BUSCA Y ENCONTRARÁS

La siempre sabia intuición, en colaboración con la precariedad de mis contados y desinstruidos conocimientos, me dicen que muchas de las preguntas que nos reconcomen reivindicadoramente en los sucesivos renacimientos culturales a lo largo y ancho de nuestra historia antigua, y no tan antigua, se encuentran antes en el micro-cosmos que en el macro-cosmos, eso sí, convenientemente codificados en amplio sentido y acompasadas de sus consiguientes respuestas en nuestra ingente e íntegra biblioteca genética. La información que demandamos está, pues, ahí, tan cerca, tan integradamente cerca... y a la vez tan rematadamente lejos... La ciencia, únicamente secundada por una mal disimulada arrogancia, jamás accederá a ella; otras tendencias tampoco lo conseguirán pues ni siquiera lo pretenden. Su secular temor a ver mitos, elaboradas supersticiones, derribadas y a ver tambalearse la recia y rancia dogmática proselitista es mayor que la desveladora curiosidad. Yo estoy completamente convencido de que, una vez conseguido el hito, el sentido indagatorio de nuestras mentes (eminentemente filosófico) buscaría otros nuevos, si acaso tomaría un escueto y comprensible resuello y seguiría debatiendo con el retador infinito resolviendo, uno por uno, tan interminable ristra de acertijos. Sea como fuere el amor de Dios simplifica esta historia interminable en un englobador sentimiento Madre, en una magna dicha que no admite parangón ni siquiera con el mismo ideal conceptualizado del conocimiento pleno, de la misma omnipotencia que, presumo (con vergüenza ajena), es nuestra real apetencia, antes, incluso, que la bienhallada omnisapiencia.




Adanhiel.

Haz lo que sientas que debes hacer..., si quieres buscar, busca. Si quieres abrirte a la percepción, hazlo. Si quieres...lo que quieras... tú decides, todo está bien, todo es más sencillo de lo que parece.

Es a lo que me refería con el Amor de Dios tan sencillamente accesible pues es por y para todos... no obstante hay maneras y maneras de llegar a Él, o de permitir que Él llegue a nosotros y es bueno el advertirlas, así como las nihilistas divergencias. Perceptividad, indudablemente.

Besos.