sorteando y evitando afrontar todo lo relacionado con los asuntos indicados –y otros que no aparecen en la lista-, aplazándolos infinitamente para evitarse el mal trago de reconocer ineludiblemente que tiene conflictos en todos esos asuntos, que hay mucho o muchísimo desastre en su vida, un caos y un desorden con el que no se siente a gusto, y una verdadera necesidad de que un gobernador con mano firme se ponga al frente de la propia vida.
Duele el momento en que uno se da cuenta de la realidad personal en la que se está moviendo –me refiero a quienes tienen una vida con un cierto caos pendiente de reformas-, y parece que duele menos si se menosprecia tratando de enviarlo a un olvido que sólo lo acoge temporalmente pero no para de recordar que está ahí, que es algo ingrato, y que sólo olvida a ratos pero no tiene capacidad para eliminarlo sin que deje huella.
Te invito a que busques un tiempo de tranquilidad que puedas dedicártelo a ti, sin interrupciones y con toda tu buena voluntad presente –te garantizo que te será rentable-; que tengas a tu lado algo donde hacer anotaciones sobre los descubrimientos y tus decisiones, que releas el pequeño listado anterior de las cosas en las que puede haber desorden, que añadas todas las que tú sabes que necesitan una revisión, que te armes de valor y de paciencia y de Amor Propio, y que vayas revisándolos uno a uno para resolverlos.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales