¿INMORTALIDAD?

La materia tiene su camino y el espíritu el suyo. El alma pertenece a la prístina perfección de Dios, luego "es" perfección que no precisa de evolución y llama por ella a lo trascendentalmente imperfecto que, si acaso (como el ser humano) repta con dificultad hacia lo infinito, guiado, mas no intervenido o manipulado, hacia lo que podría entenderse como su bien sustancial, atravesando senderos de confusión y extravío.

La vida tiende a la plenitud por sí misma y la conseguirá cuando logre hermanarse con la muerte congraciándose con su destino eterno, nunca antes.





Adanhiel.

¡Me ha encantado esta reflexión, amigo! ¡Excelente!




¡INMORTALES ABRAZOS!

Gracias, gracias, amada y nada abarrotada concurrencia... jajajaaaaa, lagrimilla emocionada transita tímidamente por mis azoradas mejillas. Ufffffffff

Lagrimilla a la que sus hermanas acuden a tropel.

¡LACRIMALES ABRAZOS!

Materia y espíritu, un debate que dura siglos.
Mi opinión al respecto, basándome en tu reflexión, es clara y diáfana. Me definí agnóstico en tanto al origen de la realidad que observo. No poseo más que determinados sentidos que me acercan a la realidad tangible, y que por otra parte, me son comunes a los de mi especie. En eso si existe Quórum.
Mi problema fundamental es definir, determinar, y clasificar ese tipo de realidad tangible. ¿Lo que observo, palpo, huelo, está sujeto a cambio? Diría que sí. Incluso lo que siento, los afectos, los recuerdos, las emociones están sujetos a variaciones, dado que el agente propietario de esos sentimientos (en este caso YO), también varía con el transcurso del tiempo. Entonces, dónde puedo encontrar algo eterno, no sujeto a cambio, es decir, algo INMORTAL en sí mismo. Evidentemente en el mundo real no. Tendría que buscar en otro apartado, en otra carpeta, o en otra vida, quizá.
En fin, a modo de explicación, si yo quisiese definir con acierto una manzana, cualquier manzana, ninguna que haya existido, existe en este momento, y existirá en un futuro me valdría como candidata. Por que sé que todas las manzanas, a la postre, varían, y ninguna resulta ser eterna. O renuncio a definir la manzana, o la sitúo en un limbo irreal, diciendo que sólo existe una única manzana verdadera, eterna e inmutable y las demás manzanas de la historia pasada y por venir serían copias de ésta. Y claro, ¿Quién creó esa magnifica manzana? ¿Existía ya una millonésima de segundo antes del Big-Bang?
Aspirar a la eternidad es existir siempre sin cambio, sin evolución, sin oscilaciones de ningún tipo, algo que se me antoja, al menos a mí, un estado tedioso y aburrido incluso para una modesta manzana.
Concluyo con aquel:”Nada es eternos excepto el cambio”, que no viene a ser otra cosa que embarullar más aún el asunto.
Saludos de Orwell esperando no haber sido aburrido ni tendencioso al intentar mostrar mi punto de vista sobre el asunto.

Tus reflexiones son siempre dignas de ser consideradas y tenidas en cuenta, Orwel, sólo decirte que no hay tedio alguno en el Amor divino, a nada que te entregues a Él, rindiendo la mutable cognoscibilidad, descubrirás lo que te digo... claro, que te hablo únicamente desde la modesta, simple, sencilla, unificadora y llana fe, quizá pueda no bastarte pero, al menos en esta oportunidad, en este apartado, es lo que hay. Prueba a SENTIR, y no tanto a pensar, dale una oportunidad a tu alma, y verás que no ha de defraudarte... tómatelo como una sugerencia de amigo, verás como no te hace ningún mal.

Saludos entrañables.

Nada para mí sería más fácil, créeme. Mas pienso que he de agotar mi tiempo tratando de entender cuál es el objeto de la vida que ante nosotros se manifiesta. Nacer, crecer, reproducirse y finalmente, habiendo dejado la carga genética, morir con las botas puestas y el deber cumplido para con la especie. Así de sencillo, así de complejo lo veo.
Sum, ergo cogito, que decía el otro. Lo demás, bellos cuentos para niños que como adultos nos obstinamos en recordar, y a veces, en creer a pies puntillas.
Un saludo...

Una filosofía de vida digna de ser respetada, no dejas que nada interfiera en tu línea de pensamiento, de entender y de comprender la vida... queda claro que las creencias, la fe, la trascendentalidad para ti son poco más o menos que invenciones, me gustaría poder demostrarte lo contrario pero, obviamente, no puedo; creía que, como agnóstico que eres dejarías una puerta abierta a la posibilidad, pero ya veo que no y pregunto: ¿no es eso más propio del ateísmo? Disculpa la ignorancia si no te interpreto bien. No obstante si eres persona con convicciones y valores que respeten la nobleza y las humanitarias virtudes tanto me da que seas agnóstico o ateo, entenderé que eres buena gente, y es precisamente de eso de lo que el mundo está necesitado, lo demás, para mí, pasa a ser un factor determinante en muchos aspectos, sí, pero secundario.

Un verdadero placer, compañero.

Pues yo, plantandome en las antípodas de nuestro compañero Orwell, he de manifestar mi personal experiencia con respecto de esta vida que me toca vivir.

Reservo para mi, el pleno derecho de inmortalidad del espíritu, que no lo entiendo cual ningún cuento de niños, sino a la inversa. Que el puro niño que habita en mi, ha de venir a buscarme nuevamente para andar puros senderos.

Que las leyes del Universo se cumplen inexorablemente y a la perfección. Lo he comprobado durante este efímero paso terrenal y lo he de seguir comprobando en tanto me encuentre dentro de este corruptible cuerpo.

Los ojos del cuerpo ven demasiado cerca, mas para los ojos del corazón no existen fronteras ni horizontes.

Puede que ésto suene poético y romántico para quien se defina como ateo o agnóstico. No es materia de discusión para uno ni para el otro. Pues todas las opiniones, reflexiones y creencias son igualmente respetables, en un medio donde no se sabe cual es la verdadera realidad. Y si me apuran; En un medio donde coexisten varias verdades y realidades.

Por ultimo, si admitimos el misterio de la muerte no tendremos alternativa, que admitir el misterio de la vida. Pues son condicionantes la una de la otra. Quien no entienda a La Vida y al Amor como Misterios, sencillamente me encontrará en sus antípodas pero no en su contra.

Cordiales saludos.

Lo fundamental es que entendamos el amor como norma universal de conducta, ¿qué es solo un concepto inventado por nosotros y que no obedece a trascendentalidad alguna? Bueno, entonces es la invención por antonomasia, el soberbio logro de nuestra imaginación que, llevado a la práctica nos hará alcanzar la misma utopía; y si esto es así hemos de albergar un poco más de fe, sino en Dios, en nuestra propia especie capaz de crear (aunque sea a efectos teóricos) cosa tan maravillosa. Pero si aun rebajando el amor hasta, para y por lo terrenal seguimos sin darle el valor que merece, a mi entender la vida se convierte en algo muy triste, tremendamente descorazonador... y es que somos algo más que un contenido genético que traspasar, en el fondo lo sabemos pero los hay que se niegan a aceptarlo, no aceptan su propia alma... no se aceptan, resumiendo, es por eso que digo que es triste, muy respetable, pero triste.

Supongo que Orwel estará pensando que los tristes somos nosotros por ser tan románticos o pueriles... pues encantado estoy de ambas facetas de mi ser, la verdad; soy una entidad pensante, pero no a costa mi contrapartida gnóstica y sintiente.

Esto CASI ha sido... ¿un mini-debate? Nooooo, no debiera.

¡Hasta más ver, compañeros, que he de madrugar!

Quizá no me definiera con exactitud. No soy Ateo, dado que conociendo la naturaleza humana, no puede negar su "necesidad" de trascender. A la respuesta de qué hay más allá no podría responder, sería una temeridad. Para eso debería cesar de vivir, y concibo ese estado de NO SER en la transformación de la materia sin intervención posible de ningún hálito vital ("pneu´ma" en griego). Sospecho que más allá de ésta vida no existe más que otra vida, distinta, donde mis átomos de carbono, de hidrógeno, y de mil partículas más formarán otra composición, otra forma de ser, quizá animada, quizá no.
Agnóstico? si pero supeditado a una concepción milenaria de la cultura, de la vida, de las relaciones sociales que giran en torno al sentimiento religioso (Religo, en latín significa volver a unir) y que no puedo disociar fácilmente de la realidad. Si de ello fuese capaz, sin duda inventaría una nueva cultura distinta a las anteriores.
El amor, (al prójimo supongo), sí, a través de una conducta moral adecuada, encaminada a ejercer la aplicación de la regla (el bien, el conocimiento, llámese como se quiera) que rija los destinos de una humanidad solidaria, amistosa y pacífica.
Pero el problema fundamental a mi modo de ver es que nuestra naturaleza no evoluciona, seguimos siendo aquel simio criminal que un día bajó del árbol para destruir y dominar aquello que se extiende ante sus ojos.
Triste? Más bien pesimista con causa.

¿Viste la película "Ultimátum a la Tierra"? Un heraldo de una entidad extraterrestre vino para curar y preservar este planeta... curarlo de nosotros, pero, finalmente comprendió que éramos capaces de revertir la situación por propia voluntad, capaces de dejar de aniquilar, de atentar contra la vida, contra nosotros mismos... Cuando nos "autoindultemos" dejaremos de ser ese germen nocivo, esa especie asesina depredadora, esquilmadora, para convertirnos en un polen cósmico con el cual fecundar este trozo de universo en el que nos ha tocado vivir y, quién sabe, quizá otros planos dimensionales que ahora suenan a ciencia-ficción. Para conseguir esa realidad primero habremos de soñarla con fuerza, sin pesimismos, por funestamente pretextados (históricamente, si se quiere) que estos sean... ¡pongámonos a ello, todavía no es tarde! Y si lo fuere extinción y: "siguiente especie, por favoooor"; un poquito de humor, si me permites, que lo estábamos necesitando.

Discrepamos un poquillo en nuestra conceptuación de la existencia pero colijo lo que intuía: y es que eres buena gente, y con la buena gente se puede uno ir hasta el fin del mundo, seguro que en esto coincidiremos.

Entrañable saludo, compañero.

Mi muy querido amigo:inmortalidad del espíritu?, por supuesto. Sabiduría eterna, en forma de chispa Divina?, también.Imperfección de la materia que tiene la oportunidad de ser guiada por el Yo Supremo, en su evolución?, totalmente de acuerdo.Recuerdos, experiencias, sentimientos, acumulados en nuestra conciencia o en el inconsciente?, por supuesto!Encontronazos, desvaríos, confusiones, entre lo uno y lo otro, cuando dejamos que el interior hable, si será! A quién deberemos hacerle caso? Dudas trascendentales.Me inclino por el interior, aunque a veces lo enmudecemos y sojuzgamos, por lo que creemos lógico, racional y conveniente. Es una lucha de poderes que hace al hombre encontrarse con sí mismo, con su naturaleza Divina, en pugna con su naturaleza terrenal.Cuando la mirada va hacia adentro, nos habla, muchas veces, en contrario de lo que pretendemos desde el afuera, y que es más fácil, entendible y finito.Podemos evolucionar si nos centramos en lo que el espíritu atemporal nos señala, pero no siempre nos indica lo que queremos o deseamos.Es saber que lo que estamos haciendo es cuestionable, pero lo que se nos indica está por encima de la racionalidad. Sentir, más que pensar, dices, si será cierto! El amor está en nuestra naturaleza, pues por amor fuimos creados, pero el amor es limitado por nuestros propósitos, que , a veces , no siempre, afortunadamente, nos lleva a una bifurcación del camino y dudamos por dónde continuar. Me defino una enamorada del amor, perfecto, inquívoco, no el amor del hombre, sino el amor de la Fuente de la cual emanamos, aunque sigo con mi lucha interna, la de la superación, la de la salvación, la del indulto y el perdón, buscando...buscando.Amorosos e inmortales abrazos. Malisa

Una vez más (y no dé si ya serán demasiadas) coincidiiiiiiiiiiiiiiiiiimos en la absoluta totalidad de lo que tan magníficamente has expuesto en tu atinadísima reflexión; pero, como has podido leer, no todo el mundo piensa igual... es lo que tiene eso de la bienvenidísima diversidad que ambos defendemos.

Como no hay nada a añadir ni nada a debatir que quede ahí la cosa, mi estimadísima Malisa... pero no te acostumbres, ja, ja.

¡¡Besazos, Dulcinea mía!!

Adanhiel, querido amigo, parece que ahí no ha de quedar la cosa.

Se hace arduo, hablar luego de Malisa. De la enamorada del amor. Mi madre era una de ellas, del mismo club. Preciosas tus palabras, querida amiga.
Pero a la sazón, cosa que no es frecuente en mi, voy a ejercer de abogado del diablo:

REFLEXIÓN SOBRE REFLEXIÓN:

Pensaba en ésto hoy, mientras me afeitaba. -(A veces me da por pensar)- y me preguntaba:

¿No ha de ser, el agnóstico o el ateo el mas verdadero creyente y espiritualista de todos?

EJEMPLO:
El mentiroso dice: ¡Vean que esto que les cuento es cierto...!
El culpable dice: ¡Soy inocente...!
El comerciante dice: ¡Compre usted, que es bueno y económico...!
El novio a la novia: ¡Te amo como nunca antes...!
Uno a si mismo: A fin de cuentas... soy un buen tipo.

La lista es interminable... Ya imagináis a que apunta.
A la necesidad de reafirmar.

¿Qué es lo que merece ser reafirmado?
- Lo que no admitimos con firmeza. Aquello que tenemos tomado con pinzas. Lo que nos merece cierta cuota de desconfianza. Lo que no tenemos claramente definido... entre dos aguas.

El agnóstico, el ateo... no tropieza con todo esto. Digamos que en su interior existe ya, todo un tema sobrentendido.
Anda por la vida creyendo en lo que cree. Y no creyendo en lo que no cree, y punto. Sin dilaciones.

¡¡Bendita Sea... si pudiésemos creer con la misma FE del descreído!!

Tengo un par de anécdotas, de personas ateas que al menos para mi, son interesantes.

MALISA, ADANHIEL: Tomemosnos de las manos, hagamos una ronda y juguemos, sólo eso... juguemos. Que para eso está la vida.

¡AMOROSOS ABRAZOS!

Sobrada es la evidencia de que el agnóstico y el ateo precisan de tanta fe como el creyente; yo mismo he pasado por esas etapas existenciales (la del cerrado agnosticismo) para avocar en lo que ahora mismo soy y comprendo todas sus vicisitudes teológicas, eso me hace confirmarme en mi fe como nunca y por eso estoy abierto a toda teoría, amigablemente, sin controversia alguna, seguro que tú también me comprendes, mi buen amigo, al igual que Malisa... cómo no.

¡ABRAZOTES; HERMANO!