Fuente de Inspiracion

Nunca había logrado ser más que un escritor mediocre. Ni con sus intentos más esmerados. Sabía que no podía sacarle más jugo a su imaginación y creatividad. Sabía que no todos llegaban a ser Cortázar. Pero también entendía que si lograra volcar su alma en el papel desde la perspectiva de un dolor intenso, un sufrimiento profundo y la bronca por una angustia no digerida, podría llegar a potenciar su talento escaso.

Se dirigió al cajón de su escritorio. Hacía rato que tenía una Mención Especial por su participación en un certámen del taller literario de su barrio. Habían sido siete los concursantes, recordaba, y sólo pudo obtener ese humilde certificado. Hoy había decidido sacarlo a la luz y colgarlo. Con el martillo en una mano y el clavito en la otra, cerró los ojos para desviarse apenas y golpear la uña del dedo índice. Se mordió los labios y le saltaron dos lágrimas redondas. Pero mejor asegurarse. Esta vez con más fuerza, se dió otro martillazo en el dedo pulgar.

Una gran verdad se oculta aquí,
para ser grande de verdad,
hay que haber sufrido mucho
(no es mi caso).

Quisiera entender que se golpeo el índice y luego el pulgar para castigarse, asegurándose no escribir o sufrir lo suficiente para mejorar como escritor.
Si era diestro tuvo mucha puntería para golpearse los dedos con la mano menos hábil, lo mismo ocurriría si fuera zurdo. En el caso de ser ambidiestro debió golpearse cuatro dedos.
No me hagas caso, aveces se me da por jugar al detective.
La idea me parece buena, sin embargo hay algo en el cierre que no me termina de convencer.
Un abrazo

Antifaz, Ricardo: Muchas gracias por la visita y por vuestros comentarios. Un saludo cordial,
Jose

Recuerdo también haber disfrutado de este relato en otro lugar, pero tanto da porque encierra una verdad que resulta imposible negar.
En todo tipo de arte, se ha de sufrir. Supongo que esa es la receta mágica y no otra.
como siempre, un placer disfrutar de tus escritos.
recibe un saludo de orwell

Gracias, amigo Orwell. Siempre es un placer recibir tu visita por aqui. Un saludo cordial,
Jose