Nuestro Banco
Nuestro mundo era ese banco de la plaza debajo de un farol roto a la indiscreción.
Allí pudimos amarnos con la complicidad de las sombras y una luna que espiaba entre el follaje.
Ese fue el comienzo de una historia más donde el amor anidó plagándola de cuidados, miradas, caricias.
Hoy los temores, aquellos temores que imponía el futuro no existen… huyeron después de tantas batallas perdidas.
Construimos en aquel banco de plaza una fortaleza imposible de penetrar.
Nuestra fuerza creció en cada beso, en cada promesa cumplida, se fortaleció cada primavera y el nacimiento de nuestros retoños y nuestros nietos.
Hoy puedo asegurar sin ninguna duda que en la plaza de Ramallo y Zapiola hay un monumento al amor… Nuestro banco.
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Ricardo "Cocho" Garay
"Sólo soy un soplo de vida en la eternidad"