El Fútbol Me Cae Mal.

— ¡Apártate “Guarén”, casi te piso! —hice una finta al pequeño perro poodle toy, crespo y de color achocolatado— Cualquier día te aplasto y quedas listo como hamburguesa.

Refunfuñando, me equilibré con la bandeja llena de carnes de diferentes clases y me dirigí a la parrilla. Vi la mirada de reconvención de mi hija y de mi esposa que arreglaban brasas donde cocerían el apetitoso asado.

El asunto de la transmisión de fútbol ya me estaba llenando; cuando joven me gustaba patear la pelota y los tobillos de mis oponentes. Ahora a esta edad simplemente me arrollan, la experiencia me fue haciendo prudente y me limito a ver TV o escuchar la radio. Mi amigo Toño, mi hijo y yo éramos los únicos varones en el grupo familiar dispuestos a pasarlo bien como en otras ocasiones; el resto, las mujeres nos superaban largamente en cantidad.

Un par de copas de buen vino nos hizo más parlanchines y bromeábamos con los dos pequeños canes, con nombres que sólo a las señoras se le ocurren: el Coté y la Mini. En medio de carcajadas por los apodos que les puse, para molestar a las damas, comenzó una chirigota de parte nuestra que hizo que las féminas se agruparan para encarar las burlas contra los pequeños falderos que estaban excitados con el olor a la carne.

Al pomposo Coté lo apodé “Guarén” y a la humilde Mini, la “Rata”; reíamos como locos y no faltó el que dijo: ” Si falta carne…, estos diablos están gorditos ¡¡A la parrilla con ellos!!”.

La verdad es que hacía muchos años que no me embriagaba; sólo recuerdo que me llevaron a la cama y, sin muchos miramientos, mi amada esposa me dejó caer con muy poca delicadeza, apenas me tapó las piernas.

Desperté cuando ya era de noche, las voces se escuchaban lejos en el patio interior. De pronto escuché una gallina que cacareaba exageradamente por haber puesto un huevo; me tomé la cabeza, me dolía con tanta alharaca. Poco a poco fui pensando que el cacareo era una voz humana … ¿Qué diantres dice? … ¡¡¡¡¡Goooooooool, goool, gol, gooooool chileno, etc. etc!!! ; el chivateo fue escandaloso.

— Cálmese amo —una voz al lado del lecho, más bien abajo, hizo que mirara.

“¡Estoy volviéndome loco …! Es el pequeño “Guarén”, junto a la “Rata” me miran con atención.

Con asombro ahora escuché la vocecita de la … Mini o Rata.

— No se preocupe, amo, nosotros lo cuidaremos _yo parpadeaba, cerraba los ojos y volvía a parpadear. Quise hablar, pero encontré que esto era ridículo ¡Miren qué cosa, conversar con animales!

— Amo, ahora que me puede escuchar —continuó el … Coté—, quiero aprovechar la ocasión para decirle que usted ha sido abusivo con nosotros. Sus bromas son pesadas, faltas de gracia y degradantes.

— No nos gustó para nada que nos pusiera apodos tan grotescos sólo por ser chicos. ¡ Y menos nos agradó que hicieran pullas con eso de echarnos a la parrilla cuando falte la carne!

“¿Se acuerda cuando quiso enseñarnos “judo”, nos tomaba la manito contraria y nos hacía dar una vuelta, dejándonos de espaldas? Tampoco nos gustó que usted se riera, se burlaba porque nunca íbamos a aprender a defendernos”.

No soporté más y me tapé los oídos. ¡No, no, no quiero seguir escuchando! Mis manos presionaban fuertemente mis “pailas”; me dormí nuevamente y cuando abrí los ojos sentí dolor en las orejas.

Me levanté con cautela, el murmullo de la conversación alrededor de una pequeña fogata y el chasquido de las bombillass de los mates en el patio, me llevaron a espiar.

Abrí la puerta trasera y … ¡Allí estaba el par de … perritos! Me observaban con curiosidad, finalmente movieron sus rabos y se aproximaron a la fogata, algún otro pedazo de carne les podía caer.

Entre risas, los humanos me aceptaron y disfruté de un oloroso mate. Chile había ganado por un gol … como siempre … apenas, pero la alegría de segundones o “tercerones” se respiraba desde el desierto de Atacama y hasta los pingüinos de la Antártica celebraban alborozados el triunfo, el TRIUNFAZO y … Bueno, qué quieren ustedes, cuando no tenemos problemas políticos que se agrandan, uno que otro terremoto para entretenernos, no nos queda otro escape que gritar como malos de la cabeza cuando alguna vez ganamos al fútbol. Nuestro sueño máximo no es ser campeones del mundo, ni que ná, … ¡¡¡Es ganarle ALGUNA VEZ a la Argentina!!! Ya no le tememos ni al Brasil, ni a los europeos, pero Argentina …, ¡Uuuuuuf, los gauchos ya no nos dicen HERMANOS …, nos dicen HIJOS!

¡Ya, ya! Esta mezcla de vino y de fútbol es letal, de modo que no hablaré más de fútbol … me cae muy mal, me enferma.

Ahora … lo que me preocupa son mis perritos. Cuando, sentados frente a mí, me miran con esos ojos brillantes llenos de amor, me doy cuenta que los quiero mucho. Mi problema es mi temor a escucharlos hablar otra vez… espero que todo haya sido una pesadilla.

He decidido nombrarlos por sus nombres, Coté y Mini ¡Nada de “Guarén” y “Rata”! Y prometo no enseñarles más defensa personal.

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Ja, bueno amigo, se nota que si cayó super mal esos vinitos de más.
Un relato divertido, con un poco de critica social, y autocritica por trato a los animales por parte de los seres humanos, en un relato que se sienten ameno y como escrito bajo aún de los efectos del vino .
Muy bueno amigo...quizas algún día le ganes a argentina, ahora, sin ofensas, esos le dicen hijos a todos ja ja.

Jaja, bueno amigo, embobados aun por el efecto mundial, suelen pasar pestas cositas, pero son màs por el èxtasis del mundo futbolero mas que por el vino, nooo, na que ver eso ehhh¡¡¡...

Bueno, pero si le ganamos a Argentina amigo, con eso yo al menos estoy feliz por harto tiempo, ja...

En fin, buen cuento Jaime, dentro del humor, tocas tambièn temas para pensar, como lo de los animales, y de las alegrías que tenemos como país, que ultimamente son pocas y por eso se disfruta tanto, mas no sea, un gol...

Un abrazo,

Ignacio

Una historia graciosa y amena con cierta autocrítica.
Prolijamente escrita como es costumbre en ti mi estimado Jaime.
Respecto a los perros muchas veces soy tildado de loco por que les doy un trato de iguales.
Un pollito a la parrilla para festejar el cumpleaños de alguno de los tres canes que tengo y que es sólo para ellos, es alguna de las cosas que me critican.
Aunque podría ser menos justo, porque vino no tomo jajaja.
Un abrazo

Muy amena historia, bien narrada que permite visualizar la escena.
Perfecto cuento,como ya nos tienes acostumbrados

Una buena historia ,que ficcion o no, en muchos casos se vuelve realidad, sobre todo la parte que la mujer tira ,por decirlo de alguna manera al marido en la cama ,jaja,me gusto esa imagen fue muy real.
Felicitaciones por tu gran forma de escribir.

JAJAJA BUENA LA HISTORIA, Y OBVIO QUE NADIE CRERIA QUE UN TIO TAN SERIO HAGA ESAS COSAS, AUNQUE ME DIVIRTIO LA IDEA DE VER A NANY ARRASTRANDOTE HASTA LA CAMA CON CARA DE ENOJADA Y CON GANAS DE DARTE UNESCOBAZO,JAJA
COMO SIEMPRE TIO, TUS LETRAS TIENE ESO DE DIVERTIDO Y DE LECCION, HAY COSAS QUE SE DISFRUTAN MAS SIN BORRACHERAS DE POR MEDIO,Y AQUELLOS QUE QUIEREN A LOS ANIMALES, SON PERSONAS NOBLES
MUY BUENO TIO.
Y HOY URUGUAY VA POR EL TERCER LUGAR ,Y SINO JA JA IGUAL FESTEJAMOS POR QUE YA SOMOS CAMPEONES

P.D NACIERON PATITOS,JA A UNO LE PUSIMOS VUVUCELA GRITA IGUALITO JAJAJA,

una historia refrescante muy bien sostenida por el narrador, que pese a sus gracias, no tapa la mano del gran escritor.