El Cantinero y su Personal Gastronómico

Te voy a llevar a comer a un lugar especial - me dijo Martín. No los merecemos (continuó) después de esta mañana para el olvido.

Y era cierto, esa mañana fue fatídica. Rebotamos como pelota en cada cliente que le ofrecimos nuestros servicio de asistencia médica.
Minutos más tarde, estacionaba el auto frente a un pequeño restaurante.

- Aquí lo tenés, vamos a comer de primera, bien atendidos y a un precio módico.

El lugar era uno de esos comederos para empleados y obreros, absolutamente sencillo, cuadros de glorias del futbol, cantantes populares y algún que otro trofeo ganado en una sociedad de fomento barrial con la suficiente tierra como para llenar una maceta.

- Ahí tenemos una mesa justo para dos – me dijo - y sin más trámite atravesamos el local atestado de comensales.

Buen día señores, ¿van a almorzar? - dijo el mozo depositando sobre la mesa de fórmica símil madera la carta que mas bien parecia un papiro de la dinastía Ming.

- Si claro.- respondimos.
- Les recomiendo vino de la casa y asado al horno con papas… sugerencias del chef, vio.
- Nos miramos con Martín y un ¡bueno! salió al unísono.
- Marchen dos asados al horno con papas y un vino de la casa, para la mesa seis – vociferó y se introdujo en la cocina a través de una destartalada puerta vaivén.

Luego de unos minutos desde la cocina gritaron ¡SALE PEDIDO MESA SEIS!

Me llamó la atención durante la espera el hecho que todos los empleados tuviesen la vos parecida, igual diría yo si no fuera porque una sola persona no podía atender tanta clientela.
- Che Martín ¿donde está el resto de los empleados de este lugar? Solo veo al mozo los otros parecen fantasmas
- No parecen… Son fantasmas.

No esperaba ese final, me ha sorprendido. Un cuento corto y..., sorprendente. Un abrazo Ricardo

Tiene tu sello amigo, jugás con los personajes y rematás con un imprevisible final, besos
Lili

No parecen........son fantasmas, me lleva a un despertar repentino, se desvanece la emocion de un grupo esperando, en un abruto espanto, un gusto.
saludos
k

Sí, coincido con los demás: un realismo en todo el relato, hasta un final muy bueno y fantástico. Una cosa , en"estacionaba el auto frente de un pequeño restaurante." es frente a, no frente de, sería enfrente de. O eso me parece a mí... Un saludo de Samuel.

Gracias Samuel, una buena observación, ya la estoy corrigiendo.

Poe, Xanino,Lili y Gara Gracias por pasar.

A todos un abrazo

Hola compañero, me sumergí en lo cotidiano, en esos miles de bares que en polígonos y zonas industriales acogen a los trabajadores (y en los que tan bien se come), y de repente me di de bruces con la fantasía de las dos últimas palabras que me sorprende, me inquieta y me deja un buen sabor de boca, gracias por compartirlo.
Ahora, una pregunta: ¿no te ha bailado en el primer párrafo la s de lugar? Pienso que lo correscto es "nos lo merecemos..." que como está escrito.
Un saludo.

Carambas!, no me esperaba el final.

Muy bueno Ricardo...

Gracias por compartirlo.