UN CHAMUYO FANTASMAL

UN CHAMUYO FANTASMAL

- ¿Pero que le pasa a esa mujer del auto de al lado? me mira como si hubiese visto un fantasma.

- Como si hubieses visto un fantasma no. Como si estuvieras, hablando con un fantasma dirás. Porque hace veinte cuadras que te ve hablar solo, gesticulando y poniéndote cada vez más sacado.

- Si claro… debe ser esa la causa de su curiosidad y asombro. Debe pensar que estoy loco como una cabra. ¿Pero digo yo? ¿como puede la gente ser tan hipócrita? ¿Acaso esta mujer no habló con un fantasma nunca? ¿O solo yo hablo con los fantasmas? Mira; sin ir más lejos, ese que pasa caminando por la vereda pareciera que va hablando con alguien y está más solo que un hongo. Fíjate, fijate cuantos fantasmas hay entre la gente chamuyando con ellos y esta pelotuda se me queda mirando como si fuera un bicho raro.

- Tenés razón… lo que pasa… es que nosotros los fantasmas somos inaceptados, discriminados, nos tienen miedo no se porque razón. No jodemos a nadie, no robamos, no violamos, no estafamos, si siquiera pueden decir que somos feos y que nuestro aspecto los asusta porque somos invisibles. Tampoco aullamos como lobos. Decime… ¿a quien carajo se le ocurrió que los fantasmas aúllan? Solamente a un descerebrado se le puede ocurrir cosa semejante. Que apagamos las velas, que golpeamos ventanas, que arrastramos cadenas. Que boludez tan grande tiene la gente y que necesidad de no hacerse cargo de ellos mismos, de sus propios fantasmas, de sus conciencias y pensamientos que salen en palabras porque ya no se aguantan más tanta presión dentro de un cerebro lleno de pelotudeces.
Mira, antes la gente tenía tiempo para pensar en soledad. Durante el día eran muchos los momentos para encontrarse con ellos mismos buceando en sus conciencias, aprendiendo de las cosas que los rodeaban. No necesitaban hablar con nadie porque la comunicación era con la naturaleza. Observar y hacer devolvía una respuesta de parte del medio. Sin embargo, aquello dejó de existir y entonces… nacimos los fantasmas, que solo salimos a través de las palabras que la gente emite mientras, camina, maneja y trabaja en un mundo completamente antinatural, donde la devolución en la comunicación no le deja nada ni a su alma ni a su espíritu.

- Entonces vos me querés decir que estoy solo… que vos no sos un fantasma

- Nosotros solo parecemos fantasmas, en realidad somos pensamientos que se estrellan a la velocidad de un mundo vertiginoso y sin rumbo.

Que lo parió!!! Don Cocho, que chamuyo magistral.
Digame la verdad, que droga esta consumiendo, algún invento nuevo de los chicos del norte.
Es verdad, en un mundo sin rumbo, solo somos pensamientos estrellados contra un vértigo indominable.
Que maravilla...Cocho...que maravilla
Muchas gracias.

Que lo parió, repitió el Mendieta! Jaa.., al principio me pareció que rumbeabas para otro lado, porque ya me pasó algunas veces ver a alguno que va caminando solo, charlando muy animadamente y yo me preguntaba: Y este colifa a quién le habla...? Después mis pibes me avivaron que seguramente estaba hablando por celular con blue tooth o algo así...
Muy buen relato Ricardo. Un gusto leerlo. Un abrazo,
Jose

REINALDO Y JOSÉ GRACIAS POR PASAR Y COMENTAR
uN ABRAZO

Cosas de la edad.
Entendí el Alberto Cortez implícito de Rei, muy sugestivo, y me pasó lo mismo que José, creí que íbamos por el "manos libres" de los cel, porque yo también me pregunté con quién habla ese colifato.
Pero no, Garay está más allá de las suposiciones y el chamuyo navega bien entre lo conocido y el mensaje.

Un excelente relato,bien manejado por cierto.
A diferencia de mis compañeros,no pensé en cel, ni nada de eso,si en fantasmas...y por sobre todo me quede en la parte donde describe por que la gente tiene miedo a los fantasmas.
Un cuento excelente.

Gracias Fede y Mario.
Un abrazo amigos.

Gracias Poe por pasar, siempre es una alegria tenerte cerca.
Un beso