"Hoy tampoco es ese día, Carlos...
La cama está vacía y la carta en la botella no se ha alejado lo suficiente de esta isla...
Hoy tampoco es ese día, Carlos...
Así que vuelve a enojarte con la vida y escribe más pendejadas como esta...
Y patea. Y maldice. Y tira todas la paredes que puedas...
Y aletea. Y no aterrices hasta encontrar un lugar más decente que este planeta...
Hoy tampoco es ese día, Carlos...
Así que no te levantes y no abras de más el corazón...
Hoy tampoco es ese día, Carlos, te juro que no lo es...
Tal vez sea hora de que vuelvas a ser un cabrón...
Mientras escupe. Y quema luciérnagas. Y rompe vidrios. Y corazones. Y las promesas que alguna vez te hiciste...
Mientras ahorra. Guarda dinero. Y guarda las bombas para otra de tus guerras internas.
Y espera. Y hazle conquillas a tu destino. Tal vez la fortuna te escoja para ser uno de los hijos de la chingada que se regenera..."