De diarios y epístolas

La incursión de la mujer latina en la narrativa fue tardía. Aquellas escritoras del siglo XIX, estaban dedicadas más a la narrativa epistolar o a los diarios íntimos. Su condición de mujer poco abierta a la sociedad, la llevaba a encontrarse con sus pensamientos que depositaban a través de cartas o escritos íntimos llamados diarios. La narración de hechos cotidianos poco trascendentes para lo público o colectivo, quedaban guardados en cofres íntimos, convirtiéndose en relatos muy particulares que finalmente iban al tarro de la basura, algunos de ellos inacabados, otros quizá con el tiempo han servido para escribir Memorias.
El aplastante peso de la religión católica y el ordenamiento de la sociedad patriarcal, las envolvía en una pasividad que más adelante por muchos motivos, fueron floreciendo poco a poco hasta encontrar en nuestros días escritoras impregnando la sociedad con sus escritos.
Dentro de este género inicié mis primeros pasos en la narrativa. A mis 13, 14 años me refugiaba en mis anotaciones diarias; al terminar mi primera libreta, no quise romper estas vivencias escritas de manera sencilla, e inicié una segunda con la siguiente inscripción: No es este el comienzo de un diario en esta fecha (noviembre 30, 67) sino una síntesis de anteriores diarios… Un diario que se va convirtiendo con los años en manuscritos y permite luego el descubriendo la evolución de sí mismo.
Soledad Acosta de Samper, nacida en 1833 y muerta en 1913, es la escritora colombiana más importante del siglo XIX y una de sus obras que la enaltece es: El Diario íntimo, escrito entre 1853-1855 y compuesto por papelitos de todos los colores, inclusive con dibujos apropiados para sus letras.
El Diario íntimo es una obra llena de amor y de tristeza, además de vivencias escritas a causa de la guerra civil en Colombia en el siglo XIX. Su amado estaba en el centro de ella y Soledad narra sucesos del ambiente militar y político de los días. Consecuente con la situación, ella se compromete políticamente con la patria y las mujeres. Incursiona en el espacio de lo amoroso y lo político, desarrollando muy bien escenas de mujeres campesinas que lloran la separación de sus hombres que han ido a la guerra, para defender su bien amada patria.
A sus 20 años, Soledad sorprende a través de su diario a lo público, contando cómo la sangre corre por las calles y cómo las mujeres se refugiaban en los conventos, con el temor de que les pudiera suceder lo peor.
El Diario de Soledad empieza diciendo: “Me he decidido a escribir todos los días alguna cosa en mi diario, así se aprende a clasificar los pensamientos y a recoger las ideas que una puede haber tenido en el día”.
Y prosiguiendo con algunas palabras de su Diario, me identifico con estas líneas de la autora: “[...]¿Por qué es que mi carácter es tan desigual, por qué estoy un momento triste, otro alegre, siempre incierta? Nunca tengo una idea fija. ¿Cómo conquistarme, cómo haré para ser igual en todo?... / Algo me falta pero no se qué…Dicen que es ridículo pensar que a uno no lo comprenden” [...] [14 de septiembre de 1853.
En algunas ocasiones en mi diario, recriminaba mis estados de ánimo de la siguiente manera: "Y es que no se por qué unas veces estoy triste y otras alegre sin ningún motivo. Parezco una tómbola de sentimientos al vaivén del viento. ¿Cuándo me entenderé yo misma?"
Y si bien dicen que Soledad aprendió en su diario el arte de la escritura, de igual manera desbordaba mi mente en mi pequeña libreta, dejando frases de joven que se preparaba para la lucha del día a día.
En alguna parte de su diario Soledad escribía:
“¿Para qué estas ideas locas algunas veces, tristes casi siempre y dudosas generalmente?”, mientras en el mío se lee: "Algunas veces parezco loca, tengo gran cantidad de ideas que me arrebatan y quisiera explotar y que todo se convirtiera en un mundo diferente".
No estoy muy segura que los hombres escriban diarios, pero sí epístolas, que desafortunadamente nuestra era tecnológica nos ha privado de este género, casi extinto en nuestros días, al igual que la letra con que se escribían, época en que el método Palmer hacía furor. Ahora somos menos románticos y vamos más al grano, a pesar que “hablar por escrito” es real. Ese esperar al cartero con un sobre que nos trasladaba a otros espacios, fueron momentos que no se repetirán en nuestros días.
Y hablando del género epistolar, hay un personaje bien mencionado por los caudillos suramericanos de nuestros tiempos: Simón Bolívar.
Y ahora dirán ustedes ¿por qué este corte tan abrupto? Sencillamente porque quiero mencionar a otra mujer que logró despertar en la escritura del libertador, sentimientos de amor anexos a su política: Manuela Sáenz, aquella joven de 25 años que desde un balcón tiró una corona de laureles que cayó en la cara del libertador, quien de manera enojada al mirar quien lo había tirado, se encontró con los ojos de la ecuatoriana, una mujer casada quien más adelante se convirtió en el amor de su vida y, a quien le escribía apoyado en el género epistolar frases que a cualquier mujer enamoraría:
“Manuela:
Llegaste de improviso, como siempre. Sonriente. Notoria. Dulce. Eras tú. Te miré. Y la noche fue tuya. Toda. Mis palabras. Mis sonrisas. El viento que respiré y te enviaba en suspiros.
El tiempo fue cómplice por el tiempo que alargué el discurso frente al Congreso, para verte frente a mí, sin moverte, quieta, mía…”
Este texto es un pequeño homenaje a este género de la narrativa que a muchas personas nos supo encauzar en el camino de las letras. Pueden tener la seguridad que también no sólo en mi juventud, escribí cartas de amor. A mi diario y a mis cartas: toda mi gratitud.

Que interesante, siempre se aprende un poco cada día. Realmente al hombre se le ha facilitado más la transmisión de las ideas por la palabra escrita y se nos ha privado de la visión femenina que en mucho es mas detallada y emocional, sin embargo creo que a pesar que lo romántico del correo, el sobre, el papel y la tinta, aún existe el fondo de las ideas y las letras.

En experiencia personal puedo comentar que he visto algunas cartas de mi abuela materna, que tienen cierto romance en su forma y mucha descripción minuciosa. Ya con mis padres el carteo no existió prácticamente, y a mi en mi etapa de juventud, emmm, bueno si viví algunas experiencias de ser el remitente, pero no fue un común en mi entorno, ahora ya a esta edad (contando intimidades) circulando el medio siglo, tuve la oportunidad de conocer a una joven con la que me escribía por chat y de verdad una mujer con una narrativa impresionante, bellísima, que me trasladaba a donde ella quería y hacia que mi corazón latiera al ritmo que deseaba.

En fin, creo que la oportunidad de que las letras femeninas se divulguen tiene mas oportunidad en estos tiempos, aunque muchas extraordinaria letras, quedarán guardadas en algunos corazones, y salvo mujeres como tu que dejan constancia de sus pensamientos en estos escritos, otras muchas se borran y se pierden al cerrar una ventana.

Gracias por tu escrito.

QUERIDA ETELSAGA. QUE HERMOSA NARRACION. POR LO QUE INTUYO VIVISTE MOMENTOS DE INCERTIDUMBRE EN TU PAIS TAN CONVULCIONADO, QUE IMPREGNADA TENES LA POESIA, ESCRIBIS DESDE MUY JOVEN. YO TENGO SOBRES, PAPELES IMPRESOS, TODO UN TELON DE ROMANTICISMO.
LA ULTIMA VEZ QUE ESCRIBI CARTAS A UNAS PERSONAS QUE PASABAN CIRCUNSTANCIA MUY DIFICILES, NO TUVIERON NINGUN MIRAMIENTO EN DECIRME EN LA CARA QUE ERA UNA ANTIGUA. PERO NO IMPORTA, SIGO GUARDANDO TODOS MIS PAPELES PARA CUANDO TENGA UNA NUEVA OPORTUNIDAD.
SOBRE LOS HECHOS TAN REALES QUE ESCRIBIS HAY NOVELA Y PELICULAS. DISFRUTE MUCHISIMO TUS LETRAS, EMPAÑAN MIS HUMILDES INTENTOS.:

Excelente articulo? quizás así lo leí.

Muy bueno,un abrazo.

Mario, sí un artículo, nada de cuento o historia.
Gracias por detenerse a leerlo..

Felicidades.

Un ensayo muy interesante y nutritivo. Es cierto, mientras en la Europa del siglo XIX mujeres como George Sand o Mary W. Shelley publicaban sus trabajos en nombre de las mujeres, las nuestras estaban sometidas al rigor de la época. En Venezuela, a principios del siglo XX irrumpen las letras irreverentes de Teresa de la Parra y María Calcaño, abriendo una senda que alimentaría el cóctel de voces del que está hecho el concierto literario latinoamericano.

Gracias Nesfran por dejar tu comentario. Qué interesante pasearse por cada nación para descubrir que pasaba en esa época con la escritura de las mujeres.

Muy, muy, pero que muy interesante! Deberias hacer una segunda parte o presentar el mismo articulo pero corregido y aumentado(nada hay que corregir pero si que aumentar, vos sabes que "corregido y aumentado" es una frase hecha). Me ha gustado y aunque las referencias historicas abren el apetito del lector, hace falta saber mas de la autora, de ti Ethel.

Recibe mi saludo fraterno de siempre.

Gracias Roberto, sé de tu carácter analítico y el que me escribas tu opinión sobre él, me envanece, esa es la verdad. Y lo digo de manera humilde, porque la escritura la llevo en mis entrañas y cuando alguien lo alienta a continuar escribiendo es altamente satisfactorio, reitero.

Abrazos...

PD... y ni idea " hace falta saber mas de la autora, de ti Ethel".

ETELSAGA, interesante artìculo que se identifica conmigo plenamente. Igual quer tu, empecè a escribir de adolescente y a formar àlbumes que yo misma confeccionaba por el hobby de las manualidades, con el error de botar el primero porque a esa edad, no se valoraba en su verdadera intensidad nuestra producciòn. Refieres la narrativa del siglo XIX y las mujeres escritoras a medio revelar, sin embargo destacadas en este arte. Mencionas a nuestro Libertador Simòn Bolìvar a quien admiro profundamente en su forma de redactar, galantear, y expresiòn literaria. Un hombre superdotado que se aprendìa de memoria hasta el 90 por ciento del contenido del libro que leìa. Terminas y cierras con cierta nostalgia, remembranzas, de tiempos idos que igual forman parte de nuestro presente. Abrazos y besos.

TRINA

Mi querida colombiana, he pasado por aquí, por tenerte en larga ausencia, que ya me estaba desmadejando. Qué hermoso artículo has escrito, basándote en la historia de las letras de tu amada Colombia, y haciendo un paralelismo con tu impronta. Sabes? yo también supe escribir diarios y laaargas epístolas, sin destino, que luego fueron a dormir en brazos de lenguas flamígeras. A la mujer siempre le ha costado más todo, pero creo que se está revirtiendo el rol, nos hemos reinventado.
Creo que las dudas y ambivalencias, son propias de espíritus femeninos sutiles y confusos, es tan prolífico el pensamiento, que el caos se adueña de él, en muchos momentos y provoca inestabilidad. Hasta que vuelve el orden, y como dice nuestra compañera Verushka, aunque nos traten de antiguas o romanticonas, seguimos en nuestras lides, porque para ello hemos nacido, y el mundo es de los que se animen, y al que no le guste, que no se arrime. Abrazos a tu alma bella, poetiza colombiana hermosa!!!Malisa.