La esperanza es la actitud emblemática de quienes buscan una vida mejor. Las aspiraciones marcan una división invisible entre quienes han sucumbido ante las circunstancias y, por lo tanto, han dejado de combatir su empobrecimiento; y los agentes activos (pensamientos de esperanza) que luchan por crear un cambio positivo para sí mismos y para sus familias.
Estas actitudes silenciosas pueden desafiar los empedernidos patrones de desigualdad. En un reciente estudio de 17 países, Moving out of Poverty (La salida de la pobreza), esta actitud de esperanza y la autonomía que generó, distinguió a quienes lograron salir de la pobreza de sus vecinos que no lo lograron. Sin embargo, la esperanza, la aspiración y la habilitación no son el enfoque típico de la política de desarrollo.
Efectivamente, los incentivos orientados a las aspiraciones materiales pueden desplazar estos patrones de conducta. América Latina tiene una serie de tradiciones sociales dispares que apoyan la aspiración, la esperanza y la habilitación, llamada en la literatura "empoderamiento".
Desde una perspectiva cultural, las teologías de la liberación hicieron conciencia sobre situaciones de opresión y expresaron solidaridad (una fuente de esperanza) con las clases más bajas; el trascendental trabajo sobre pedagogía de Paolo Freire generó educación informal y concienciación entre comunidades, y algunos movimientos recientes han incorporado la cosmovisión de los pueblos indígenas y de otros grupos sociales.
¿Las actitudes generadas por estas tradiciones sociales hacen posible que la siguiente generación interactúe más efectivamente con oportunidades que van desde las microfinanzas y las transferencias de efectivo condicionadas hasta el espíritu emprendedor y la emigración? ¿Crearán estas oportunidades un efecto económico que haga desaparecer la desigualdad y que faculte a las mujeres? (o bien: Que es dar esperanza?)
El Reporte Regional de Desarrollo Humano de 2010 es un poderoso estudio, ya que suscita una serie de preguntas innovadoras y transversales acerca de la autonomía y la aspiración, al tiempo que se propone desentrañar los catalizadores del cambio (pensamientos de esperanza) que no se han estudiado lo suficiente. Esto es muy positivo, pues ayudara a satisfacer la tan anhelada esperanza en nuestros pueblos.
Fuente: http://www.articulo.org/articulo/20559/reflexiones_de_esperanza__la_esperanza_de_una_vida_mejor.html