En cuanto al sufrimiento

Hacerse uno cargo de los propios sufrimientos, lidiándolos en la intimidad, cara a cara, sin obsesividades ni perturbadoras recurrencias, serena y pacientemente, sin rebuscar tempranas respuestas ni ansiosas soluciones "mágicas", expresándolos sólo cuando la persona y la situación rebosan una predisposición "a flor de piel" que percibimos a través de la auxiliadora intuición, es la forma y manera más válida de impedir que éstos tengan la oportunidad de transmitirse a otros creando una imagen distorsionada de nuestra persona basada en lo que solamente es un aspecto de ella, que si tiene alguna potestad definitoria sólo será a efectos parciales.

Nuestra imagen podrá seguir siendo adulterada, mas ya no será con la colaboración de nuestro mortificador desadvertimiento; la responsabilidad y autoría "descansarán" entonces, exclusivamente, sobre ajenos hombros, en otras conciencias cuya revisión no nos corresponde.



Adanhiel.

Admirable por partida doble... Bien sabes lo que digo.

Habrá de tener uno, elevado espíritu, inteligente mente y forjado temple, para ponerlo en práctica.

Un fuerte abrazo, amigo Adanhiel.

No creas, amigo Ricardo, se trata de no traspasar nuestros sufrimientos a los demás, y para ello tan solo hemos de reconocerlos (ni tan siquiera se requiere superarlos), asumirlos y confesarlos a la persona adecuada si la ocasión nos lo brinda... Un poquito de humildad, de autocrítica, un pelín de perseverancia, ¡y ya está!

Otro abrazo muuuuuuuy fuerte, compadre.

De eso mismo hablaba yo, Adanhiel, de no traspasar nuestros sufrimientos a los demás.

Cierto es, que tanto nos aleja la distancia física, como un poquitín también, la ética cultural. Y te cuento: El porteño es quejoso... ¡Por demás! Es mas... Ya los hay, quienes te dan ganas de esquivarlos. Jajaja... A eso va mi apreciación. Lo que tu sabiamente expones, aquí en Buenos Aires: Es virtud reservada sólo para "los grandes" No se si me explico...

Y sale otro abrazote.... compadre.

Aires de tango tiene tu información, Buenos Aires (jo, que malo); no sé como pudo pasárseme por alto de donde eres y procedes. Esas raíces culturales es verdad vienen muy a cuento de lo expuesto... pues el tango es sufrimiento bien encauzado... es sufrimiento hecho arte.

¡Eeeeeeeeeeeeeeeese ABRAZO, compañero!

"Aflojá la carga" diría yo, sacá para afuera y mirá desde afuera. Cuando escuchamos nuestra voz contando problemas, es como que mi yo, se transformara en un él, y se objetivizara la mirada. Me ha sucedido.
En cuanto a no traspasar los sufrimientos, totalmente de acuerdo. Busquemos las causas adentro y no castiguemos a los de afuera. Cada cual edifica y elige, a hacerse responsable.Besossss.Malisa

¿Hablas de algo así como de un desdoblamiento del yo? (mirarte desde una perspectiva externa), casi como una experiencia de desdoblamiento astral, por así decirlo: un yo-2 viendo y escuchando a un yo-1, ¿entendí bien? Resultaría interesante que un yo "objetivizado" pudiera dar una especie de "cartografía emocional en 3-D" de nosotros mismos. ¡Horror, seríamos nuestros propios psicólogos!... Es broma. La sola propuesta me agrada, es atractiva y ACTIVA de sexto sentido: De sentido común. Siempre aportadora, mi querida Malisa, un honor.

Reverenciadores besos.

¿Cómo? ¿Recién te enteras?

Amigo... Es algo que, al menos yo, lo hago bastante a menudo. A veces te ayuda, otras te bajonéa un poco mas. Pero siempre, siempre, sales airoso de esa experiencia. Y en cierta forma reconfortado, pues luego de eso, te valoras de una manera un tanto más objetiva. ¿Me explico?

¡A. A. C.!

Yo, más que escucharme como si fuera otra persona, lo que hago es establecer una especie de diálogo interior con mi propia conciencia; ella siempre contesta y he de confesaros que nunca la he hallado responsable de ninguno de mis penares (sentimientos de culpa y esas cosas) sino principio solucionador para éstas o, en su defecto, aliviador. Bueno, lo que importa no es el método y sí la finalidad.

O.k. Amigote.

Tal cual, Adanhiel, ese desdoblamiento del yo, sería como encontrar otra voz, que viene de más adentro, la voz de mi YO Supremo, que el Creador, nos otorgó.
Me complace grandemente, que Ricardo se beneficie en el ejercicio, es lo que yo procuro, y, aunque lo expresamos diferente, Adanhiel, es lo que tú sientes. Tanto Ricardo como yo, creo que salimos airosos de ese autoanálisis, tal como tú lo planteas, buscando minimizar y solucionar el problema, para no andar llorando por los rincones, que les digo, lo hice, pero la vida me enseña a diario:"lo que no te mata, te fortalece."
Abrazos fraternales. Malisa

Conciencias tranquilas entonces, inadulteradas por cumbres borrascosas que no dejan ver ni a uno mismo somos libres para sentir, para gozar, para sufrir, pero con el profundo sentido que todo goce y todo sufrimiento tienen, un sentido existencial que el buen Dios y nuestro espíritu conocen y nos quieren hacer llegar de muy diferentes maneras, por muy indistintas vías.

besos y abrazos, Malisa.