Jaime Olate Escritor activo
Cantidad de envíos : 2341 Fecha de nacimiento : 17/01/1941 Edad : 83 Localización : Santiago de Chile Fecha de inscripción : 01/08/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: -Escritor con textos DESTACADOS Mención: Lobo ,El Detective. Texto EXCEPCIONAL Premios: 1ºLugar Concurso "Ecología" parte Textos, Octubre de 2010
| Tema: El Inspector Carrados y la Muerte Silenciosa. (Cap. 1 de 6). Lun Sep 15, 2008 1:05 pm | |
| El Viejo Prefecto Gruñón. La prensa chorreaba sangre desde hacía meses. Los ciudadanos comentaban las noticias y estaban de acuerdo que los delincuentes se eliminaran entre ellos; todos los titulares decían aproximadamente lo mismo: “Hampones se mataron en un “arreglo de cuentas”. _Señor Carrados … _la voz impostada del Prefecto, muy viejo para el cargo, pretendía asustar al joven Inspector, _ fácil es entender por qué lo llamé a mi oficina. Necesito que investigue la carnicería que está ocurriendo entre los bandidos, pero hay un pero,… usted hará este trabajo, junto a su ayudante en secreto. Ya tengo al Comisario Gonzaga y su equipo oficialmente encargado de las indagaciones. La mirada interrogante del hábil policía, que no pestañeaba ante la fuerte mirada de su Jefe, hizo que éste continuara, malhumorado al no lograr el propósito de inquietar a Carrados a quien consideraba insolente con la superioridad; pero no lo increpaba abiertamente, pues era conocedor de su buena fama y respeto que le tenía el resto de sus colegas. _Señor, no comprendo para qué dos equipos de invest… _Mire, señor Carrados, usted se limita a obedecer mis órdenes y éstas son las que le dije. El señor Director General lo designa, a través de mí, para que vea qué hay detrás de esto. Él ordena, yo obedezco. El viejo Prefecto se levantó de su cómodo sillón, pasó por el lado del inteligente Detective que permanecía de pie. Con un “¡ Jum Jum!” el hombre se pasó la mano por su cara y se detuvo frente a la ventana. _Mire, yo no sé qué le encuentra a usted el resto de la jefatura; francamente lo considero igual o peor que los otros funcionarios. Pero… ¡Qué diablos! _decidido se volteó y miró a Carrados. _Según la Dirección Institucional este trabajo es para alguien tan “extraordinario” como usted. El sarcasmo no hizo mella en el impertérrito rostro del joven. Era un fiel representante de un maniquí que no mostraba sentimiento alguno. _Espero que de esta conversación no salga nada de aquí, sólo para su ayudante; su función será absolutamente confidencial. Únicamente a mí me dará cuenta de los resultados, ni Gonzaga, ni otro Jefe puede saber que usted está en este trabajo secreto. _ El punto radica en que sospechamos que puede haber funcionarios policiales o de las fuerzas armadas matando a delincuentes con toda clase de armas silenciosas. No, no me refiero a silenciadores en armas de fuego; más bien armas blancas, cuchillos, incluidos los conocidos rifles de aire comprimido. Nunca se ha escuchado una detonación, a la que son tan aficionados los “choros” de la capital. _En buenas cuentas, señor, ¿Usted me está hablando de una especie de “Escuadrón de la Muerte” en nuestras filas o entre los militares? _Es todo lo que puedo decirle _interrumpió descortésmente el Jefe; _ ahora usted verá cómo se las arregla para investigar y … dejar conforme a la alta superioridad. Hasta luego. El Inspector hizo una leve inclinación de cabeza y se retiró. En el pasillo estaba su inquieto y vivaz ayudante, el Detective González. _Y, Jefe, ¿Cómo le fue con el viejo? _Señor González, le ruego que no trate más de viejo al viejo Prefecto. González, mientras caminaban a la salida del cuartel, espió a Carrados con un ojo, pues el otro lo cerró en un cómico guiño. Estaba ya acostumbrándose a su extraño sentido del humor; los guardias uniformados vieron salir a un cortés Inspector, que saludó muy serio y a su ayudante que trataba de contener la risa. Ya en su automóvil particular, Carrados le relató el extraño caso que debían dilucidar y le recalcó la necesidad de guardar el secreto de la investigación. _Pero, Jefe y… ¿Por dónde comenzamos a escarbar? No tenemos ni una miserable pista, sólo lo que dicen los diarios, la radio y la televisión ... Carrados se tomó el lóbulo de su oreja derecha y lo acarició con la mirada perdida entre el gentío que circulaba por la vía. _Repasaremos la investigación del Comisario Gonzaga, un buen investigador, lo mismo que su equipo. Vamos a visitar la morgue a examinar algunos cadáveres. (Continuará).
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Ignacio Araya D Escritor activo
Cantidad de envíos : 7399 Localización : La Serena, Chile Fecha de inscripción : 06/03/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: - a la excelencia en sus comentarios Mención: - por sus Aportes a Letras y Algo Más Premios: 1º y 3° Lugar en Concursos Letras y Algo Más
| Tema: Re: El Inspector Carrados y la Muerte Silenciosa. (Cap. 1 de 6). Mar Sep 16, 2008 12:17 am | |
| Bueno, como simpre viniendo de tru pluma, la lectura ya desde el principio es atrapante...asi que no me queda mas que esperar por las otras entregas Jaime..ya, va todo muy bien... Abrazos, Ignacio | |
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Poesiacarnivora Escritor activo
Cantidad de envíos : 16815 Fecha de nacimiento : 16/04/1972 Edad : 52 Localización : Montevideo-Uruguay Fecha de inscripción : 05/03/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: - A la excelencia en sus comentarios Mención: - por sus Aportes a Letras y Algo Más Premios: 1ª y 2º Lugar en Concursos Letras y Algo Más
| Tema: Re: El Inspector Carrados y la Muerte Silenciosa. (Cap. 1 de 6). Miér Sep 17, 2008 12:25 am | |
| Uff, atrapas dedes el principio...voy por más ja. | |
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| Tema: Re: El Inspector Carrados y la Muerte Silenciosa. (Cap. 1 de 6). | |
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