Combate al Amanecer. ++++DESTACADO MES DE JUNIO 2009++++

DESTACADO

Mi padre fue un hombre gallardo, un Clark Gable cerca de 1.70, elegante y ¡Uf! con los problemas propios de su prestancia; mi madre me mandaba a la esquina de la población de obreros de la mina de carbón cuando sonaba el pito que indicaba el término de su turno y allí lo veía con su traje buzo blanco, caminando elegantemente entre los otros mineros. Movía el bastón de madera, adminículo obligatorio para todos los trabajadores y que tenía varios usos destinados a la seguridad personal en las duras labores de la extracción del mineral.
Dormía yo profundamente después de mi diario quehacer de niño de 4 años, despreocupado y gastador de energías durante mis juegos. Desperté al escuchar extraños ruidos como pequeñas detonaciones en la calle, con exclamaciones condimentadas con palabrotas de hombres y que se colaban por la ventana entreabierta de mi dormitorio en el segundo piso.
Mi natural curiosidad me impulsó a mirar a hurtadillas protegido por las cortinas; amanecía, pero los faroles de la calle todavía estaban encendidos. Bajo uno de ellos vi con sorpresa a dos caballeros medievales que luchaban con sus espadas, dándose furiosos mandobles que, con gran habilidad, bloqueaban ya con su arma ya con su yelmo. A medida que la luz diurna iba aumentando me di cuenta que se trataba de dos mineros con sus característicos trajes y se daban de garrotazos con sus bastones, que, al chocar con los cascos, producían un sonido semejante al quebrar de nueces.
Muchos golpes iban a dar a los cascos de seguridad, pero no pocos llegaban a los brazos y torso de los luchadores. No faltaban las estocadas con las puntas de sus improvisadas espadas, pero la agilidad de estos caballeros feudales evitaba grandes daños en sus fornidos cuerpos.
Sólo con el transcurrir de los años comprendí que la razón de esa disputa era el orgullo de hombres aguerridos y endurecidos en un trabajo donde su compañera invisible e infaltable era la muerte. Estaba fascinado por la belleza y gallardía de los combatientes, que jadeaban y maldecían por algún problema, seguramente por una pequeñez que fue suficiente para encender la chispa que los hizo explotar en ese acto de ira. La pobreza de sus sueldos, aunque las casas y la belleza de los jardines y plazas mostraban una hermosa población, ponía su cuota diaria de furia contenida contra sus patrones extranjeros.
Otros mineros pasaban mirando a los luchadores con cierto interés, pero seguían su camino, pues el pleito no les incumbía. Los guerreros jadeaban y ya no tenían fuerzas para levantar sus armas de madera, pero se miraban desafiantes sin deponer su belicosidad; hasta que uno de ellos bajó su bastón y con su otra mano hizo un desdeñoso gesto, volvió sus espaldas al contrincante, evidenciando su desprecio, y sin palabras se alejó. Su adversario, respirando trabajosamente, también dio media vuelta, se fue en sentido contrario.
El sol se asomaba, desplazando las tinieblas, las luces artificiales se apagaron, la calle se llenó de transeúntes que iban presurosos a sus ocupaciones y la vecindad, después del combate, recobró su rutinaria vida.

Un gran relato, una realidad de aquellos años y bueno, de los de ahora tambien, primro por el sacrificio de los mineros y popr la rabia e impotencia contenida en años de trabajosa y peligrosa rutina donde los sueldos son paupérrimos y el trabajo demasiado...claro, haces ver esa realidad desde el punto de vista de un niño y logras transportar a esa epoca de infancia e inocencia de cada uno y tal como dice Cynthia, los años nos han hecho comprender muchas de las situaciones que pasaron nuestros padres y us esfuerzos por mantener siempre la inocencia latente y disfrutar lo mejor posible, de esa niñez...admas expones ese combate, como algo muchas veces normal, producto de esa vida misma, de esa rutina y esa rabia, algo que con el correr de los años y con la sabiduría a cuestas es posible captarlo en la correcta dimensión mas allá de lo ocurrido...bello relato Jaime, fluye y se nota espontaneo, vivido y real, cn una capacidad de narrativa impecable...me encantó Jaimiño...

Un abrazo,.

Ignacio

SIEMPRE PENSE QUE EL TRABAJO DE LOS MINEROS ES UNO DE LO MAS SACRIFICADOS Y DEL QUE NADIE PARECE ACORDARSE, ¿SERÁ QUE TRABAJAN BAJO LA TIERRA Y NADIE SE DA CUENTA,QUE ELLA SE LOS TRAGA?.
ES DURO LA VIDA DE LOS MINEROS,LO ESTUDIE EN HISTORIA CON LÑA REVOLUCION INDUSTRIAL HASTA DONDE LOS NIÑOS TRABAJAN HORAS EN LAS MINAS,LO INSALUBRE DEL TRABAJO,LAS MALAS CONDICIONES,Y LO MAL PAGO.
HACE POCO NO ME ACUERDO DONDE,SE DERRUMBO UNA MINA Y ALLI, ETERNAMENTE EN SU TRABAJO QUEDARON MUCHOS HOMBRES,FUE NOTICIA UN DIA,PERO DESPUES NADIE MAS SE ACORDO DE ELLOS.
CON TUS RELATOS SIEMPRE ESTAS REIVINDICANDO ESOS TRABAJOS OLVIDADOS DE LOS CUELLOS BLANCOS,LOS TRABAJOS DE LOS QUE REALMENTE HACEN MOVER AL MUNDO.
CON LA VISION DE NIÑO LE DISTE UN TOQUE DE ROMANTICISMO A UNA REALIDAD MUY DURA (JA JA VISTE QUE SERIO ME PUSE HOY,ES QUE HE LEIDO MUCHO SOBRE EL TRABAJO EN LAS MINAS Y TODO EL MUNDO QUE HAY ALREDEDOR DE EL,).
GRACIAS TIO,LA VERDAD QUE APRENDO Y ADEMAS TENGO OTRA VISON DE ALGUNAS COSAS GRACIAS A VOS.

El choque que ocurre en este relato, entre dos mineros que parecen gladiadores medievales, se ve reflejado de alguna forma también en el choque de dos ópticas diferentes: los ojos de un niño que recién va despertando en su amanecer, y los ojos adultos que le dan un enfoque serio a la realidad del combate. Ahí entre tus letras, ambos conflictos se leen con profundo interés, en este colorido relato que expone otro choque más, todavía: la violencia del mundo adulto contra la inocencia del mundo de los niños. Excelente trabajo, Jaime. A la par con la calidad que hemos aprendido a esperar de tu talentosa pluma. Saludos!

Excelente relato vvencial (no se si se dice así), pero me gusto mucho.

Mateo, querido sobrino, agradezco tu comentario y tu interés por saber del sacrificio de la gente honrada y pobre. Además de los mineros hay otros trabajos de gran esfuerzo físico y de baja paga, como son los recolectores de frutas y cosechas en general. Con nuestra pluma podemos llegar a los patrones de ellos para que tengan sensibilidad social, pues un trabajador bien pagado es un hombre contento y así rinde más, pues quiere su labureo.
Mi padre, cuando comenzó a sentirse enfermo, se retiró de las minas y trabajó de peluquero, en las construcciones y terminó sus días siendo un pequeño comerciante en su propia casa. Así como él fue mi orgullo cuando nene, yo fui el suyo cuando sus amigos preguntaban por el "rati", héroe medio loquillo ¡Ja!, pero entregado por completo a su trabajo.
Mateo, sin romanticismo no seríamos escritores, entregaríamos solamente frías cifras en censos y estadísticas. Tú, ya a tu edad no te has dado cuenta que sufres del "mal" que nos aqueja a quienes escribimos, cuando pase el tiempo y seas un escritor famoso leerás lo que ahora escribes, entonces te darás cuenta que eres romántico también.
Un abrazo cariñoso de tu tío y amigo desde Chile

Antares, amigo de USA, buen punto en las observaciones y en las analogías que descubres en la lectura de la historia. Sólo un buen lector y escritor como tú busca todos los ángulos de una historia, con un interesante comentario.
Un abrazo desde Chile.

Ciudadano, eres un escritor joven y destacado, gracias por tu comentario.
De paso, en mis cortos conocimientos en castellano y en literatura, en especial, hay palabras que, si bien no figuran en el diccionario, como VIVENCIAL, es correcto hacer derivaciones que provengan de otra siempre que contengan la idea inicial en su significado. Así tenemos EXISTENCIA, podemos hablar de EXISTENCIAL, EXISTENCIALISTA, otra AMBIENTE - AMBIENTALISTA, ETC. Perdón, no soy profe de castellano, pero fui y soy un buen alumno.
Un abrazo.[b][color=black]

Nuevamente por aquí amigo, para felicitarte por este Destacado, maravilloso como siempre son todos tus relatos...Felicitaciones JAime...

Saludos,

Ignacio

Felicitaciones por el reconocimiento. Excelente relato.
Saludos
Silvina

Estimado jaime,no puedo y creo que seria un abuso de mi parte agragar algo más a lo que tan acertadamente han dicho los compañeros.
Un reconocimiento a tus letras muy merecido,no solo por su calidad literaria,sino por su contenido humano.
Felicitaciones

MIS FELICITACIONES, JAIME!!
SIEMPRE ME SORPRENDES CON TUS RELATOS.
UN MERECIDO RECONOCIMIENTO, AMIGO!
UN ABRAZO.


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!Felicitaciones, hermano! Tu relato tiene toda la fuerza de la lucha de dos titanes..., y la dulzura del nino que observa, aprende, y que mas tarde ira a escribir esta tremenda experiencia para compartirla con nosotros.
Hermano, voy a tomarme unas vacaciones para retomar el dibujo y la escultura y tambien para bajar la ednorme barriga que me ha crecido pegado a la computadora. Estare leyendote de vez en cuando.
Un abrazo chileno Sergio

Me alegro que este relato fuese destacado. Es muy bueno, Jaime. Le había leído en su momento sin comentarlo, pero ahora te dejo mi felicitación.
Un beso. Elisa.