Un dirigente le informa al presidente del club de fútbol Boca Juniors que en Irak hay un jugador excelente, que convierte tres goles por partido. Tanto le insiste, que a pesar de la inestabilidad y la guerra, el presidente viaja a Bagdad y ve que, efectivamente, Abdul al Kaizar hace tres goles en cada partido.
Después de rápidas negociaciones, y por un precio muy bajo, Abdul viene a la Argentina y, luego de una semana de estar concentrado con el equipo, debuta en la primera de Boca. En el mismo debut se convierte en ídolo de la hinchada, conquistando tres goles espectaculares.
Preocupado por los suyos, y para contarles lo bien que le había ido en la cancha, Abdul llama a su esposa desde el vestuario del club apenas terminado el partido:
- Hola, Yazmila, ¿me escuchas bien? Me fue bárbaro, me aplaudieron a lo loco, hice tres goles... ¿Y ustedes, cómo están por allí...?
- Por aquí todo mal. Ayer mataron al abuelo, anoche una banda armada quiso entrar a la casa. Esta mañana quisieron violar a la nena y a mí me robaron todo lo que tenía cuando iba al mercado. Además no podemos dormir por los tiros, las bombas, el ruido de las sirenas y los gritos de terror. ¡Y lo peor..., es que vos tenés la culpa...!
Abdul le pregunta sorprendido a su mujer:
- ¿Cómo me puedes decir eso eso...? ¿Por qué crees que yo soy el culpable...?"
Y Yazmila pronta le contesta:
- ¿Ah, no...? ¿Y a quién demonios se le ocurrió traernos a vivir a Florencio Varela...?!