DEMONIOS DE LA TORMENTA (Capitulo 10)

DEMONIOS DE LA TORMENTA
Capitulo 10
Escrito por: Yahaira140582



“Estimado Héctor:
Espero que cuando reciba esta carta se encuentre en perfecto estado saludable, solo quiero extenderle mi infinita gratitud por la oportunidad que me dio de hacer mis sueños realidad, nunca me cansare de agradecerle el regalo de libertad que su generosidad me brindo, hago de su conocimiento la enorme felicidad que me embriaga y que encontré gracias a su mano bondadosa, hoy en día me encuentro gozando del amor, y de esas aventuras que tanto anhelaba, mi nave encontró por fin, el puerto al que pertenece y el ancla que lo mantiene sobre la mar. Le suplico extienda a mi padre esta felicidad y bienestar que tengo ahora para atenuar la angustia que seguramente le causo cada día, haga de su conocimiento también que todos los días espero verlo de nuevo y abrazarlo y vea en mis ojos la dicha de la mujer en la que el ansiaba verme convertida. Le suplico también que mantenga en secreto el puerto del que le llega esta carta no quisiera que mi padre emprendiera mi búsqueda, una vez mas le agradezco infinitamente su ayuda, y pido a mis Dioses cada día porque encuentre una mujer que le ame profundamente, ya que seguramente usted será un excelente esposo.
Afectuosamente, Miranda.”

Tobías y Miranda dejaron la carta, mas Tobías se encontraba inquieto debido a que temía que algo o alguien pudiera apartar a su Miranda de su lado.

-Estas segura que ese tipo es de confianza?

-Completamente, te he dicho que si no fuera por el, en estos momentos yo estaría en un convento, el me ayudo a escapar de casa, es un hombre muy generoso.-le respondió Miranda casi con devoción, pues admiraba la generosidad de Héctor de la Parra pues ella se consideraba así misma sumamente egoísta por anteponer sus deseos al bienestar de su familia.

A Tobías seguía sin gustarle la idea de enviar esa carta pero sabia que Miranda sufría por la angustia que había dejado con su partida en los corazones de su familia y por eso la apoyo con su plan, a final de cuentas no estarían muchos días en ese puerto, y cuando la carta llegara a su destino ya se encontrarían navegando nuevamente.

Ese día el “Mercedes” se encontraba flotando a unos cuantos kilómetros mar adentro pues el capitán Blas quería salir un tiempo del radar del Capitán Cuervo y su flota del Eclipse, algunos tripulantes fueron al puerto en bote a reabastecerse de víveres para continuar el viaje, Miranda y Tobías aprovechaban para buscar una intimidad que a bordo del Mercedes no podían conseguir, su relación cada día era mas fuerte, era tanto lo que compartían, el amor por el mar, por la aventura, por las letras, cada noche hacían el amor con sus versos a la espera impaciente del momento en que fueran sus cuerpos los que se fundieran finalmente en las llamas del amor y la pasión.

La habitación de la posada “El Viajero Errante” fue testigo intimo de ese derroche de besos ansiosos, las ropas cayeron rápidamente en cuanto entraron al cuarto, y sin esperar a llegar a la cama Tobías alzo en brazos a su musa desnuda para besarla mas íntimamente mientras Miranda enroscaba sus piernas a la cintura de su pirata apasionado entregándose en cuerpo y alma a los grandes placeres del universo que se agitaba a sus pies. Fueron varias las horas y la luz plateada de la luna lo que los sorprendió tendidos sobre suelo donde se habían amado, todavía con sus cuerpos unidos ocupando el mismo espacio y forma cuando se dispusieron a regresar al barco.

-“Engarfiada esta en mi pecho la gaviota, hermosa y brava como sal de mar”-le dijo Tobías besándola nuevamente

-“Y en manos del pirata la gaviota, pisa tierra y ya jamás se ira a volar”-le respondió

Reiniciando las demandas de sus cuerpos jóvenes y enamorados.

Tobías se encontraba pagando el alquiler de la posada para dirigirse de nuevo al bote que los regresaría a bordo del Mercedes, y Miranda servia cerveza en dos jarros para celebrar la comunión que acaban de cerrar, cuando una mano la sujeto fuertemente por los cabellos y torció uno de sus brazos hacia atrás en una llave que le impedía el movimiento. Una voz conocida la trajo de regreso de su ilusión.

-Mira nada mas donde anda la palomita, esto le encantara al Capitán-Uno de los tripulantes del Eclipse los había encontrado, y no estaba solo, tres piratas mas amenazaban con sus espadas a Tobías, quien fijaba la mirada asesina en el bravucón que sostenía a Miranda lastimándola.

Se escucho un silbido y en un segundo mas tripulantes del Mercedes estaban en la taberna, con sus espadas desenvainadas y ayudándose con sillas y botellas pues los superaban en numero, mientras Tobías manejaba en sus manos dos espadas que lo ayudaron a quitarse de encima a sus contrincantes rápidamente y con gracia de bailarín, eran tales sus movimientos con la espada, tan elegantes, tan artísticos, estilizados y con tanta gracia, que se encontraba lejos de considerarse violencia su arte con la espada, en dos movimientos ya tenia a Miranda en sus brazos bien asida con una mano mientras la otra seguía dibujando serpientes rojas y cortando el viento a su paso. Colgó a Miranda de su espalda y salieron por pies seguidos de los otros dos compañeros, llegaron hasta su pequeño bote, mas no lo abordaron porque justo a lado, estaba un navío sumamente conocido: el Eclipse y su capitán estaban flotando justo frente a ellos.

Muchas gracias Jaime, por seguir nuestra historia capitulo a capitulo.
Un abrazo para ti!!
Besos