Certezas

En la vida, las certezas dan seguridad, son como piso firme donde se puede caminar sin miedo. Saber que en un lugar seremos bien recibidos, por ejemplo, hace que vayamos con tranquilidad. Sin embargo si pensamos que criticaran nuestra presencia, la forma de vestirnos, o algo más, seguramente pensaremos más de una vez si vamos o no a ese lugar porque la incomodidad puede ser todo un quebranto.
La certeza ayuda a tomar decisiones, pero no es infalible, podemos estar convencidos de algo y ese algo no ser como pensamos. ¿y entonces? Cómo nos afecta esa situación? Si la certeza da seguridad y comprobar la equivocación nos muestra que esa certeza no era correcta, qué pasa en nuestro interior?
¿Cuál es la relación de la certeza con la verdad? Si tener la certeza es tener la verdad, entonces no hay posibilidad de error? ¿De qué dependen las certezas?. Cuando decimos, por ejemplo, regreso del consultorio a las 18 hs. Y lo decimos convencidos de esto, ¿no hay posibilidad de no estar a esa hora de regreso? Y si se descompone el vehículo o si un paciente demoró más de lo previsto, o si el tránsito estuvo más complicado que de costumbre? Podemos afirmar que solo basta con el convencimiento o influyen otros factores como el conocimiento, información, imprevistos, etc.?
¿Puede la certeza ser intuitiva, o basada en opinión, o fruto de experiencias únicamente? Por ejemplo los experimentos científicos comprueban hipótesis y permiten elaborar teorías que tienen, por lo general una duración considerable, pero siempre pueden ser debatidas e incluso pueden surgir nuevos elementos que permitan reconsiderar y ampliar con nuevos conocimientos. Cuántas veces nos dijeron como algo muy cierto que tal producto produce un efecto benéfico en la salud y después de mucho tiempo arribaron a conclusiones que derribaron esa información. Otro ejemplo común es el pronóstico del tiempo, salimos con paraguas por los anuncios meteorológicos y no llueve durante el día. Creer en la seguridad de un matrimonio para siempre, afirmarlo “con certeza” no es garantía de que así será. Al menos es lo que se ve en la vida diaria.
“Solo sé que no sé nada” es una frase atribuida a Sócrates, una idea que nos ayuda a no desilusionarnos, a seguir en la búsqueda de dudas que nos permitan crecer en el conocimiento, en los afectos, en lo espiritual. Enuncia una certeza, pero una certeza abierta, que podríamos decir que se contradice a sí misma al expresar que algo sabe, la frase no condena la ignorancia sino promueve reconocerla como parte de un proceso que permita ir encontrando respuestas, que posiblemente siempre serán incompletas, temporales, variables.
En fin, es posible que sea conveniente ser precavido en las afirmaciones y los hechos, entender que las certezas de hoy pueden ponerse en duda mañana. Eso no es tan malo, ya que contribuye a la evolución misma.
Es tan solo una manera de ver las cosas.

Como que se disipan las dudas, aún sabiendo la pregunta ¿Qué pasará mañana y al otro día?
Interesante
saludos Nilda