Recibir consejos significa saber más.
Pero, aplicarlos o no, es tu decisión.
Supongamos que quieres escribir un cuento. La forma en
que lo presentes es tan importante como la historia misma.
Primero, escríbelo de un tirón para que nada se te olvide.
No te preocupes por las faltas de ortografía, las palabras repetidas
o que te hayas comido letras. Lo importante es que termines.
A esto le llamamos “borrador”.
Dos o tres días después, cuando tengas ganas,
¡pero nunca inmediatamente!,
fíjate que en el borrador estén respondidas las siguientes preguntas:
* Quién es el protagonista?
* Qué le pasó?
* Cómo le pasó? * Por qué le pasó?
* Cuándo le pasó? * Dónde le pasó?
De esta manera, estarás seguro de que tu historia es clara para
los demás. Y si algo falta, lo agregas. Porque cuando se retoma,
aparecen muchos defectos que antes no habíamos notado.
Luego, es el momento de escribirlo por segunda vez, pero,
respetando los tres pasos del cuento: Principio, Medio y Final.
Principio: Escribe de la forma más sencilla y breve posible,
lo que le pasó al protagonista.
Medio: Escribe todos los problemas que tuvo el protagonista
por lo que le pasó. Sus miedos, preocupaciones, esperanzas…
Es la parte más larga, elige lo que más te guste sin irte del tema.
Final: Escribe de la forma más sencilla y breve posible,
la solución de lo que le pasó al principio o cómo terminó su caso.
Sustituye calificativos por acción: No te limites a los adjetivos
(feliz, triste, preocupado, etc.). Más interesante que “Rafael estaba
nervioso” es “Rafael se metía el dedo en la nariz cuando estaba
nervioso”. El lector lo disfruta más.
Descripciones: Si describes lo que ves o conoces, captarás más
detalles interesantes que le darán gracia a tu cuento.
El protagonista puede ser tu hermano o tu mejor amigo, basta con
que él no lo sepa. Observa su actitud cuando está feliz o nervioso,
triste o preocupado… ¿Qué hace?
El personaje perverso o rival del protagonista, puede ser tu padre
(¡aquí sí que es importante que no se entere!). Cuando ustedes se
enojan, ¿qué es lo que te molesta? Fíjate en la forma en que habla,
en los gestos del rostro o cómo mueve las manos.
También puedes combinar características de diferentes personas
para revestir a un mismo personaje.
Para los lugares, tu casa puede ser un castillo embrujado o el patio
otro planeta. Todo depende de cómo lo presentes. Pero siempre te
vas a sentir más seguro hablando de lo que conoces.
Si quieres que sea un lugar feliz, describe lo que precisas para tu
historia observándolo en un día a pleno sol. En tu imaginación, las
flores pueden ser un bosque encantado. Si quieres que sea un lugar
peligroso, míralo de noche cuando las sombras asustan.
En todo caso, usa siempre pequeños detalles,
los que más le convengan a tu historia.
Terminado: El cuento estará terminado cuando puedas leerlo en
voz alta sin que te tranques. Lo que te pase a ti le pasará al lector.
Si alguna palabra o frase te estorba, sustitúyela por otra que signifique
lo mismo. Nunca pongas una palabra sin estar seguro del significado;
para eso, consulta al Diccionario.
Cuando hagas una pausa en la lectura, si subes la voz va “coma”,
si la bajas, “punto y coma” o “punto y seguido”.
Siempre son preferibles las frases cortas y que no haya más de cinco
por párrafo. Esto te ayudará a quitarle lo que le sobra o es redundante.
Ante la duda, elige siempre lo más interesante, que es lo menos obvio.
Por último, pídele a un buen lector que te lo lea en voz alta y
escucha atentamente cómo lo interpreta. Verás que no reconoce
a los personajes y que te felicita por la imaginación.
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"Aprendemos de todos y entre todos"
Taller de Escritura (Aula Virtual)
Mis cuentos:
http://www.letrasyalgomas.com/t26420-bolazos-para-gente-seria-y-viceversa#204930