El Loro Bíblico

Tres hijos de una viuda, al crecer, dejaron el hogar para independizarse. Con el tiempo todos fueron prosperando económicamente.

Un día, cuando se juntaron nuevamente, hablaron de los regalos que habían podido hacerle a su madre anciana.

El primero dijo:

- Yo hice construir una casa enorme y muy cómoda para mamá.

El segundo informó:

- Yo le mandé un Mercedes Benz con un chofer para su entera disposición.

El tercero, se aclaró la garganta y con gran orgullo dijo:

- Creo que les gané a ustedes dos... Saben de lo mucho que disfruta nuestra madre al leer la Biblia y conocen de su creciente dificultad para poder ver bien. Bueno..., le envié un gran loro que puede recitar la Biblia en su totalidad. Le llevó veinte años a doce monjes franciscanos entrenar al ave con tal perfección. Contribuí con un millón de dolares durante esos veinte años, pero creo que valió la pena... Mamá sólo tiene que nombrar el capítulo y el loro se lo recita con total exactitud.

Al poco tiempo, la madre les envió cartas de agradecimiento a cada uno de sus hijos. Le escribió al primero de ellos:

"Isaac, la casa que mandaste construir para mi es muy confortable, pero yo habito un solo cuarto. Y es tan grande, que igual debo limpiarla toda, lo que se me hace muy
pesado."

La carta a su segundo hijo decía:

"Moisés, me siento muy vieja para viajar porque me cansa mucho. Prefiero quedarme en casa la mayoría del tiempo y casi no uso el Mercedes ni los servicios del chofer."

Finalmente, escribió en la misiva a su tercer hijo:

"Mi queridísimo Abraham, con tu regalo, fuiste el único hijo que tuvo el sentido común de saber lo que realmente le gusta a tu madre. El pollo estaba delicioso...!!!

jaja!!! A la mitad, creí que La madre se quedaría sorda, pero fué mucho mejor el final jaja!.

Muchas gracias por tu paso Okami. Aprecio tu lindo sentido del humor joven amiga. Recibe mi saludo cordial,
Jose

jajaja!!!

Me alegra que te haya gustado Martin. Gracias por tu visita, amigo. Saludos,
Jose

No tanto atropellada como corta de vista, Xime..., jajaja... Gracias por tu paso amiga. Saludos,
Jose

jajajajajajajajajjajajajjajajajajajaja si me duele el estomago de tanto reir.

Me alegra mucho eso, amiga Karla. Gracias por tu paso y tu buena onda. Saludos,
Jose