Profético +++RECOMENDADO MAYO DE 2013+++

Como soy nueva en el foro y además aprendo a manejar la compu, en camino, y consultando a mi hijo, que con paciencia, viene y me enseña, sé que estoy fuera de plazo para escribir mis historias dentro de lo que fue la convocatoria hasta el 15 de marzo.Por las dudas, sin ánimo de ser impertinente, las voy a compartir porque nunca creí que se me diera la oportunidad de tener un espacio para hacerlo, ya que nunca lo compartí con nadie, salvo con los protagonistas y con mi esposo.Pido disculpas si estoy haciendo algo que no debo, y le pido a mi querida Susy, que ella resuelva si lo comparte o nó.Yo acataré lo que sea lo más correcto, ya que soy nuevita.Gracias.

Yo tendría unos dieciseis años.Mis padres estaban separados y mi padre vivía en una parte de la casa que hoy habito con mi familia.Había clausurado dos puertas y se había quedado con una habitación, un escritorio y un baño precario, a eso ascendía su pequeño mundo, después de cerrar el comercio que era su primordial ocupación de toda la vida, ya que lo había heredado de mi abuelo, inmigrante italiano, que no conocí.Tenía, lo que se llamaba, en ese entonces, una "carbonería" donde vendía carbón y leña, que él mismo iba a buscar a los montes en un camión Mac(creo que así se escribe) que alguna vez he visto pasar y ahora me parece pequeño y simple al lado de los camiones de hoy en día, pero en aquella época, para mí era grande y hermoso, de un brillante verde oscuro intenso.Mi madre, mi hermana de crianza y una tía soltera, nos habíamos mudado a un departamento que mi madre sostenía con su sueldo de docente, al igual que a nuestra especial familia, en un sentido amplio de la palabra.
Yo visitaba ocasionalmente a mi padre, ya que para mí, él era el culpable de todos los males, cosa que fui modificando a medida que fui creciendo y sabiendo más de la vida.
Mis sentimientos de adolescente complicada, oyendo una sola campana, y con una educación severa y estructurada, se debatían entre el amor y el odio por mi progenitor, ya que, si bien, recordaba los tremendos momentos vividos en épocas de crisis, también recordaba su afabilidad y alegría, en momentos de armonía.Además, a mi madre no le causaba ninguna gracia que yo fuera a visitarlo porque temía de su influencia en mi pensamiento y las conversaciones que pudiéramos tener.Por supuesto, que mi amor filial, no alcanzaba para imponerme a su voluntad, pero en algunas ocasiones, mis remordimientos por mi descuido y ausencia, hacían que fuera a visitarlo aunque sea por un rato.
Cuando llegaba, entraba siempre por el portón de la carbonería, temerosa de cómo fuera a ser recibida por ese padre tan lejano, que sabía tan poco de mi vida presente y denotaba rasgos de depresión, soledad, y desequilibrio emocional, que yo no sabía ni cómo actuar dada mi edad tan temprana y mis intereses tan lejanos a esa situación.
Una de esas tardes de visita, lo encontré recostado en el lecho, descansando.Dio muestras de alegría al verme entrar.Después de los saludos habituales, más bien reticentes de mi parte empezó una conversación poco fluída, ceremoniosa, como tratando de demostrar un interés que no era muy real, por ambas partes.Ël me contaba de su vida, solitaria, deprimente, diría yo, y yo le contaba de mis estudios, de mis amistades, salidas, proyectos, hasta, que sin querer, la tensión de los primeros momentos iba cediendo y la conversación se hacía más íntima.Allí aprovechaba a contarle si tenía algún noviecito, si me gustaba alguien, y él preguntaba y se reía de mis cuentos de adolescente.Yo
le contaba algunos "secretos" tal vez, con la escondida esperanza de que la naturaleza de nuestra relación cambiara, ya que yo, realmente, necesitaba un padre.
En un momento de la charla, estando yo hablándole de mis amigovios, entre risas y verguenza, ël me dijo algo que me dejó fría:- que te preocupas tanto de fulano o mengano, si al final, te vas a casar con Goyo-Yo no daba crédito a lo escuchado.Tenía un amigo, bastante reciente, al que yo había bautizado con ese sobrenombre, pero no ocupaba ningún lugar protagónico en mivida.Es más, nuestra amistad no era estrecha aún, él tenía su barra de amigos y amigas, sus relaciones sentimentales, al igual que yo, y ninguno de los los, pensaba en el otro con un interés fuera del común.Se lo dije a mi padre, riendo, le señalé que Goyo no significaba nada para mí y que mi interés estaba cifrado en otro.Ël continuaba insistiendo:-ya vas a ver que el tiempo me va a dar la razón.
A los dieciocho años, mi padre se suicidó, en esa misma habitación en la que manteníamos charlas , para mí intrascendentes, salvo la última, unos días antes de su suicidio.Nunca más me habló de Goyo.Nunca lo conoció.Fuimos amigos durante cuatro años, sin ningún otro interés, hasta que de pronto, nuestra relación dio un giro y nos dimos cuenta que estábamos enamorados.Nos ennoviamos cuando yo tenía diecinueve años.Me casé a los veintitres. Hace treinta y cuatro años que estamos casados.Tenemos tres maravillosos hijos y una nieta.Hasta el día de hoy me pregunto qué pasó esa tarde por la cabeza de mi padre, ¿premonición?.Nunca tuve la oportunidad de preguntarle.¿Videncia? dicen que muchas veces las personas con alteraciones mentales, saben más de lo que se les suele creer.Me hubiera gustado que se conocieran.Que viera a sus nietos. Ah!, casualmente, mi marido se parece muchísimo a mi padre, no físicamente, ni en las facetas negativas que él solía tener, pero sí en sus gustos, en sus dichos, en sus actitudes, en sus preferencias.Me hace acordar a él, más de una vez, y me quedo pensando,¿recuperé en él lo que se me negó en la niñez y en la adolescencia?¿tuve otra oportunidad?
Creo que tengo un combo.Tal vez por eso lo amo tanto.Ësta no fue la única ocasión en que mi padre me sorprendió.La otra, él ya no estaba físicamente en este plano, pero estoy segura que era él,....pero esa, es otra historia.

Estoy por asegurarte que tu difunto padre presintió un adelanto del futuro que a sí mismo se denegó; no siempre lo que un candidato al suicidio ve son delirios agoreros y nefastos de éste. Le importabas y le importas, y las pruebas de esta hipótesis que me aventuro a acercarte, tomándome excesivas licencias en el parecer, unicamente tú, en tu fuero interno, puedes llegar a desentrañarlas.

Tu historia me ha conmovido...de ahí mi atrevimiento al opinar sobre algo tan delicado y personal. Sigue compartiendo tus escritos pues de esa iniciativa se derivará el bien propio y el ajeno.

Fraternales saludos.

Pero... esa es otra historia que sin dudas esperaremos impacientemente.

Son cosas que nos dejan perplejos...cómo puede alguien saber de antemano algo que ni siquiera hubiera pasado por nuestra cabeza, no?

Increible...recuerdo una historia muy parecida a esta también, de una amiga. Casi la misma historia...es increible cómo se repiten esas historias, verdad?

Malisa, muchas gracias por compartirnos esta maravillosa historia y sé muy bienvenida a este foro y por supuesto al portal.
Por si no lo sabes, te sugiero que pases por el foro de las presentaciones y entonces te presentas y todos vamos a saludarte, además del hecho de que nos estarás acompañando en el próximo encuentro en Bs. As.

Bienvenida, amiga!!

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PD: Cómo llegar al foro de las presentaciones? Vas al índice y allí buscas el foro de las PRESENTACIONES, sí así lo deseas, verdad?


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... estimada María Elisa, en ese momento había 4 posibilidades de que tu padre emitiera tal veredicto: uno, porque alguien vidente o clarividente se lo hiciera saber previamente a vuestra conversación; dos, que lo hiciese de acuerdo con las potencialidades en perspectiva, las cuales, según dices, no existían, dado que Goyo no mantenía prácticamente relación suficiente contigo; tres, que lo hubiese captado a través de un sueño profético, que ciertamente los hay; y cuatro, que surgiese de un impacto concentrado y fuerte por medio de la intuición, la cual se nos manifiesta como esa pequeña vocecita que a veces sentimos dentro y que nos habla repentinamente de cualquier cosa o preocupación; este último medio, proyecta la verdad desde un plano mucho más alto que el mental o emocional y siempre da en el clavo. A salvo lo que nos hayas de transmitir en el próximo escrito - del cual tal vez puedan deducirse más elementos de juicio - yo me inclino, desde el punto de vista lógico, más por los dos últimos (sueño o intuición). Ya, ya veremos. Gracias, amiga por tu estupenda contribución. Mi saludo atento; Orión

Querido Eledendo, sabes que creo muchísimo en la intuición y que la poseo? tal vez es herencia de mi padre. A veces, me sorprendo. Gracias por tus comentarios. Me han hecho mucho bien.Malisa.

Queridos compañeros:gracias a todos por sus aportes, dan luz a mi sentir. Gracias por haber recomendado mi reflexión. Es un honor. Malisa.