DESTACADOEn este laberinto de la vida,
es muy difícil comprenderse siempre,
es mas sencillo, lacerar heridas,
que brindar consejo, amor, un aliciente.
No aceptamos la verdad desnuda,
ni respetamos la privacidad.
Tratamos de amoldar a los demás
a nuestros fines, ideas, realidad.
Queremos opacar virtudes y valores,
resaltar los vicios y defectos,
ofender, humillar, dar sinsabores,
hasta con el dialecto de los gestos.
Y el ser humano se distancia mas
con la barrera de la indiferencia,
el orgullo tapona los lamentos
que va pululando la conciencia.
En este laberinto de la vida,
¿aprenderemos a amar de verdad
o seguiremos siendo cual veletas
que mueve el viento por casualidad?.
TRINA LEÈ DE HIDALGO