“Toda españa es una inmensa Batueca”. De Darío Regoyos.
Se preguntaba en una ocasión, - y de ello dejaba constancia escrita el periodista y escritor canario Alfonso O´Shanahan - qué sería de los intelectuales sudamericanos hoy de estar sus respectivos países bajo dominación colonial española.
Sentado en el balcón del hotel Guayarmina situado en lo alto del Valle de Agaete, en la isla de teknarit, hoy Gran Canaria, uno deja escapar el pensamiento mientras disfruta uno de los paisajes con mayor identidad propia de nuestra tierra. Los pensamientos se dirigen casi obsesivamente hacia una realidad y unos hechos que nos ha marcado y nos sigue marcando nuestra personalidad e incluso nuestras vidas de pueblo colonizado. Uno se pregunta sobre las razones del porqué nuestros hombres de conocimiento no quisieron o no pudieron aportar para nuestra sociedad lo que otros sí lo hicieron, lo aportaron en su momento y así obtuvieron lo que ya hoy disfrutan: LA INDEPENDENCIA.
Todo se debe, pienso, a la influencia y al dominio de un poder, el español, que nunca ha querido y permitido el conocimiento y el desarrollo de aquéllos a los que han tenido debajo de su dominación; véase y estúdiese la historia de sus también colonias en Indoamérica y sus consecuencias. Llegado a este punto uno ve con cierto orgullo propio la labor de aquéllos que sí y desde hace años han logrado quitarse de encima el lastre que es la españa ( siempre con minúscula pues no me refiero en absoluto a esa España de los Pueblos y Naciones que la conforma ), política la que nunca ha querido ni pretendido el progreso para nadie excepto para ése grupúsculo maldito y criminal que reúne el poder que sufrimos.
¿Qué sería hoy de escritores, novelistas e intelectuales como Juan Rulfo, Campertier, Gabriel Garcia M. Eduardo Galeano y tantísimos otros de haber permanecidos aún bajo la tutela del poder cultural español? ¿hubieran llegado éstos al reconocimiento universal que por sus obras son reconocidos y galardonados de haber tenido la nacionalidad española? No.
Ese dominio e influencia de la españa política que se ejerce sobre el “pueblerío” lo lleva a cabo también contra su propio pueblo; contra su propia gente y más concretamente contra esa sociedad culta, preparada y exigente que son los intelectuales “desleales” a los que temen, odian y ven como algo más que un peligro, siempre ha sido así.
El poder político en españa siempre ha tenido entre sus metas el mantener a la sociedad bajo un control de mínimos. En cuanto a conocimientos se refiere esa casta ha ejercido desde siempre la censura, y no hablo en este caso de hechos acaecidos siglos atrás, no. Basta hacer recordar que en el primer gobierno de después de la dictadura, Adolfo Suárez, éste prosiguió con el derecho por parte de su gobierno, y acólitos aún aferrados al pensamiento franquista, a seguir ejerciendo la censura; con el gobierno de Aznar – quizás, y sin quizás, el Presidente mas inculto e ignorante que jamás haya tenido ningún gobierno en españa – se llegó hasta cerrar medios de comunicación e incluso criminalizar y condenar a personas sujetas a ciertas instituciones políticas elegidas en elecciones dicen que “democráticas”; se persiguieron a medios culturales, se encarcelaron a periodistas y se controló a la Justicia para que ésta fuera un instrumento de fuerza que sirviera a unos intereses concretos, todo esto en una democracia, dicen, formal.
Esta ha sido siempre la españa de toda la vida, la españa batueca, o lo que es lo mismo: la españa del miedo y la ignorancia. Sobre este término “batuecas” lo leí por primera vez en una biografía de José Larra y aunque no recuerdo exactamente los términos se refería a “una españa inculta e ignorante” tanto en lo intelectual como en lo político. También encontré este mismo término en un artículo del periodista Fernando García escrito para Ruedo Ibérico, medio de difusión cultural del Partido Comunista editado en París, y que llevaba por título: ” Libros que no nos dejan leer” y que venía a ser una recopilación de libros y artículos prohibidos por el poder político en españa; entre muchos de éstos estaba “La prodigiosa aventura del Opus Dei. Génesis y desarrollo de la Santa Mafia”. ¡¡Casi nada!!
Ya metiéndose uno en averiguaciones acerca del significado de esta palabra, batuecas, y su origen llega uno a la conclusión de que es una palabreja ya vieja, de bastante y común uso por muchos. De ésta encuentro en un buscador la siguiente anotación: ¿…Sabes quiénes eran los batuecos? Los batuecos tenían miedo a leer e incluso a hablar y así les iba a ellos; y así le va a ese país, españa” . En otro apartado leo: “La mitad de los batuecos, gente de las Batuecas, no leen porque la otra mitad no escribe, y ésta no escribe porque aquéllos no leen”. Algo de ello ocurre cuando uno lee, y sabe, que aunque españa es el país de Europa donde más se edita tiene en cambio el índice más bajo de hábito de lectura.
De una pequeña biografía del pintor vasco y universal Ignacio Zuloaga recojo estos apuntes referidos a la vida artística de éste: “ Se rechazan sus obras por jurados españoles para estar presente en la Exposición Universal de París del año 1900, (algo parecido ocurrió con nuestro paisano canario D.Benito Pérez Gadós cuando la “intelectualidad batueca” de su momento hizo que se imposibilitara el obtener el Premio Nóbel de Literatura; en este hecho tuvo su influencia negativa la Corona de españa del momento). A propósito de este desaire hacia el pintor vasco y su vinculación con Francia, su amigo Darío Regoyos le escribe y le dice lo siguiente: “Haces bien en irte de las Batuecas –españa- . Toda españa es una inmensa Batuecas y por eso deberías tomar de ella los tipos,los pueblos, los montes; pero nunca entregar nuestras obras para ser juzgadas por un jurado de batuecos”.
Muy claro y conciso era el pensamiento de éste su amigo que a buen seguro le escribía desde Francia. Zuloaga, cuando se va de Euskadi, se instala en Andalucía por un tiempo, 1893-98; allí pinta buena parte de su inmensa obra y en 1898 se va a Segovia donde vive 16 años, allí encuentra las raíces profundas de sus maestros de El Pardo. Sus cuadros son españoles, generalmente castellanos, pero “hablan en francés”; de ahí el odio que los intelectuales “leales” y políticos batuecos le profesan. A partir de entonces y por esta razón no permite nunca más que ningún jurado español examine sus cuadros encargándose él personalmente a partir de entonces de llevar toda su obra por las distintas exposiciones de Europa.
Hoy un ejemplo de esa españa batueca es la que obligó al exilio en Francia a Goya y Picasso, a Juan Ramón Jiménez en México; la que encarceló a Miguel de Cervantes, a Santa Teresa de Jesús; la que fusiló a Lorca y a Francisco Ferrer i Guardia, fundador junto con el canario Nicolás Estévanez de la Escuela Nacional; la que desprecio al mas grande de los novelista de todos los tiempos en lengua castellana: D.Benito Pérez Galdós. Esa es la españa que cierra medios de comunicación, clausura periódicos, criminaliza a las instituciones que no son de su agrado y mantiene bajo su control a la Justicia y otros poderes para el exclusivo provecho de una casta que, como bien dice Alberto Arana en su libro El problema español “sólo son unos arrimados al poder que buscan vivir ociosamente”.
El origen de Batuecas y los batuecos, por lo que he podido leer y averiguar, se sitúa en una zona áspera y remota de Castilla la Vieja de la época del rey Felipe II; aquél que decía que en su reino jamás se ponía el sol. Ese pueblo, dicen, se distinguió o lo distinguieron por la brutalidad e ignorancia de sus habitantes al negarse éstos expresamente a todo conocimiento y progreso. De ahí viene y nos llegan los batuecos.
Teknarit, África.
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Mar Oct 27, 2009 10:40 pm
