Con los pies en la tierra

Tema: Con los pies en la tierra Lun Nov 24, 2008 12:04 pm

Con los pies en la tierra

Abre los ojos, al tomar vigilia observa el techo celeste con estrellitas. “Sipi, sin dudas es mi habitación, otra vez”. Mira hacia su derecha. “La ventana entreabierta, ya es la mañana”. Se cuela un chorro de luz amarillenta y le atina al ojo, ve volar el polvo. “Qué extraño, hoy me siento perfecto, no tengo sueño, ni cansancio; raro. Bueno, habrá que aprovecharlo”. Ve sobre su hombro izquierdo. “El armario de madera haya con la puerta abierta, ordenado, impecable como siempre, brilla”. Hacia sus pies. “El escritorio contra el muro, la computadora encima, la silla a un costado… ¡La silla! ¡Otra vez me la dejó lejos! ¡Mamá!”. Grita y arruga la cara. “Odio cuando hace eso, cree que aún tengo dos años ¡Mamá!”. Vuelve a gritar, mira sobre el armario, el reloj de pared marca las nueve. “¿Las nueve? ¿Qué día es hoy? Uhmmm ¿Martes? No ¿Jueves? ¿Qué día fue ayer, que hice? No me acuerdo… ¡Mamá! ¿Por qué no viene? ¿Habrá salido?”. Imagina un segundo, y se sienta contra el respaldo. “¡Qué bien me siento! ¡Hoy será un gran día! ¡Sipili!”. Sonríe.

Mira la mesita de luz, el palo de escoba descansa apoyado en ángulo obtuso. Se estira y lo esgrime. “Tengo que… llegar… hasta la silla…”. Se esfuerza demasiado, pierde el equilibrio, y se desmorona torpemente al suelo. Reniega. Levanta la vista, y valiéndose de las manos y brazos yergue el torso. “Bueno, son unos metros nada más, acá voy”. Intenta arrastrarse cuando su pierna derecha se flexiona, apoyando la planta del pie descalzo sobre el piso. Su rostro toma la forma del asombro y la fascinación. “Mi… pierna… no puede ser…”. Hace fuerza y acomoda la otra pierna, se sienta con las rodillas flexionadas. Descansa. Se agarra del colchón, toma impulso, y se pone en pie. Tiembla. “No… ¿No? ¡Sí! ¡Sí! ¡Es un milagro! ¡Mamá, mamá! ¡Es un milagro! ¡Gracias Diosito!”. Se le desprende una lágrima. “¡Mira mamá, estoy caminando!”. Camina tambaleante hasta la puerta blanca, abre y sale al pasillo.

“¡Mamá! ¡Papá! ¡Mírenme!”. La voz aguda se hace eco por el corredor. Nadie contesta. “¿Dónde se metieron?”. Camina paso por paso, con emoción y convicción, apoyándose en las paredes. La puerta del dormitorio quedó cerrada, la escoba apoyada contra la mesita. Se le termina el corredor y se adentra en la cocina.

Mira en todas direcciones, no hay señales de padres. La cocina está prolija, limpia, la vajilla en su lugar. Sin signos de desayunos ni cenas. Se acerca a la ventana y mira hacia la calle. “Qué preciosa mañana”. Sonríe una vez más, con la cara mojada en llanto. Ya con más confianza, y las piernas firmes, se aventura hacia la puerta de entrada. “¿Dónde habrán ido?”. Suena el teléfono, pero está lejos y las ganas de pisar el césped vencen.

Una vez en la vereda, sus piecitos descalzos entran en orgasmos al sentir el cosquilleo de las miles de hierbas frescas de la mañana. La brisa diurna le hace una caricia a sus rodillas, y el astro rey le calienta el rostro sonriente. “¡Deben estar en el mercado!”. Y sin quitarse el pijama, hacia allí se encamina. “Voy a sorprenderlos”.

Su carita feliz diseña todo tipo de sonrisas y gestos, para reflejar las nuevas experiencias que sus piernas le ofrecen al caminar. Llegando a la esquina prueba el asfalto, calientito y áspero, y lanza una carcajada. Su emoción se eleva cual caldera a presión, cuando se anima a saltar sobre un charco y el agua fresca se le zarandea entre los deditos. Es feliz en la mañana, pisando el mundo por el que antes rodaba.

Así avanza por trescientos metros más, incluso trotando por tramos. E Imagina el nuevo mundo que le espera bajo sus pies. Saluda a los vecinos del barrio, pero siguen ahogados en su indiferencia rutinaria. Ahora cierra los ojos y juega a adivinar qué está pisando. Pisa. “Uhmmm ¡Es un plástico!”. Es una moneda. Pisa de nuevo. “¿Una planta?”. Es caca de perro. Vuelve a reír con saña. Una vez más, pisa. “¡Esto es grava sin dudas!”. Cuando abre los ojos para comprobar, ve el auto de papá estacionado en la vereda de enfrente. “¡Acá están! ¡Qué sorpresa se llevarán!”. Cruza la calle con más prisa que cautela. “¿Qué harán aquí?”.

Empuja la puerta vidriada, y se mete impertinente con los pies sucios. Camina unos pasos por el suelo helado de azulejos oscuros, y gira a la izquierda al final del pasillo. Allí están, papá y mamá. “¡Mami!”. Grita y se acerca corriendo. Pero éstos siguen sumidos en su llanto e ira y no levantan la cabeza. Mira alrededor, decenas de personas con pañuelos. “¿Qué pasa mami?”. Dice mientras se aleja asustado hacia un lado. Choca contra el féretro y voltea a mirar. Luego de unos segundos se reconoce, lánguido, recostado dentro.

Tema: Re: Con los pies en la tierra Vie Nov 28, 2008 12:44 pm

Un relato extraordinario, en el cual logras conjugar diversos efectos en el lector a medida que vas desarrollando el texto...permitiéndome una visualización propia, hasta que le das el sentido exacto. Has utilizado muy bien los espacios y el tiempo, una descripción detallada de cada situación, que en definitiva no deja nada suelto; y la verdad lo he disfrutado al máximo.

Mis felicitaciones. Saludos.

Tema: Re: Con los pies en la tierra Vie Dic 05, 2008 1:24 pm

Fuerte, hermano, impacta tu realto, juegas con la sencibilidad del lector.
Una imagen de total felicidad,para un final radicalmente opuesto que logra shoquear al lector.
Fuerte,pero muy bien realizado.

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En busca de la Fortuna.
Marioes.

Tema: Re: Con los pies en la tierra Vie Dic 05, 2008 6:41 pm

Bueno , sin palabras, todo lo ha dicho el compañero más arriba.
Muy bueno,y cruel,por cierto.

Tema: Re: Con los pies en la tierra Dom Dic 07, 2008 5:48 pm

Ufa compañero, un fuerte relato pero de verdad, extraordinariamente bien escrito, logras transportarnos y sentir esa alegria del protagonista y haciendo que uno se empiece a imaginar el final, pero que no me lo esperaba, manejas excelente la transmision del mensaje, vas con soltura y una impecable forma narrando ese dialogo interior de una persona que en vida, limitada obviamente fisicamente, sintiendose por primera vez libre, en todos sus sentidos su propia alegria quiere traspasarla sin conocer la verdad de su muerte, y con ese final, que uff, de verdad llega fuerte compañero...

Gran relato, un placer leerte...

Ignacio

Tema: Re: Con los pies en la tierra Sáb Mar 17, 2012 1:49 pm

Raid de agradecimientos Lun Nov 24, 2008 12:04 pm

5 Gracias ------> Ignacio Araya D
2 Gracias ------> Lenys
3 Gracias ------> Marioes
1 Gracias ------> Nomade

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