La Misión +++DESTACADO OCTUBRE DE 2012+++

DESTACADO


Bajó casi solitariamente del último tren del día y se dirigió sin prisa al final del andén, hacia la escalera que debía subir para llegar a la calle no tan ruidosa a esa hora. Saboreó con raro placer las últimas bocanadas de aire del túnel que iba dejando atrás. Había aprendido a disfrutar de los olores nocturnos de la ciudad. No cabía duda que Saulo era un bicho raro entre la fauna ciudadana y que además, amaba las sombras protectoras de la noche.

Empezó a caminar lentamente propulsado por las zancadas de sus largas piernas, mientras se echaba la bufanda sobre el cuello y parte de la cara, un poco por el frío de la noche y otro poco por protección. Quería mimetizarse con el ambiente y ser lo más invisible que fuera posible.

Mientras caminaba casualmente, sus ojos de halcón no desperdiciaban ningún detalle de lo que sucedía a su alrededor. Se había entrenado para percibir lo que otros ignoraban o no querían ver. Y lo había hecho con la determinación de los que no admiten, ni siquiera consideran, la derrota. Habían sido largos meses de intensa autodisciplina hasta alcanzar el nivel deseado para llevar a cabo su misión.

Primero había optimizado su parte fisica. Eso no había sido tan difícil pués su contextura larga y delgada debía ser tonificada sí, pero sin perder tiempo en tener que quemar grasa. Fué trabajando concienzudamente cada parte de su cuerpo para responder con la mayor eficacia a las acciones más exigentes que su mente previsora ya había anticipado se íban a presentar tarde o temprano. Su dieta era implacable al igual que su régimen de ejercícios y en pocos meses se declaró satisfecho de la dureza y la prontitud de todos sus músculos.

A continuación se impuso un entrenamiento igualmente exigente en el manejo de armas. Odiaba malgastar esfuerzos, por lo que imaginó todas las situaciones que podía llegar a enfrentar y concentró su atención exclusivamente en la destreza con armas de fuego cortas y cuchillos. Las primeras eran necesarias, pero los segundos eran imprescindibles, pués se prestaban a uso en cualquier lugar y situación, eran silenciosos y mortalmente eficaces.

Como tercer y último paso salió a recorrer la ciudad para aprender a ver lo que nadie miraba. Las señas disimuladas, el lenguaje, las circunstancias de las transacciones marginales, los comportamientos y los códigos de los criminales. Habló con muchos de ellos bajo diferentes pretextos, ofreció muchos cigarrillos y bebidas para recabar información y enterarse a fondo de sus técnicas y procedimientos.

Cuando consideró que su nivel de preparación fisica y mental era óptimo, decidió que por fin era el momento de la esperada acción. Pero siempre con infinito cuidado porque un sólo descuido podía arruinar todo su esfuerzo y echar a perder sus elaborados planes de justicia.

Esa noche no tuvo que andar mucho hasta encontrar lo que buscaba. Después de sólo unas cuadras y mientras cruzaba una plaza desierta, escuchó levemente detrás de unos arbustos, los gemidos y sollozos apagados de quien tiene tapada la boca. Siguió caminando indiferente hasta el otro extremo del sendero como si no hubiera notado nada o no quisiera involucrarse. Se detuvo y volvió sobre sus pasos muy sigilosamente bajo la negrura de los arboles añosos. Como lo había ensayado cientos de veces, llevaba en su mano izquierda la pequeña pistola que sólo usaría en caso de extrema emergencia y en su mano derecha blandía un puñal de caza de doble filo. Se abrió silenciosamente paso entre las plantas y en un claro vió dos mocosos que no debían pasar los quince o dieciséis años. Ambos estaban en el suelo forcejeando sobre una muchacha un poco mayor, que tenía los ojos desorbitados por el terror. Sobre uno de los costados, estaba su bolso con todo su contenido desparramado alrededor.

La chica, de espaldas sobre la tierra, fue la primera que vió llegar a Saulo quien le indicó con una seña que permaneciera callada. Enseguida éste golpeó ferozmente la cabeza de uno de los atacantes con la base de su pistola. El otro giró sobre si mismo como una serpiente sólo para exponer su garganta más francamente al cuchillo resplandeciente, que en un arco velocísimo la cortó limpiamente en dos. Mientras la incrédula basura se desplomaba convulsivamente en sus últimos estertores, Saulo se agachó junto al que había golpeado primero que estaba semi conciente, lo puso de espaldas de un manotazo y con increíble sangre fría le atravezó el corazón de una puñalada. Se dirigió a donde estaba el bolso, juntó todo apresuradamente y se lo alcanzó a la muchacha horrorizada, que se hallaba sentada en el piso sollozando. La levantó de un tirón y le dijo en voz baja y calma:

“¿Dónde vivís?”

La chica señaló adelante con mano temblorosa y balbuceó “A tres cuadras derecho, al lado de la farmacia”.

Saulo le puso paternalmente la mano sobre el hombro y le dijo “Caminá hacia tu casa, yo te sigo media cuadra atrás para ver que llegues bien. No hay problema que cuentes lo que pasó, pero no me describas, estaba muy oscuro y no me viste bien. Chau, cuidáte”

Aturdida e impulsada por un suave empujón de Saulo, la muchacha empezó a caminar mientras le decía por sobre el hombro“Chau... y gracias”.



La mañana siguiente, a las ocho en punto, Saulo estaba listo para empezar un nuevo día en su pequeña oficina ubicada en el subsuelo del edificio de la compañía de seguros. Allí se desempeñaba como cadete de correspondencia desde hacía cuatro años.

Todos lo estimaban porque era muy eficiente en sus tareas y no hablaba más de lo necesario. Siempre estaba pulcramente vestido, con el pelo rubio corto y, cosa rara, sin aritos, piercings o tatuajes de ninguna clase.

Cumplía sus horarios sin excusas y cuando se lo pedían en ocasiones especiales, no tenía problemas en quedarse después de hora. Era educado y cortez. El empleado perfecto, solía comentar su jefe con un suspiro de incredulidad.

No se le conocían amigos íntimos ni novias. No tenía familia inmediata. Sólo vagamente se sabía que era huérfano desde pequeño y que había sido criado por su abuela, muerta poco más de un año antes.

Ese había sido un terrible golpe para Saulo, quien fué el que encontró su cuerpo al regresar del trabajo. Alguien pudo lograr con alguna excusa que la viejita abriera la puerta y la había golpeado salvajemente hasta matarla, nada más que para robarle unos pocos pesos de su pensión que tenía guardados en una lata de galletitas. Por supuesto que nunca se encontró al culpable. ¿Quien podía perder tiempo investigando el crímen de una pobre vieja?

Saulo estuvo ausente unos días para poner en orden sus asuntos con el consentimiento de todos sus superiores en la empresa. Cuando regresó, algo en su interior había cambiado radicalmente. En su comportamiento, sin embargo, se mostraba sereno a las condolencias y muestras de simpatía de todos sus compañeros:

“¡Qué barbaridad que se haya llegado a esto!”

“¿Cómo puede ser que ya no respeten a los ancianos ni a nadie?”

“¡Qué ensañamiento absurdo! ¡Acabar con una vida por un puñado de monedas!"

“¿Cómo es posible que todo esto suceda en la mayor impunidad?”

“¡Estamos librados a la mano de Dios!”

El asentía en silencio y agradecía con educación todos los comentarios. Exteriormente no se notaban mayores cambios en su conducta, pero interiormente era otra cosa muy distinta.

Cuando el oficial a cargo de la investigación le dijo que el caso estaba formalmente cerrado sin haber podido resolverse, algo cambió en su conciencia. No cabía en su cabeza que la ciudad entera fuese rehén de un puñado de escoria inmunda que cometía crímen tras crímen sin consecuencias. Comprendía que todo estaba podrido y sentía una gran repulsión ante la insensibilidad creciente del ciudadano común por hechos cada vez más horrendos. Como si las personas sólo esperaran mansamente su turno para la matanza, por algun mocoso descontrolado por la inhalación de cualquier porquería química, nueva o vieja.

Pero Saulo simplemente no podía perdonar y olvidar. No podía ni quería permitir que esta vorágine de locura y violencia siguiera su curso arrollador sin que nadie se le atravesara en el camino. Por eso decidió actuar. Solo. Sin un alma en este mundo que supiera de su doble vida. Porque pretendía que su solitaria acción de limpieza fuese lo más prolongada y efectiva posible. Sabía que si tenía algún éxito, la vanidad llegaría a ser quizás su peor enemigo. Por eso había resistido la tentación de buscar algún apoyo o hacer comentarios que pudiesen de alguna forma traicionar sus verdaderos sentimientos. Nadie más que él sabía de su misión y se conformaba con la satisfacción de saberse anónimo y eficaz en su ejecución.

Mientras entrenaba rigurosamente el cuerpo y la mente para su lucha solitaria, se había establecido íntimamente una meta diaria. Escucharía como todo el mundo las noticias y armaría un mapa de la ciudad con las zonas de mayor y peor incidencia criminal. Patrullaría sólo por las noches, cambiando constantemente de aspecto y vestimentas y no se iría a descansar hasta no haber librado a la ciudad de por lo menos un delincuente al día, teniendo como límite las tres de la madrugada, pués su actividad laboral diurna debía seguir con normalidad.


Cerca del mediodía, mientras empujaba su carrito repleto de paquetes y sobres para repartir, se detuvo frente a la oficina del contador Peñalba. Eligió varios sobres que allí debía entregar, golpeó suavemente la puerta y entró saludando con la mano.
Peñalba se encontraba inclinado sobre su rádio portátil que a bajo volúmen transmitía un flash de noticias. Le devolvió el saludo y comentó sacudiendo la cabeza asombrado:

“¡Qué increíble! Acá están diciendo que una sola familia de chorros tiene a maltraer a todo un barrio. Todos saben quienes son y roban diariamente con total descaro, pero nadie se anima a denunciarlos porque están arreglados con la policía y porque tienen miedo a las represalias. ¡Todo un barrio dominado!”

“¡Qué verguenza!” Exclamó Saulo con afectada indignación mientras dejaba los sobres acomodados sobre el escritorio. “¿Y qué barrio es?” Preguntó casualmente al salir de la oficina.

“Villa del Parque” Respondió Peñalba con amargura.

“¡Ah...!, Villa del Parque” Repitió Saulo en voz baja y con cara seria al cerrar la puerta. “Que tenga usted un buen día señor Peñalba”.

Siguió empujando su carrito lentamente y sin esfuerzo por el largo pasillo, sabiendo ya cual iba a ser su destino esa noche.

Un relato que atrapa comenzando por introducir al personaje y sus características físicas y psicológicas. El lector tiene posibilidad de "verlo" identificarse (o no) con el mismo. Bien lo descriptivo a mi gusto.
Al margen: me llama la atención el motivo de su anonimato (pudiendo pensarse en varios otros); le agrega algo más a la personalidad del personaje: saber del poder de la vanidad(y me recuerda algo al final de la película "El abogado del diablo" ("terminan cayendo por la vanidad")
Un final abierto que deja planteada/s la/s escena/s siguientes.
Bien narrado. Se lee con fluidez y entretiene.

Justiciero.
Vengador.
Vigilante.
Tiene varios nombres y un misma misión, como dices.
En cine es un marco para la acción, los malos mueren.
En literatura es una crítica a lo que ocurre,
un sembrar "que al menos alguien haga algo justo".
No es que esté bien, es que no hay más remedio
(siente la mayoría trabajadora, oprimida e indefensa).

Muchas gracias Silvina. La vanidad, concuerdo, es un sentimiento muy difícil de eludir por propia voluntad. Aprecio de corazón tu paso y comentario, amiga. Un abrazo,
José

Federico, lo dicho en tu comentario capta con suma precisión el espíritu y la intencionalidad de este relato. Muchas gracias por tu visita, amigo. Un abrazo,
José

Jajajaja..., Jaime. Te despachaste de lo lindo... Pero quiero decirte que, básicamente, concuerdo contigo. Es increíble como la historia se va repitiendo por ciclos. Nuestros gobiernos rotan desde el más rígido militarismo al más laxo libertinaje. Hace 35 años robaban un caramelo de un quiosco y los mataban. Ahora pueden hacer cualquier atrocidad que les venga en ganas y no pasa absolutamente nada. Es más, si uno osara defenderse, el que va preso es la víctima, por eso de los derechos humanos del pobre delincuente incomprendido. En fin, la historia es larga y tu ya te la sabes de memoria. Adónde termina esto, sólo Dios lo sabe...
Mil gracias por tu tiempo para leerme y comentarme, querido amigo. Un abrazo,
José

Excelente escrito, Fobio. Esta vez realmente me ha gustado.


Y bueno, me retiro, pensaba replicarle al Sr. Jaime Olate pues su participacion se me hace muy tendenciosa y ademas habla acerca de nosotros, los mexicanos, que segun el, estamos peor... Los mexicanos no necesitamos la lastima y la compasion de nadie.

Me retiro, no pretendo emprender otra polemica y menos en este buen escrito de Fobio. Asi que esta sera mi unica participacion.

Muy buen escrito Fobio, bien llevado y que deja ese saborcito a dificl misión.

Roberto, si con esto empieza otro debate renuncio..., jajaja. Cada vez que escribo algo se arma algún despelote. Ni yo sabía que tenía esa habilidad innata para crear líos.
Pero, fuera de broma, creo que Jaime no tuvo ninguna mala intención con su observación. Es más, pienso que quizás confundió mi nacionalidad argentina con la mejicana. Pero, cual es la diferencia? Todos somos sudacas..., jajajaja.
Gracias por tu visita y comentario, amigo. Me alegra mucho que te haya gustado. Un saludo cordial,
José

Muchas gracias Mario. Aprecio sinceramente tu paso por aquí. Un saludo afectuoso,
José

Muy buen relato José, lo llevaste muy, pero muy bien.
Me recordó al la película el Vengador Anónimo que protagonizara Charles Bronson.
Además de despertarme interiormente ese sentimiento irracional, reñido con la hipocresía que tenemos todos los ciudadanos honorables que sufrimos este detestable flagelo de la inseguridad. Aunque sabemos perfectamente que la culpa no es sólo del chancho.

Estoy de acuerdo con Poe. La muerte resta y no es el camino pero, las violaciones y vejaciones a jóvenes y ancianos también matan en vida.
La cosa no es sencilla. La hija de una amiga hoy tiene 24 años, a los 13 fue violada por 5 jóvenes en una obra en construcción. A pesar de la prolongada terapia todavía no pudo tener un orgasmo. Casos como este hay miles.
A la anciana vecina la martirizaron a golpes para arrancarle su mísera pensión, hace tres meses que está internada. Los diarios están plagados de estas noticias.
Un tipo que se prepara para matar, sin lugar a dudas que está enfermo pero no más que los otros verdugos. ¿Qué es justo y qué no es justo?
Amigo José, la lectura del escrito me hizo viajar por el primer capitulo de una serie televisiva, vi el carro, el túnel, las caras...todo.
Me pareció un relato estupendo!!!
Un abrazo.

A ver..., a ver..., por donde empiezo... Cynthia, vos sabes el gran aprecio que te tengo, pero si es por disentir civilizadamente, síganme los buenos!
Ojo que lo que sigue es siempre según mi parecer, y, que si bien soy casi perfecto, aún así admito la minúscula posibilidad de poder equivocarme..., jajaja.
Nunca podría pretender pensar como vos. La razón es muy simple: Vos sos un especimen especial, diferente, distinto, raro. Sos poseedora de una de esas personalidades que muchos quisiéramos tener pero, que por muchas razones, nunca podremos.
A ver si puedo explicarme un poco mejor, porque solito me estoy metiendo en un flor de relajo: Lo que vos hacés y pregonás en tu casa con tu inmensa y maravillosa familia, es casi utópico y digno de mi más profunda admiración. Es lo que muchos soñamos pero no nos animamos a llevar a la práctica. Es un tremendo y dedicado compromiso con la generosidad y el amor llevados casi hasta los límites con la imprudencia.
Dicho esto (si se entendió algo), yo, ciudadano comunacho y silvestre, harto de ser un argentino-preservativo (por no decir forro) que ve, desde hace muchos años como todos los valores, dignidades, códigos, etc., etc. se van por el inodoro de la inoperancia e indiferencia de quien quiera que sea el corrupto de turno que representa la autoridad, me identifico con Saulo y su modesta pero efectiva idea de justicia.
Ante las más perversas y casi fantásticas atrocidades que escucho cada día en las noticias y que apenas recuerdo por su avasallante cuantitativa sucesión. Cosas que exceden sideralmente la travesura, para formar parte del más refinado y sádico terror, para mi, el que las hace las paga, así de simple.
Segunda oportunidad...? Sí, como no..., en el otro mundo.
Espero que puedas comprender, o al menos tratar de comprender, mi punto de vista. Ya estoy harto de perdonar, ya estoy harto de comprender. La criminalidad, estoy absolutamente convencido, es una elección, no una imposición. Y el que elije se tiene que bancar las consecuencias de su elección.
Gracias por tu paso. Besos mil,
José

P.D.: Una confesión: Saulo fue inspirado por el personaje de Robert deNiro en la película Taxi Driver. Ojalá existiese de verdad!

Amigo Reche, para no pecar de repetitivo, te ruego que leas mi respuesta a tu comentario en mi contestación a Poe.
Sé que quizás esté muy lejos de ser la salida ideal, pero como me crié leyendo aventuras de super-héroes, en este caso imaginé uno propio: Saulo, sin capa ni espada.
Mil gracias por tu visita y comentario. Recibe mi saludo con afecto,
José

Mil gracias Ricardo. Sabés que siempre aprecio de corazón tu paso por mis escritos. Un fuerte abrazo,
José

Si Nacho, en realidad son muchas las variantes a considerar, y dependiendo de cada persona y su entorno de vida, la situaciones, por supuesto, no serán las mismas.
Aprecio sinceramente tu tiempo empleado para leerme y comentarme, querido amigo. Siempre es un placer tenerte por acá. Un abrazo sin piquito...,
José

Ufa, Poe..., al final siempre termino dándote la razón! Pero, en mi defensa, sé que en realidad habría que ir contra la lacra gobernante y los que manejan la droga, pero..., quien llega hasta ahi?
Acá, nuestra presidente "tan" popular, que ganó las elecciones con más del 50% de los votos, no va ni al baño si no es con un ejército de custodios armados hasta los dientes. No veo el motivo, si la gente la quiere tanto como ella dice...
Y los narcos, ni hablemos... A todo eso el ciudadano común no tiene acceso ni en sueños, no puede llegar allí.
La única forma, concuerdo con vos, es cada tanto con el granito de arena del voto. Pero qué pasa cuando se fomenta la pobreza, la desocupación y la ignorancia por falta de educación para, en su momento, comprar los votos por unas frazadas, unas bolsas de supermercado o un subsidio para vivir sin laburar?
En cambio, en contraposición, estos delicuentes que nos arruinan la vida todos los santos días, están más al alcance de la mano; son castigables, punibles por lo que hacen.
Y, otra vez, si de algo estoy absolutamente convencido es que la criminalidad es una eleccion de cada uno, no un mandato. A nadie se le impone robar o matar. Y esos tipos que parecen actuar sin traza de alma en el cuerpo, no son muy dignos de mi simpatía para ver si los podemos recuperar para vivir sanamente en sociedad. Cómo se recupera un tipo que ya tiene 5 o 6 muertes a sangre fría en su haber?.
Pero te juro que no dejo de apreciar tu punto de vista, como tampoco dejo de sostener que, pelo colorado o no, vos sos de otro planeta, estás en otro plano del desarrollo kármico, que se yo..., jajajaja.
Un beso enorme porque te aprecio con todo mi corazón,
José

FOBIO, TU RELATO APASIONA DESDE EL PRINCIPIO. LLEVA UNA SECUENCIA Y REDACCIÓN IMPECABLE. ENCIERRA UNA TEMÁTICA DONDE EL PERSONAJE TIENE DOBLE PERSONALIDAD, CADA UNA MAS INTRIGANTE Y CURIOSA, EL DEL CIUDADANO MODELO Y EJEMPLAR, Y EL DEL ASESINO EN HORARIOS DIFERENTES, QUE SE CONVIERTE EN UN SALVADOR DEL MUNDO, ANTE LA PROLIFERACIÓN DE LA DELINCUENCIA Y LA TARDANZA EN LA JUSTICIA. FELICITACIONES Y ESPERO QUE NOS SIGAS DELEITANDO CON EL PRODUCTO DE TU CAPACIDAD NARRATIVA E IMAGINATIVA.
SINCERAMENTE:
TRINA LEÉ DE HIDALGO

Muchas gracias Trina. Me alegra que hayas disfrutado de la historia y realmente aprecio tu tiempo empleado en la lectura y comentario de la misma. Te envío un saludo afectuoso,
José

Fluido y presciso tu relato, me gusto el marco que le haces a la historia, pero yo no estoy de acuerdo con justicieros, le doy la razón a Poe, la verdad creo que tarde o temprano ese justiciero morirá en su propia ley, ah no sé, hay otras maneras de corregir, o algo asi, todos tenemos nuestra carga de culpa, terminariamos matandonos unos aotros pero en nombre de una justicia parcializada, un tema dificil sabes.
Y si los gobernantes no funcionan también habria que pensar que los que los pusimos ahi tampco lo hacemos bien.
saludos Jose.

k

El ficticio caso del justiciero anónimo afloró muy probablemente como una secuela de las lecturas fantásticas de mi niñez, donde los superhéroes siempre luchaban por la justicia en detrimento de los "malos".
Respeto tu opinión con respecto a estos casos extremos, pero, dada la actual situación anárquica y de absoluta desprotección que impera en mi país, estoy seguro que lo justificaría y hasta lo defendería.
En todo caso, si nadie protege a nadie y no hay superhéroes patrullando las calles, al menos, creo que no se nos debería negar el legítimo derecho a defendernos ante las constantes agresiones cada vez más salvajes. Pero hasta de eso se nos priva.
Como tu dijiste, es un tema defícil, pero hoy por hoy, ojalá Saulo fuese real...
Saludos,
José

De repente me quede pensando en tu escrito, y me venia preguntando si este Vengador no tendrá familia, o hijos esos que dejara de lado por cumplir el rol que nadie le pidio de frente sino nació de el, y estara criando otros vandoleros en su casa por falta de atención, o es simplemente un solitario que nunca podra realizarse como pareja o como padre, bueno mala costumbre mia de dar proyecciones jeje es solo un pensamiento.
Por otro lado gracias por la respuesta.

saludos de nuevo
k

Jajaja..., no hay problema Gara. Pero en mi texto se explica que Saulo no tenía más familia que su abuela asesinada por delincuentes. Un saludo cordial,
José

LEO Y RELEO Y VEO QUE ESTE RELATO HA DADO BASTANTE TELA QUE CORTAR PORQUE EL TEMA DE LA DELINCUENCIA ES UN PROBLEMA MUNDIAL, EN UNOS PAÍSES CON MAYOR INCIDENCIA, QUE EN OTROS. LA RESPUESTA ESTÁ EN LAS CAUSALES QUE SON MUCHAS: DE ORIGEN FAMILIAR, SOCIAL, CULTURAL, EDUCATIVO, LA INFLUENCIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, APARTE DE LOS QUE EN SU DESARROLLO FÍSICO -MENTAL, GENERAN TRAUMAS Y SE CONVIERTEN EN PSICÓPATAS A CONSECUENCIA DE LO QUE OBSERVAN Y VIVEN EN SU COTIDIANIDAD, SI AGREGAMOS LAS DROGAS DE TODO TIPO, SENTIMOS QUE CAEMOS EN UN ABISMO.
IGUAL SE HA DADO EL CASO -MUCHOS POR CIERTO- Y QUE INCLUSO, SON MOTIVO PARA GUIONES DE PELÍCULAS, DE APLICAR LA JUSTICIA PERSONAL, QUE IGUAL ES UN DELITO, TANTO COMO LA INDIFERENCIA DE LA JUSTICIA QUE A VECES, SE VENDE Y SUELTA A LOS DELINCUENTES DÁNDOLES MAS VALOR PARA SEGUIR EN SUS ANDADAS O TAMBIÉN ORGANIZA ESCUADRONES DE LA MUERTE.....
AQUÍ SÓLO SE TRATA DE UN CUENTO, BASÁNDOSE SEGURO EN TODAS ESAS NOTICIAS QUE OÍMOS A DIARIO.
PRONTO VUELVO A ENTRAR, ESTO ESTÁ INTERESANTE, IGUAL QUE EN OTRA DISCUSIÓN QUE REFIERE A UNO QUE METIÓ LA PATA, JAJAJAJA

Si bien no estoy de acuerdo con justicieros, me gusta más el marco adecuado de una ley que sabemos es escasa y esto viene desde más arriba, con educación y salud no existirían estas cosas, al menos no masivamente como está ocurriendo, pero el relato es excelente amigo querido, mis felicitaciones
Besos

Trina, muchas gracias por tu visita y comentario, amiga. Tienes razón en cuanto a que las causales de esta situación son múltiples, variadas y combinadas para llegar a donde estamos hoy.
Sin embargo, veo día a día que hay mucha gente que elige el camino de los trabajos más humildes e ingratos que uno se pueda imaginar, pero trabajos al fin, y otros, que pretenden tomar un atajo en la dura tarea del sacrificio de todos los días y vivir a costa de lo que arrebatan a los demás, vidas inclusive.
El tema es complejo, pero reitero mi agradecimiento por tu opinión vertida desde tu optica y experiencia de vida. Un saludo afectuoso,
José

Lili, también estoy de acuerdo con vos en que las leyes deben regirnos en una sociedad civilizada y organizada. Pero que pasa cuando las leyes están y no se cumplen? O, lo que es aún peor, se cumplen para algunos y para otros no?.
Si imperara el orden y el respeto impuesto por las leyes, nunca hubiésemos llegado a esto. Y eso es lo que más me molesta. El absoluto desdén por las leyes ya existentes. Y la justicia, de una u otra forma, al final, debe ser impuesta.
Siempre es grato recibir tu visita por mis escritos, querida amiga. Un beso muy grande,
José

jaja si se que vivia con su abuela, lo que me puse a pensar es que el pobre justiciero se va a quedar solo, a eso me referia, naa no hagas caso.
abrazo
k

Bueno..., solo, solo, solo, no... En mí ya tendría un alma comprensiva y, por lo que escucho a menudo, quizás muchas más apoyando su empresa...

De nuevo un magnífico relato. Se nota profesionalidad e intención en él. La ortografía y gramática bien apuradas.
Un aplauso de nuevo.

Un abrazo.

Muchas gracias Gabriel. Me alegra que haya sido de tu agrado, amigo. Un abrazo,
José

Agregar mis felicitaciones.

El ángel vengador.
Un relato fantástico, amigo Fobio, escrito divinamente por un gran escritor. Como siempre, tus relatos me enganchan. Limpio lenguaje, correcta narración y entusiasmo por conocer el final. No podía ser otra cosa salido de tu pluma. Un abrazo Fobio, hacía mucho que no leía nada tuyo. Enhorabuena por la nominación muy bien merecida.

Felicitaciones amigo

Silvina, muchas gracias amiga
Magda, te agradezco de corazón tus palabras y que la felicitación sea mutua, pués tu relato, también destacado, como ya había comentado, realmente me encantó.
Ricardo, aprecio tu saludo amigazo

Y agradezco a aquellos que consideraron que mi historia debía ser una de las destacadas de este mes. Gracias,
José

La misión, levantó el avispero y las múltiples opiniones armaron el gran debate.
Sobre la cuestión se puede debatir hasta el cansancio pero, eso ya no importa.
Amigo José, mis sinceras felicitaciones por lo escrito y por esta MENCIÓN tan merecida.
Un abrazo.

Gracias amigazo Reche. Aprecio de corazón tus palabras. Un abrazo de vuelta,
José

Más que felicidades por un más que merecido destacado.

Un abrazo.

Muchísimas gracias Gabriel. Aprecio tu felicitación y saludo, amigo. Va un abrazo de vuelta,
José