A Propósito de la Catástrofe Mundial Anunciada Para Hoy. (Reflexión).

Me quedé este domingo recostado para organizar el trabajo de la semana. De pronto el ventanal comenzó a sonar, pues invierno o verano siempre lo tenemos abierto, entonces recién recordé el anuncio de un señor colombiano acerca de un mega terremoto con epicentro aquí en Chile.
Medité al respecto y, como cristiano, noté que este agorero estaba anunciando el Fin del Mundo; también recordé las palabras de Nuestro Señor Jesucristo cuando respondió la pregunta de sus discípulos cuando sería el acabo de este mundo. Jesús les respondió que ni él ni los ángeles del cielo sabían tal cosa, sólo Jehová, Dios Padre.
Respecto al leve sismo, a los chilenos no nos llama la atención por cuanto estamos acostumbrados a que todos los días tiembla a lo menos una vez. Sólo nos inquietamos un poco cuando el temblor sobrepasa los 4 grados Ritcher; una vez terminado los pocos segundos que dura el movimiento telúrico seguimos nuestras labores,
Entre mis recuerdos, meditaba, han sido tantos los agoreros que han anunciado el fin de la vida en nuestro planeta que quedé maravillado que en otras latitudes estén tan preocupados. Recordemos el terror que invadió a la humanidad cuando llegó el año 2000 o la precipitación sobre nosotros del planetoide o gran meteoro Ícaro, que estaba tan bien disfrazado que muchos creímos nos había llegado nuestro último día, en fin tantos individuos que quieren ser famosos y lo logran de la manera más fácil, provocando el pánico entre inocentes crédulos que olvidan pronto sus temores hasta que aparece otro agorero y vuelven los incautos a tragarse tales infundios.
Indudablemente el fin del mundo, por ahora, es personal cuando cada uno muere y deja esta vida. Sí, estamos conscientes que todo lo que comienza tiene un final y éste fatalmente llegará un día; la Tierra tuvo un principio y tendrá también un término, pero en la dimensión de tiempo en que vivimos puede ser cercano como muy lejano.
Seguramente los chilenos no somos más valientes que el resto de los humanos, pero no olvidamos que hoy habrá otro u otros sismos, aquí o en otros lugares del planeta y por eso la gran mayoría sólo recordará mañana lunes que hubo un anuncio de un individuo que tuvo su momento de fama y que ya nadie más lo recordará, ni siquiera aparecerá en la historia.
Tal como lo dijo en TV una conocida cantante y comentarista chilena de programas de humor, yo también hago hoy un gran anuncio: en menos de dos meses temblará fuertemente en Concepción, mi ciudad natal y CRÉANME QUE LE ACERTARÉ, pero esto no tiene ningún asidero como psíquico, mentalista o como quiera llamarse, está destinado sólo a los incautos, pues aparentemente mi querida y hemosa ciudad parece ser la capital de los terremotos.

Me he levantado a escribir este artículo, lo enviaré como una reflexión acerca del deseo de figurar de algunas personas y como la mayoría de mis compatriotas seguiremos tranquilamente nuestras rutinas dominicales. Los creyentes en Dios sabemos que ÉL cuida de nosotros.

De acuerdo contigo Jaime, ademas cuando llegue el fin del mundo no habrá de que preocuparse.
Un abrazo

Siempre habrá charlatanes,la Biblia junto al Calefón como dice el tango.
Escritos así son los que aún nos hacen sentir que no todo es tan falso.

Un abrazo.