¿Hasta dónde conocemos a una persona?

Hoy me puse a pensar. Hay hechos que nos hacen pensar. Y después de unos minutos, me dí cuenta que muchos errores que le otorgo a otros, en realidad son errores míos: Conocemos personas, compartimos tiempo de trabajo, de amistad, de entretenimiento. Incluso hay personas que conocemos en un viaje que dura 12, 20 o más horas y ese conocimiento empieza a través de la charla informal entablada para acortar el tiempo. Y como resultado de ese supuesto conocimiento de horas, días, años, nos hacemos una imagen, “suponemos” tal o cual cosa de esa persona. Creemos que es así o de otra manera, que le gusta tal cosa. Incluso pensamos que no sería capaz de hacer algo – que podría ser bueno o malo- según de quien se trate.
Cuando esa persona hace algo, (bueno o malo) no nos sorprende, porque sabíamos que era capaz de hacer eso, cumple la expectativa. Si hizo algo bueno que no esperábamos, que no lo creíamos capaz, nos alegramos, habernos equivocado es algo positivo.
Pero, sin embargo cuando hace algo malo que no esperábamos sentimos que nos decepcionó, y hasta nos causa tristeza. Interiormente incluso se lo reprochamos.
Pero hoy entendí que no es su culpa, sino nuestra, porque nos hicimos una imagen equivocada, elaboramos un concepto sobre esa persona, a veces, según la situación, hasta se la idealiza. Ese problema es nuestro, no de la persona en cuestión. Nos desorientamos, nos desequilibramos y nos sentimos tristes, pero somos responsables nosotros mismos, no es justo poner la culpa en esa persona.
Haberme dado cuenta de esto me alivia, me siento más tranquila, menos inquieta sobre la actitud de los demás. Siento que siempre debemos estar preparados para lo bueno y lo malo, que no debemos dejar que nos sorprendan, especialmente con cosas malas. No sé si será posible, porque depende de la personalidad que tenemos cada uno. Debemos intentarlo y tendremos menos tristeza, ya no nos sentiremos traicionado por esas cosas inesperadas que haga el “otro”.
Manejar nuestras propias expectativas seguramente dará más seguridad, más estabilidad emocional.
Y si, al final, la frase “nunca se conoce totalmente a una persona” tiene su sentido, su fundamento, pero, también nuestra propia mirada sobre como conocemos, como evaluamos, depende de nuestra subjetividad, que nos permite construir una imagen muchas veces equivocada.

Un texto redactado y elaborado con gran inteligencia, según mi entender. Pero, me pregunto, no está en la naturaleza humana, especialmente en la de los que no tienen buenas intenciones, hacernos parecer algo que no son?
Y si..., la culpa puede ser en parte nuestra por dejar que nos vendan una imágen que no es la real, pero si somos excépticos y desconfiados con todos con quienes nos relacionamos, no estaremos siendo injustos con las personas que realmente son lo que aparentan?
En fin, tema muy difícil y espinoso para debatir largamente, estimada amiga. Pero tu razonamiento volcado en este escrito es muy inteligente y absolutamente válido.
Este es uno de esos escritos, breves, pero con un contenido tan rico que nos deja siempre reflexionando sobre el tema tratado. Excelente y además, un gran placer leerlo.
Recibe mi saludo cordial,
José

¿Hasta dónde conocemos a una persona? Es tu pregunta y yo contesto: Hasta donde esa persona quiera que yo le conozca o hasta donde a mi mismo, en lo particular, me interese conocerle.  Al final vos misma Nilda das en el clavo en cuanto a lo que decis sobre la estabilidad emocional. En lo personal y a mi edad ya no me interesa conocer gente porque he llegado a esa conclusion: que para mantenerme estable emocionalmente no debo depender emocionalmente de nadie. Ni hijos,  ni mujer, hermanos y mucho menos amigos o conocidos. Lo que si me afectaria seria la muerte violenta de algun familiar pero de ahi en fuera procuro mantener una sana distancia con mi familia. Yo no me preocupo de sus vidas y ellos no me fastidian. Vamos, que no sudo calenturas ajenas. En fin.

Anda, recibe mi saludo fraterno de siempre.

Si, es un tema con amplias aristas. Creo que también depende de cada uno, no solo del otro, porque es un vínculo que se establece y las dos partes tienen lo suyo, lo que muestran y lo que se guardan. Pero, insisto, hay que estar preparados, así no hay grandes sorpresas, especialmente las que lastiman, las que dejan desencanto.
Me gusta leer sus aportes. Gracias.
Nilda