Las flores de cristal

-Al fin he llegado.
Ante mí se encontraba lo que había estado buscando. Coronada por un olmo, la Montaña de Frailes se alzaba entre las demás como la señora del mundo. Unas palmeras la rodeaban y las laderas estaban cubiertas de matorrales. Un bosquecillo de cactus se encontraba casi en lo más alto de ella, y en su cima se hallaba lo que quería.
Dentro de unos días sería nuestro aniversario, así que había preguntado a mis amigos y vecinos que podría regalarle a mi esposa. Uno de ellos, Alberto Rosales, me había recomendado coger unas flores que solo crecían en la cima de la Montaña de Frailes. Metí en una mochila todo lo que necesitaba y me dirije hacia allí en coche, y ahora me encuentro delante de ella.
Comencé la ascensión. Pasé por un camino de matorrales, una zona bastante árida y crucé el bosquecillo de cactus hasta llegar a lo más alto. Me agaché y contemplé las flores. Sus pétalos eran de un azul casi tan crsitalino como el agua. Eran preciosas, justo lo que le gustaría a mi esposa. Arranqué un par de ellas y me dispuse a descender cuando un terremoto sacudió la montaña. Al cesar, me encontraba boca arriba en el suelo y con un gran dolor de cabeza. Al levantarme, vi que el cielo se había cubierto de nubes. Una bruma pesada caía sobre el lugar; tal era su espesura que si estiraba mi brazo, no lo veía. Pero lo más importante...
Hacía mucho, mucho frío.
Recuperado del susto, me interné en el bosque y me pinché con una espina de cactus. Al agacharme, noté un movimiento a mi espalda. Sería un animal. Me saqué la espina y me limpié un poco la herida. Al levantarme, me di la vuelta y vi algo totalmente anormal.
Una "persona" se acercaba a mí, pero no tenía ni cara ni brazos. Su piel era grisácea y un ombligo anormalmente grande se encontraba en medio de su barriga. Iba directo hacia mí. Al darme la vuelta para empezar a correr, una sustancia negra me cayó encima. Quemaba. Salí corriendo y crucé el bosquecillo haciéndome todo tipo de rasguños. Al salir a la zona árida, comencé a notarlos. Mis piernas y mis brazos estaban llenos de púas y sufría quemaduras en el cuello y en la espalda. Me saqué las púas y traté las quemaduras con agua. Al estar listo, seguí descendiendo la montaña hasta llegar al comienzo del camino de matorrales, donde otra monstruosidad me esperaba.
Un cuerpo lleno de carne y grasa sangrienta bloqueaba el camino. No se podía distinguir ningún miembro, a excepción de una boca de la que comenzaron a salir sanguijuelas, dirigidas hacia mi persona. Corrí todo lo que pude hasta encontrar otro camino para bajar. Bajé hasta encontrar mi coche. Lo encendí a toda prisa y salí de aquel lugar endemoniado.

Lo primero que hice fue acudir a un hospital, donde me trataron las quemaduras. Al preguntarme como me las había hecho, les dije que mi mujer me había tirado sin querer una sartén de aceite ardiendo. Tras curarme, volví a casa. Mi mujer no estaba, así que dejé la mochila con las flores encima de mi cama y me dispuse a darme un baño con agua caliente. Llené la bañera de agua, me desnudé y entré en él. Me relajé y cerré los ojos.
De repente, un terremoto que sacudió la casa me despertó. Primero creía que lo había imaginado, pero el baño se fue llenando de una bruma antinatural y comenzó a hacer tanto frío como en la montaña, a pesar de estar metido en el baño caliente. Asustado, me sequé a toda prisa y me vestí. Salí del baño y llegué a la puerta de la entrada. Alberto estaba esperándome.
-Así que al final cogiste las flores.
-Sí, pero había algo extraño en aquel lugar. -dije asustado.
-Al fin tenemos otra víctima para nuestro olmo.
-¿De qué...?
No pude continuar la pregunta porque mi boca se llenó de sangre. Un aguijón de un metro me había atravesado el corazón. Noté como algo se posaba en mi hombro izquierdo; la cabeza de una asquerosa mantis. Sentí que me despendría de mi cuerpo. Flotaba en el aire. Vi mi cuerpo tendido en el suelo, rodeado de sangre. Luego vi a la mantis, del tamaño de una persona de dos metros. Miré hacia Alberto, que tambien me estaba observando.
-Tu alma está condenada, ¡ahora me perteneces!
-¡No!
Viajé hasta la cima de la montaña, hasta el olmo.
.....
Las flores de cristal se deshicieron en la mochila.

Gracias rina, este tipo de cuentos son los que más me gustan aunque el siguiente será un poco distinto, aunque con mi estilo claro . También suelo dar giros inesperados para sorprender al lector, eso me encanta . Gracias de nuevo por pasar y comentar compañera, un abrazo

Un buen relato Pablo...es impresionante ver la imaginacion que posees para este tipo de textos, muy asombroso, porque cuesta muchisimo, me hace recordar bastante a las leyendas de Becquer...muy de tu estilo...si tambien creo que en algunos pasajes cuesta seguirlo, sin embargo, nada que no sea corregible...la intencion y el mensaje, llegan lo que lo convierte en una historia muy buena...quizas unos retoques y ya...

Muy bien Pablo, insisto, gran imaginacion, es muy bueno aquello...

Abrazos,

Ignacio

Como siempre sorprendiendo con tus relatos, leerte es un buen ejercicio para el lector.

Es un buen texto, hijo de una gran imaginación. Me sucedió lo mismo, comencé leyendo suavemente y de pronto un giro total...
Tal como dicen y con todo el respeto que me merece, algunos ajustes y listo!.
Te felicito, quisiera tener tu imaginación.

Un abrazo

Entiendo compañero, gracias por tu comentario, normalmente suelo dejar sorpresas al final porque son lo que más me gustan jeje . Un abrazo

Gracias compañero, supongo que a veces hay que hacer relatos un poco más simples, quizás hay cosas que no se pueden llegar a comprender a menos que le preguntes al propio autor. Gracias de nuevo por pasar y comentar, un abrazo

Vaya, muchas gracias ciudadano, es un placer . Me alegro de que te sorprendiese, un abrazo

Gracias ethel, supongo que mi cabeza tiene muchas cosas jeje . Es cuestión de leer mucho, supongo... Gracias por tu comentario, un abrazo

En cuanto a la forma tienes algunos errores que parecen ser de descuido en la revisión del texto final. Es importante la presentación impecable de los escritos. Corrige las palabras, dirije creo querías decir dirijo; también, palabra aguda terminada en n con tilde en la e; cristalino. Sentí que me despendría, supongo querías decir desprendía.

En cuanto al fondo es un buen relato, tratas de salirte de la trama lo más pronto posible para desenredar el nudo a como de lugar y eso le disminuye fuerza argumental. No le tengas miedo a la extensión del escrito. Te felicito.

Gracias luis, me alegro de tu comentario tan constructivo, gracias por tomarte tu tiempo en fijarte en este tipo de errores . Un abrazo

Bueno compañero, yo voy a reiterar textual mi comentario a tu texto, que alguna vez te he realizado, aunque de ese tiempo ahora tus letras han mostrado una gran evolución, y has mejorado muchisimo tu ténica narrativa, y ni que hablar de tu versar que se ha vuelto exquisito.
En cuanto a este texto, mi impresión no ha variado al leerlo nuevamente.
Un relato que comienza dando un marco perfecto, describes la situación y el lugar muy bien, atrapando al lector en la lectura.
Luego se acelera la narración, las cosas se suceden muy rápidamente sin tener un hilo conductor, solo una sucesión de acciones que nos van precipitando al desenlace.
Algunas partes de este desarrollo, no me indican nada ( como que se pinche con un cactus), me quedan cabos sueltos, ¿qué son esas criaturas, ?, ¿qué le cae encima?Todo se sucede muy de prisa,casí como un sueño .

Aparece nuevamente la mujer, aqui no me quedá claro cual es el plano ficticio y cual el real del personaje:una mujer digna del sacrificio de subir una montaña, o una mujer perversa que lo quema con aceite?, ¿a que se debe el cambio de este personaje secundario?

Despues de la acción del baño, donde parece quedar en claro que no es un sueño, aparece nuevamente Alberto.
Comienza el desenlace de una historia muy intrincada, y quizás muy metáforica, que solo devela un engaño amoroso donde Alberto amante de la esposa de este infeliz, logra atraparlo, y así matarlo.
Concuerdo con Margarieta en que la imagen de la mantis, bien representa a esa esposa perversa.
Un cuento de ficción, un tanto entreverdado para mi gusto, con muchas imagenes que no me conducen a nada, ni hacen a la trama del relato, que aunque bien no estoy segura, podría ser el engaño amoroso del que es victima el personaje.
Un cuento para reeler, y tratar de ver entre lineas.
Volveré a él.
Un abrazo, y ha sido un gusto leerte, más allá de que mi interpretación este muy alejada de tu intencionalidad.

Siempre es un honor pasar por tus letras,y no me olvido que tenemos una cuenta pendiente...
Que las Hadas te acompañen.

Jeje menudo comentario poe, supongo que es un relato con muchos puntos de vista, mucho significado y simbología subliminal... y también un poco enreversado. El siguiente que suba será más fácil, lo prometo . Gracias por pasar y comentar amiga, un abrazo